ALEJANDRINA LAGO D Z_LIRIS MUNERA C_Cartagena_08.pdf

4. El positivismo que privilegia el saber científico como maestro de la vida
humana. Esta tendencia se instala a lo largo de todo el siglo XX en las
Escuelas Normales y encuentra en las ciencias humanas biomédica,
Psicología y la Pedagogía las bases para la dirección científica de la conducta
infantil y de la regulación de la escuela.
Es evidente que otras corrientes pedagógicas aportaron al gran movimiento social
y científico centrado en la infancia que recogió aportes de autores como Dewey,
Decroly, Montessori, Ferriere entre otros.
Desde estas influencias conceptuales se orienta la educación infantil en el país
como se expresa en las legislaciones educativas, haciendo una legislación
ecléctica en lo referente a las tendencias pedagógicas que subyacen en los
textos.
La resolución 2302 del 12 de Junio de 1962 reglamenta los jardines infantiles
desde las siguientes concepciones:
“El jardín infantil debe organizar todas sus actividades con el objeto de ofrecer
oportunidades múltiples al niño para que pueda lograr su máximo desarrollo en el
orden intelectual, sensorial, físico espiritual, social y emocional, así como
prepararlo adecuadamente para su ingreso a la escuela primaria.”(MEN 1962)
Esta misma resolución dispone que los niños cuenten con el material necesario y
adecuado para el desarrollo de las actividades programadas en un ambiente de
trabajo de alegría, comprensión, respeto y bondad para todos. Hace relevantes la
comunicación con padres, médicos, psicólogos para la observación del niño con el
fin de entender los problemas infantiles y buscar formas de solucionarlos. También
se refiere a los actos de clausura y la exposición de trabajos realizados como
formas de evidenciar el deber cumplido.
En esta propuesta de funciones para los educadores infantiles subyacen las
concepciones de Adolfo Ferreiro (1879 citado en Piaget,1983) quien concibe al
maestro como un facilitador y orientador del desarrollo infantil que desde la lúdica
despierta el interés y curiosidad por si mismo, el mundo que lo rodea y mediante
acciones busca respuesta a sus interrogantes.
En la década de los setenta Colombia como país tercermundista tuvo que
enfrentar la crisis mundial de ajuste macroeconómico, y realizar drásticos cambios
para alcanzar un adecuado equilibrio. Se obtuvieron logros, sin embargo,
aumentaron los niveles de pobreza y se afectaron los grupos más vulnerables:
mujeres y niños.
Para enfrentar esta problemática el estado colombiano formula por primera vez
una práctica de atención y protección a los niños menores de siete años (Ley 27
de 1974) en que se formalizan relaciones entre salud y educación.
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