ALEJANDRINA LAGO D Z_LIRIS MUNERA C_Cartagena_08.pdf

afrontando con responsabilidad las consecuencias generadas por las propias
opiniones, acciones, decisiones, intervenciones o no intervenciones.
En esta concepción de autonomía subyace el pensamiento de varios autores
como Köhlberg, Aebli, Piaget... con este último se comparte totalmente la relación
que establece entre la escuela y la autonomía de los niños al afirmar:
“Si realmente la moral, el sentido del mal y del bien en la vida colectiva se
aprende mejor en la práctica, como lo afirma Ferriére, no cabe duda que
el sistema de la autonomía ofrece a la educación las mejores ocasiones para
esta práctica en efecto coloca a los niños en condiciones de actuar por sí mismos
y para elegir precisamente entre el bien y el mal, sea en sus propios actos, sea en
el de sus camaradas; es realmente la moral en la práctica.” Afirma Piaget
(1.984:55).
Es indiscutible que la educación es un factor estratégico para el desarrollo de las
personas y la nación. Una educación de calidad es la que responde a las
necesidades de sus beneficiarios. En el caso particular de Colombia que muestra
altos índices de pobreza en todos los aspectos, la calidad educativa aportará a la
reducción de la pobreza, de las desigualdades económicas, sociales y educativas,
iniciando desde la infancia el desarrollo de competencias que permitan la
permanencia en el sistema educativo, compensan las carencias existentes y
tengan mejores opciones para la construcción permanente de soluciones eficaces
y eficientes como niño y futuro ciudadano colombiano.
Nuestro país muestra un horizonte incierto, donde la niñez no cree ni sueña con
un futuro construido desde el conocimiento, con docentes cuyos ideales muchas
veces se agotan en la desesperanza, recurriendo a la inmediatez de una clase, de
una tarea, de un año reprobado para explicarse la situación de sus estudiantes,
negándose la posibilidad de soñar con horizontes promisorios de desarrollo de
esos niños que son el futuro de Colombia. Es así como la escuela se agota en un
ambiente familiar y social adverso que crea condiciones muy complejas para el
educador infantil con proyectos educativos que desarrollan currículos
instrumentales respondiendo literalmente a una normatividad sistemática nacional
sin esfuerzos por trascender a interpretaciones y conceptualizaciones que
integren el mundo de la vida al mundo del saber y el ser ciudadano. Se hace
necesaria la decisión de apostar a propuestas formativas visionarias que se
construyan y reconstruyan en forma permanente en dinámicas de rigor donde lo
pedagógico, cultural y lo social demarcan imaginarios en el que hacer cotidiano del
maestro, el niño, la familia, la escuela y la comunidad.
Dentro del Plan Decenal 2006 – 2015 se espera que para el 2015 en Colombia, la
Educación de la Primera Infancia (0 a 6 años de edad) será el pilar de la formación
del individuo y se constituirá en un nivel educativo con unos lineamientos y unas
orientaciones particulares respetando su singular dinámica, necesaria para
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