Cimarronaje, exclusión, mestizaje y blanqueamiento en Pobre ...

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17.05.2013 Views

el principio por una motivación que hace ilegítima su aspiración dejusticia: el esclavo se escapará del campamento p¡ua asistir a una fiesta de tambor que ha sido prohibida por el capataz de la hacienda- En el trayecto de su huida el negro se encontrará con la blanca, Ana Julia Alcona. En esta escena fundadora del mestizaje, en la que se unen los cuerpos del negro y la blanca, el relato se suspenderá en un silencio que deja fuera de la representación, justamente, el momento crucial que genera todo el felato. Un momento silenciado, pero que sin embargo explicita el origen delictivo del cruce racial. El cruce de la niña blanca y el negro evadido se¡á sólo uno entre una cadena de encuentos que dan lugar al "blanqueamiento" del personaje popular que se desarrolla a lo largo de toda la novela y cuyo primer episodio se ha producido años antes, en el cruce *también representado con un tinte delictivo- de la esclava con el amo, en plenos tiempos coloniales. Estos cruces se repetirián a lo largo de toda la ficción pero se irán volviendo m¡ís explícitos a medida que el acto de mestizaje se legitime ñccionalmente. Si el primer cruce del amo blanco con la abuela negra está casi perdido en una conversación de esclavos que se diluye como chisme (20)7, el segundo cruce de la blanca con el zambo será un momento más explícito y, sin embargo, ausente de la representación. El encuentro de Ana Julia con Negro Malo se construye desde los bordes del suceso, casi como una ausencia (24-25). El procedimiento etusivo con €l que se cuenta la unión de Ia señorita blanca y el esclavo fugitivo permite a la ficción mantener una indefinición decorosa al¡ededor de un acto que mantendrá la ambigüedad entre la posibilidad de la entrega voluntaria o la violación brutal. Resulta sin dudas efectiva esta indefinición, porque si por una parte la entega mancharía la inocencia asignada a la figura femenina; la violación, por otra, resta¡ía legitimidad al fruto de esta unión ----€l mestizo que será el centro de toda la ficciónque parece concebida ficcionalmente como una fatalidad mágica. Este acto marcado por la ficción como un "salto más'allá del límite" (24) ----es decir, como un delito- dará origen a toda la acción posterior en la que se iriín contando, pa¡alelamente, dos historias que son una sola: la historia de la decadencia y extinción de la familia Alcorta -y con ella de toda la casta de los mantuanos del tiempo de la Colonia; junto a la historia del ascenso hacia el espacio de la significación de un gmpo social mestizo que deja atrás su herencia popular para acogerse a las normas letradas. La decadencia de la casta a¡istocrática colonial está representada en un gn¡po de personajes encabezados por Ferrnín Alcorta, hermano de la ya mencionada Ana Julia, último representante varón de su familia ya venida a menos. Este personaje tendrá tres hijas hembras y un hijo varón, Cecilio. Las ? Cito por la edición de 1961. En adelante el número de página de todas las citas se indicará enÍe paÉntesis. 112

esperanzas de continuidad y superación abrigadas por Fermín Alcorta ser¡án puestas en este hijo que se cultiva¡á en la más pura tradición humanística ---que pasa por una época de educación en Europa- para ser el digno representante de una estirpe llamada al liderazgo. Pe¡o será una de sus hijas, Luisana Alcona, la que finalmente sobrevivi¡á al "desorden" de la guerra que se desata en la ficción en el último capítulo. Será ella l¿ que cumplirá, luego de ]a t¡ágica muerte del hermano, el último cruce de la blanca con el mulato de tercera generación de cruces -por lo demás incestuosos- que dará lugar a la legitimación definitiva del mestizaje y a la cancelación imaginaria del elemento pura¡nente negro de la cultu¡a nacional. Ese oro lado de la historia, el del ascenso de los gmpos medios y populares, será repfesentado por un conjunto de personajes que se iriín dehniendo en su relación de proxirnidad o lejanía con respecto a los valores del humanismo ilustrado que rigen el relato. El grupo es encabezado por el personaje destinado a cruzarse finalmente con Luisana Alcorta, Pedro Miguel Gomárez. Se trata del hijo ilegítimo que fu€ concebido de la unión de Negro Malo con Ana Julia y que fue ocultado por Fermín Alcorta, como motivo de vergüenza para los amos. al en[egarlo a un isleño cultivador de las tie¡ras medianeras de la hacienda Alcorta. Entre Luisana y Pedm Miguel, que apenas se encuentnn un par de veces en la novela, va a nacer una atracción tan inexplicable como la que unió a Negro Malo con Ana Julia una generación antes. El proceso de descubrimiento y revelación de este destino ineludible de los personajes se desanolla en las tres prime¡as paltes de la novela -llamadas primera, segunda y tercera jomadas- con una morosidad que permite ir representando la historia venezolana de medio siglo, al tiempo que desfilan por la ficción peisonajes intermedios que servirán de vínculo entre estos dos mundos aparentemente ir¡econciliables pero destinados por la ficción a la unidad apaciguadora. Entre estos personajes hay dos que merecen especial atención por su papel de mediadores y de librepensadores que permite introducir en la ficción los argumentos que legitimen el enlace final. Uno de estos personajes es Cecilio Céspedes, llamado en la ficción Cecilio "el viejo", para diferencia¡lo de su sobrino que lleva el mismo nombre. El otro es el padre Rosendo Mediavilla, "cura de almas de Río Chico" (52), afiliado al partido liberal, pero más dado a los tomeos letrados de palabras que al enfrentamiento verdadero. Estos dos personajes cumplirán un papel fundamental en la relación que establecer¡ín con los dos polos en conflicto a los que se intentará reconcilia¡. Por un lado, aunque con mucha menor presencia en la ñcción, el padre Mediavilla pondrá de relieve, con su actividad de evangelización, el papel central que la ficción le otorga a la labor concientizadora del letrado. Por otro, en el personaje del licenciado Cecilio Céspedes se resume toda la propuesta pedagógica de la novela. Se trata de la representación de un punto intermedio que permite vincular al letrado 113

el principio por una motivación que hace ilegítima su aspiración dejusticia: el esclavo<br />

se escapará del campam<strong>en</strong>to p¡ua asistir a una fiesta de tambor que ha sido prohibida<br />

por el capataz de la haci<strong>en</strong>da- En el trayecto de su huida el negro se <strong>en</strong>contrará con la<br />

blanca, Ana Julia Alcona. En esta esc<strong>en</strong>a fundadora del <strong>mestizaje</strong>, <strong>en</strong> la que se un<strong>en</strong><br />

los cuerpos del negro y la blanca, el relato se susp<strong>en</strong>derá <strong>en</strong> un sil<strong>en</strong>cio que deja fuera<br />

de la repres<strong>en</strong>tación, justam<strong>en</strong>te, el mom<strong>en</strong>to crucial que g<strong>en</strong>era todo el felato. Un<br />

mom<strong>en</strong>to sil<strong>en</strong>ciado, pero que sin embargo explicita el orig<strong>en</strong> delictivo del cruce<br />

racial.<br />

El cruce de la niña blanca y el negro evadido se¡á sólo uno <strong>en</strong>tre una cad<strong>en</strong>a de<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tos que dan lugar al "<strong>blanqueami<strong>en</strong>to</strong>" del personaje popular que se desarrolla<br />

a lo largo de toda la novela y cuyo primer episodio se ha producido años antes, <strong>en</strong> el<br />

cruce *también repres<strong>en</strong>tado con un tinte delictivo- de la esclava con el amo, <strong>en</strong><br />

pl<strong>en</strong>os tiempos coloniales. Estos cruces se repetirián a lo largo de toda la ficción pero<br />

se irán volvi<strong>en</strong>do m¡ís explícitos a medida que el acto de <strong>mestizaje</strong> se legitime<br />

ñccionalm<strong>en</strong>te. Si el primer cruce del amo blanco con la abuela negra está casi<br />

perdido <strong>en</strong> una conversación de esclavos que se diluye como chisme (20)7, el segundo<br />

cruce de la blanca con el zambo será un mom<strong>en</strong>to más explícito y, sin embargo,<br />

aus<strong>en</strong>te de la repres<strong>en</strong>tación. El <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro de Ana Julia con Negro Malo se construye<br />

desde los bordes del suceso, casi como una aus<strong>en</strong>cia (24-25). El procedimi<strong>en</strong>to<br />

etusivo con €l que se cu<strong>en</strong>ta la unión de Ia señorita blanca y el esclavo fugitivo<br />

permite a la ficción mant<strong>en</strong>er una indefinición decorosa al¡ededor de un acto que<br />

mant<strong>en</strong>drá la ambigüedad <strong>en</strong>tre la posibilidad de la <strong>en</strong>trega voluntaria o la violación<br />

brutal. Resulta sin dudas efectiva esta indefinición, porque si por una parte la <strong>en</strong>tega<br />

mancharía la inoc<strong>en</strong>cia asignada a la figura fem<strong>en</strong>ina; la violación, por otra, resta¡ía<br />

legitimidad al fruto de esta unión ----€l mestizo que será el c<strong>en</strong>tro de toda la ficciónque<br />

parece concebida ficcionalm<strong>en</strong>te como una fatalidad mágica.<br />

Este acto marcado por la ficción como un "salto más'allá del límite" (24) ----es<br />

decir, como un delito- dará orig<strong>en</strong> a toda la acción posterior <strong>en</strong> la que se iriín<br />

contando, pa¡alelam<strong>en</strong>te, dos historias que son una sola: la historia de la decad<strong>en</strong>cia<br />

y extinción de la familia Alcorta -y con ella de toda la casta de los mantuanos del<br />

tiempo de la Colonia; junto a la historia del asc<strong>en</strong>so hacia el espacio de la<br />

significación de un gmpo social mestizo que deja atrás su her<strong>en</strong>cia popular para<br />

acogerse a las normas letradas. La decad<strong>en</strong>cia de la casta a¡istocrática colonial está<br />

repres<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> un gn¡po de personajes <strong>en</strong>cabezados por Ferrnín Alcorta, hermano de<br />

la ya m<strong>en</strong>cionada Ana Julia, último repres<strong>en</strong>tante varón de su familia ya v<strong>en</strong>ida a<br />

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? Cito por la edición de 1961. En adelante el número de página de todas las citas se indicará <strong>en</strong>Íe<br />

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