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16.05.2013 Views

CARLOMAGNO Y LA RESTAURACIÓN DEL IMPERIO EN OCCIDENTE Los Carolingios Los sucesores de Clodoveo no supieron defender su autoridad. Como los "reyes holgazanes" descuidaron sus obligaciones, el poder pasó a manos de sus mayordomos de palacio. Uno de estos mayordomos, Carlos, agregó al poder efectivo que ejercía, el gran prestigio que ganó con su triunfo sobre los árabes en la batalla de Poitiers en el año 732, salvando a la Europa central para la cristianidad. A raíz de esta victoria recibió el sobrenombre de Martel, el Martillo. Cuando Pipino el Breve, hijo de Carlos Martel, llegó a ser mayordomo de palacio pidió al Papa que decidiera si debía llevar el título de rey el que ejercía el poder regio o aquel que carecía del poder. El Papa decidió a favor de Pipino quien en el año 751 ascendió al trono franco, iniciando así la dinastía carolingia. Una de las grandes figuras de la historia universal: un genial hombre de estado y un buen cristiano. A petición del Papa, Carlomagno condujo su ejército a Italia donde pudo infligir una derrota decisiva a los lombardos. En el año 774 se hizo coronar rey de los lombardos. Entre sus victorias militares más importantes figuran su triunfo sobre los sajones en el norte de Alemania y sobre los bávaros en la región del Danubio. Logró formar un imperio que se extendía desde el Atlántico hasta el Danubio, desde Roma hasta el Mar del Norte. Sus ejércitos eran seguidos por los sacerdotes, la espada por la cruz. Mientras los guerreros conquistaban provincias para Carlomagno, los sacerdotes y monjes conquistaban almas para la Iglesia. Carlomagno dividió su imperio en condados y marcas. Al frente de cada condado había un conde que, a nombre del rey, ejercía el poder policial, administraba justicia y comandaba las fuerzas militares. En los distritos fronterizos fueron organizadas las marcas, cuyos jefes, los margraves o marqueses, tenían poderes más amplios que los condes con el fin de poder tomar rápidamente las medidas requeridas para la defensa de las fronteras. Con el fin de mantener el orden y la ley en todo su imperio y de fiscalizar a los condes y marqueses, Carlomagno creó la institución de los missi domini-ci, los "enviados del Señor", que inspeccionaban todos los años los condados, controlaban los tribunales locales, administraban la justicia e informaban al rey. Carlomagno eligió como lugar preferido y capital la ciudad de Aquisgrán, famosa por sus termas. La modeló según las ciudades romanas e importó estatuas y mármoles de Italia con el fin de embellecerla. Concedió su especial protección a las artes y letras. Obligó al clero a instruirse y otorgó generosa ayuda a las escuelas catedralicias y monásticas, donde los niños eran instruidos en la doctrina cristiana y aprendían aritmética, gramática y canto. Se rodeó de los más destacados sabios de su época, entre los cuales cabe recordar a Eginhardo quien escribió una hermosa biografía del emperador. El "renacimiento carolingio" aseguró la continuidad del desarrollo cultural de Occidente: de la fusión de la cultura clásica y de la religión cristiana se formaría la cultura occidental. Breve Historia UniversalRicardo Krebs 90 (Montes Inc.)

La coronación imperial de Carlomagno A fines del año 800 Carlomagno se dirigió a Roma. En las vísperas de Navidad, después de haberse celebrado solemnemente la misa en la catedral de San Pedro, el Papa León m coronó emperador a Carlomagno. El pueblo prorrumpió en la aclamación: "¡A Carlos Augusto, coronado por Dios, grande y pacífico emperador de los romanos, vida y victoria!". Más de quinientos años después de la caída del Imperio de Occidente la idea imperial seguía teniendo aún tanta fuerza que el imperio parecía ser la única organización política capaz de unir a los hombres y perpetuar la paz y la justicia. La coronación del emperador por el Papa era expresión de la convicción de que en una sociedad cristiana el poder temporal y el poder espiritual debían cooperar en la gran tarea de conducir a los hombres hacia la virtud y la salvación eterna. LA CREACIÓN DE UN NUEVO ORDEN: EL FEUDALISMO La desintegración del poder central, el vasallaje. El imperio de Carlomagno constituyó el primer intento de crear un nuevo orden después de los graves trastornos que se habían producido a raíz de las invasiones de los pueblos germánicos y la decadencia y final caída del imperio romano. A la muerte de Carlomagno siguieron nuevas conmociones producidas en gran parte por nuevas migraciones e invasiones: los germanos del norte o normandos, provenientes de Escandinavia, se dirigieron a Rusia, Inglaterra, el norte de Francia y el Mediterráneo. Los pueblos eslavos se extendieron por la Europa centro-oriental. Los húngaros o magiares, jinetes nómades provenientes del centro de Asia, recorrieron la cuenca del Danubio. En el curso del siglo x estos pueblos se hicieron sedentarios y se convirtieron al cristianismo. Empezaron a formarse los pueblos que en definitiva determinarían la fisonomía de Europa. Todos estos cambios se produjeron en medio de una transformación general de las formas económicas, sociales y políticas. Decayeron las ciudades, disminuyó y casi desapareció el comercio internacional, se redujo el uso de la moneda y la tierra quedó como la principal riqueza. Los poderes centrales perdieron toda autoridad y desapareció la organización administrativa burocrática. Lentamente se formó un nuevo orden que ha recibido el nombre de feudalismo. En medio de las interminables guerras los hombres anhelaron por encima de todo poder disfrutar de protección y seguridad. Como los poderes centrales perdieron toda autoridad se tuvo que recurrir a los poderes'locales. Se generalizó la costumbre de que los vecinos de un lugar se sometieron a quien los podía defender mejor: a veces un conde, pero muchas veces también algún particular que no poseía ningún título o cargo oficial, pero que se imponía a los demás por su valentía y su sentido de la autoridad. A estos hombres se les empezó a llamar señores, mientras que las personas que se encomendaban a su protección recibieron el nombre de vasallos. Entre señor y vasallo se estableció una especie de contrato: el señor Breve Historia UniversalRicardo Krebs 91 (Montes Inc.)

La coronación imperial de Carlomagno<br />

A fines del año 800 Carlomagno se dirigió a Roma. En las vísperas de Navidad, después de haberse<br />

celebrado solemnemente la misa en la catedral de San Pedro, el Papa León m coronó emperador a<br />

Carlomagno. El pueblo prorrumpió en la aclamación: "¡A Carlos Augusto, coronado por Dios, grande y<br />

pacífico emperador de los romanos, vida y victoria!".<br />

Más de quinientos años después de la caída del Imperio de Occidente la idea imperial seguía teniendo aún<br />

tanta fuerza que el imperio parecía ser la única organización política capaz de unir a los hombres y<br />

perpetuar la paz y la justicia. La coronación del emperador por el Papa era expresión de la convicción de<br />

que en una sociedad cristiana el poder temporal y el poder espiritual debían cooperar en la gran tarea de<br />

conducir a los hombres hacia la virtud y la salvación eterna.<br />

LA CREACIÓN DE UN NUEVO ORDEN: EL FEUDALISMO<br />

La desintegración del poder central, el vasallaje.<br />

El imperio de Carlomagno constituyó el primer intento de crear un nuevo orden después de los graves<br />

trastornos que se habían producido a raíz de las invasiones de los pueblos germánicos y la decadencia y final<br />

caída del imperio romano.<br />

A la muerte de Carlomagno siguieron nuevas conmociones producidas en gran parte por nuevas<br />

migraciones e invasiones: los germanos del norte o normandos, provenientes de Escandinavia, se dirigieron<br />

a Rusia, Inglaterra, el norte de Francia y el Mediterráneo. Los pueblos eslavos se extendieron por la Europa<br />

centro-oriental. Los húngaros o magiares, jinetes nómades provenientes del centro de Asia, recorrieron la<br />

cuenca del Danubio. En el curso del siglo x estos pueblos se hicieron sedentarios y se convirtieron al<br />

cristianismo. Empezaron a formarse los pueblos que en definitiva determinarían la fisonomía de Europa.<br />

Todos estos cambios se produjeron en medio de una transformación general de las formas económicas,<br />

sociales y políticas. Decayeron las ciudades, disminuyó y casi desapareció el comercio internacional, se redujo<br />

el uso de la moneda y la tierra quedó como la principal riqueza. Los poderes centrales perdieron toda<br />

autoridad y desapareció la organización administrativa burocrática. Lentamente se formó un nuevo orden<br />

que ha recibido el nombre de feudalismo.<br />

En medio de las interminables guerras los hombres anhelaron por encima de todo poder disfrutar de<br />

protección y seguridad. Como los poderes centrales perdieron toda autoridad se tuvo que recurrir a los<br />

poderes'locales. Se generalizó la costumbre de que los vecinos de un lugar se sometieron a quien los podía<br />

defender mejor: a veces un conde, pero muchas veces también algún particular que no poseía ningún título<br />

o cargo oficial, pero que se imponía a los demás por su valentía y su sentido de la autoridad. A estos<br />

hombres se les empezó a llamar señores, mientras que las personas que se encomendaban a su protección<br />

recibieron el nombre de vasallos. Entre señor y vasallo se estableció una especie de contrato: el señor<br />

<strong>Breve</strong> <strong>Historia</strong> <strong>Universal</strong> – <strong>Ricardo</strong> <strong>Krebs</strong> 91 (Montes Inc.)

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