36417674-Breve-Historia-Universal-Ricardo-Krebs
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en la tierra. El arroja el rayo, su arma infalible. Con el tiempo se acentuó la importancia de una tríada de<br />
dioses, Trimurti, formada por Brahma, el creador, Siva, el destructor, y Vishna, el mantenedor. Pero el<br />
panteón hinduista se compone además de un sinnúmero de otros dioses que se manifiestan en las formas<br />
más variadas: el dios-mono Hanumán, representado con figura de mono y adorado ante todo en las aldeas<br />
rurales; Ganesha, el dios-elefante, representado con cuerpo humano y cabeza de elefante, un dios de la<br />
sabiduría, al cual acuden con preferencia los estudiantes mientras se preparan para sus exámenes; hay<br />
dioses que se encarnan en un caballo o en un carnero. Las vacas, los monos, las serpientes son animales<br />
sagrados. El universo entero es dios, es Brahm.<br />
Los hindúes erigieron para sus dioses grandiosos templos, adornados con un sinnúmero de figuras y<br />
relieves policromados que representan a los dioses y escenas de la vida de éstos. Al interior se encuentran las<br />
representaciones de las divinidades frente a las cuales los fieles rezan sus oraciones y depositan sus ofrendas.<br />
En cada casa existe un lugar sagrado con la imagen de algún dios. Allí el jefe de familia, rodeado de los<br />
suyos, honra a la divinidad, implora su „ ayuda y le entrega sus ofrendas: flores, frutas, obras de artesanía.<br />
Brahm, el alma universal, está presente también en el alma individual o atmán. Hay identidad entre el Yo y el<br />
universo. Sin embargo, en la existencia terrenal el alma personal está encerrada dentro de su cuerpo material<br />
y, por tanto, se encuentra separada del alma universal. El máximo anhelo y la tarea propia del hombre en su<br />
vida terrena consisten en alcanzar la fusión con el alma universal. Para lograr este fin el hombre debe<br />
esforzarse por cumplir plenamente con sukarma, la ley de su existencia. El alma individual se puede escapar<br />
de los males y sufrimientos de este mundo a través de sucesivas reencarnaciones. Según la doctrina hindú<br />
de la transmigración de las almas, el alma se encarna de nuevo después de que muera el cuerpo. Según la<br />
manera en que cada uno ha cumplido con su karma, el alma puede descender o ascender. El alma de<br />
quien no se ha perfeccionado se reencarna en un ser inferior: puede renacer como miembro de una casta<br />
inferior y aun puede reencarnarse en un animal, un ratón, una rana o un lagarto. En cambio, el alma de<br />
quien se ha perfeccionado y purificado mediante el estricto cumplimiento de las leyes espirituales y morales<br />
del hinduismo, renace como miembro de una casta superior. A través de sucesivas reencarnaciones puede<br />
ascender a la casta más alta y renacer como brahmán. Si en nuevas reencarnaciones como brahmán el alma<br />
alcanza la máxima perfección y santidad, se identifica con el alma universal y no regresa a la Tierra. Se ha<br />
cumplido definitivamente su karma y por eso queda liberado de él. Se ha producido la identificación del Yo<br />
con el universo.<br />
La religión hindú es profundamente contemplativa. Mediante la contemplación, la mortificación del cuerpo y<br />
una rigurosa vida ascética, el santo hindú se eleva por encima del mundo con sus tentaciones y sus<br />
sufrimientos y procura identificarse con el alma del universo.<br />
A través de los siglos, millones de piadosos peregrinos se han dirigido a Benares para sumergirse en las<br />
aguas sagradas del río Ganges y realizar allá sus oraciones y abluciones con el fin de purificar su cuerpo y su<br />
<strong>Breve</strong> <strong>Historia</strong> <strong>Universal</strong> – <strong>Ricardo</strong> <strong>Krebs</strong> 31 (Montes Inc.)