36417674-Breve-Historia-Universal-Ricardo-Krebs
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origen a huelgas, protesta y rebeliones. El régimen parlamentario se desprestigió. Como las aspiraciones<br />
nacionales y sociales quedaron insatisfechas, aumentó el número de descontentos que luego se convirtieron<br />
en fanáticos partidarios de Benito Mussoli-ni, fundador del Partido Fascista.<br />
Mussolini despreciaba la democracia y el liberalismo y creía en el gobierno del hombre fuerte. "El siglo xx será<br />
el siglo de los líderes". El "Duce" debía gobernar autoritariamente. Había que "vivir peligrosamente". No<br />
debían importar la comodidad y felicidad del individuo. Cada uno debía obedecer incondicional-mente al<br />
Estado que constituía el supremo valor. "Tener fe, luchar, obedecer". Mussolini quiso restablecer la grandeza<br />
romana y convertir a Italia en gran imperio. El símbolo de su partido eran los "fasces" romanos.<br />
En el año 1922 Mussolini se colocó al frente de 40.000 partidarios y emprendió "la marcha de Roma". El rey<br />
lo nombró jefe de gobierno. En pocos años Mussolini impuso en Italia un régimen totalitario. Eliminó el<br />
parlamentarismo quedando el Partido Fascista como partido único. Reemplazó los sindicatos por<br />
corporaciones. El Estado fascista debía ser un Estado corporativo, basado en las corporaciones, las<br />
organizaciones y representaciones de las distintas actividades económicas. Mussolini fomentó el desarrollo<br />
económico y logró aumentar considerablemente el bienestar. Llegó a un acuerdo con el Papado con el cual<br />
firmó en 1929 los Tratados del Letrán en virtud de los cuales el Estado del Vaticano fue reconocido como un<br />
Estado soberano.<br />
Durante el primer decenio de su gobierno Mussolini siguió una política exterior prudente. El hundimiento de<br />
la democracia en Alemania y la formación del Estado nacional-socialista bajo Hitler Después de la derrota de<br />
Alemania en la I Guerra Mundial se organizó una República democrática, basada en la Constitución de<br />
Weimar (1919). La nueva República no logró echar raíces. Entre el pueblo alemán había una profunda<br />
amargura después de la derrota militar y una fuerte oposición contra el Tratado de Versalles que<br />
consideraba injusto. El descontento aumentó como consecuencia de los graves problemas económicos.<br />
Después de una breve recuperación en la década del 20, la grave depresión que se inició en 1929 produjo<br />
en Alemania una fuerte crisis que dejó a millones de cesantes. Como la democracia liberal resultaba incapaz<br />
para resolver los problemas, muchos alemanes empezaron a cifrar sus esperanzas en otros sistemas de<br />
gobierno.<br />
En medio de la incertidumbre general y del creciente descontento pudo surgir Adolfo Hitler, jefe del Partido<br />
Nacional Socialista. Hitler, venerado en su tiempo por sus partidarios, se convertiría en uno de los hombres<br />
más odiados de la historia. Después de conducir a Alemania por un breve tiempo a la grandeza, la sumió en<br />
la peor catástrofe de su historia.<br />
Hitler estaba convencido de que Alemania debía asumir la dirección de Europa. El pueblo alemán<br />
pertenecía a la raza aria, la raza más vigorosa e inteligente a la cual le correspondía el liderazgo en la historia.<br />
Con el fin de mantener la pureza racial, había que eliminar a los elementos raciales extraños, en particular a<br />
los judíos que representaban el mal en la historia. En oposición a la idea marxista de la lucha de clases,<br />
<strong>Breve</strong> <strong>Historia</strong> <strong>Universal</strong> – <strong>Ricardo</strong> <strong>Krebs</strong> 179 (Montes Inc.)