36417674-Breve-Historia-Universal-Ricardo-Krebs
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Francia revolucionaria y Europa conservadora. Conflictos y guerras<br />
Muchos dirigentes de la revolución estuvieron convencidos de que la Revolución significaba el comienzo de<br />
una nueva época para la humanidad entera y que Francia tenía la misión gloriosa de hacer triunfar los<br />
ideales revolucionarios en todas partes. En los otros países europeos los comienzos de la revolución fueron<br />
saludados con gran entusiasmo por algunos grupos. Sin embargo, pronto los abusos y excesos de la<br />
Revolución produjeron su desprestigio. Los refugiados franceses invitaron a los gobiernos a tomar medidas.<br />
Los reyes llegaron a la conclusión de que la Revolución era un peligro para todo el orden social e<br />
internacional. Como Austria se colocó al frente de las tendencias contrarrevolucionarias, la Asamblea<br />
Legislativa francesa le declaró la guerra en el año 1792.<br />
Austria obtuvo el apoyo de otros Estados y en 1793 pudo crear una formidable coalición integrada además<br />
por Prusia, los Países Bajos, España, Portugal, Cerdeña, Suecia e Inglaterra. Esta guerra que, con una breve<br />
interrupción, se prolongaría durante veintitrés años alteraría profundamente la faz del Viejo Mundo.<br />
Los aliados pudieron tomar la iniciativa y sus ejércitos penetraron en el territorio francés. Mas, la Convención<br />
movilizó todas las fuerzas nacionales. El nuevo ejército, formado por los ciudadanos, estaba animado por un<br />
nuevo espíritu. El ciudadano luchaba por su patria y la libertad y no por dinero. Los puestos de los oficiales<br />
ya no estaban reservados a la nobleza, sino que estaban abiertos a todos según su mérito. "Cada soldado<br />
llevaba el bastón de mariscal en la mochila".<br />
El ejército nacional permitió desarrollar nuevas estrategias y tácticas. Ya no había que temer las deserciones.<br />
Como había gran número de soldados y se podían reemplazar fácilmente las pérdidas, el general no tenía<br />
que esquivar la batalla, sino que podía forzar la decisión mediante el ataque. Se podía prescindir de la<br />
disciplina rígida y de las líneas cerradas y confiar en la iniciativa del soldado.<br />
El nuevo ejército demostró pronto su superioridad sobre los ejércitos mercenarios de las viejas monarquías.<br />
Los franceses expulsaron a los enemigos de Francia y, pasando a la ofensiva, penetraron en los Países Bajos,<br />
Alemania, Suiza e Italia. Prusia y España abandonaron la coalición e hicieron en Basilea una paz por<br />
separado con Francia (1795).<br />
El joven general Napoleón Bonaparte comprendio con genial visión militar que la mejor manera para vencer<br />
a Austria era una ofensiva a través del norte de Italia. Bonaparte pidió al Directorio el mando sobre las tropas<br />
francesas en Italia y, después de haber reorganizado los regimientos, pasó inmediatamente al ataque<br />
logrando espectaculares triunfos sobre los austríacos. En el año 1797 Austria firmó con Francia la paz de<br />
Campo Formio en que entregó a Francia los Países Bajos austríacos, la orilla izquierda del Rin y Lombar-día.<br />
En recompensa recibió el territorio de la República de Venecia.<br />
En los países ocupados por sus ejércitos Francia estableció repúblicas según el modelo de la misma república<br />
Francesa: República Batava, República Helvética, República Ligurina, República Cisalpina, República Romana.<br />
Solemnemente se proclamaba que las nuevas repúblicas significaban la caída de la tiranía y el triunfo de la<br />
<strong>Breve</strong> <strong>Historia</strong> <strong>Universal</strong> – <strong>Ricardo</strong> <strong>Krebs</strong> 145 (Montes Inc.)