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viene a un falso Maestro, el falso Maestro sabe enseguida que ahora<br />
le ha llegado un verdadero buscador y empieza a comer porque tiene<br />
miedo de que el verdadero buscador conozca su secret0 y pida algo<br />
que no puede darle.<br />
No podemos probar a nadie si todavia estamos trabajando a<br />
nivel de la mente y de 10s bganos de 10s sentidos. Si estamos con-<br />
taminados por la basura de 10s placeres mundanos, no podemos pro-<br />
bar a nadie. A no ser que vayamos hacia dentro y nos volvamos pu-<br />
ros, no estaremos en capacidad de probar ni de reconocer a nadie.<br />
Mientras estemos sucios, no podemos saber quikn es verdadero y<br />
quih no lo es. Si queremos ver quih es puro y quien no lo es, ne-<br />
cesitamos volvernos puros.<br />
Una vez dos pundits, hombres de muchos conocimientos, fueron<br />
a ver a Dadu Sahib, un gran Mahatma; habian oido acerca de Dadu<br />
Sahib pero nunca lo habian visto. Fueron a El para iniciarse y cuan-<br />
do llegaron cerca de Su casa, vieron salir a un hombre calvo. El<br />
tenia la cabeza afeitada. En la Inclia se Cree que si uno se encuentra<br />
con alguien asi, es mala suerte. Asi que ellos pensaron: "Venimos<br />
aqui a ver a1 Maestro, a mejorar nuestras vidas, per0 he aqui que<br />
nos hemos encontrado con este hombre, iquB mala suerte; ahora<br />
no vamos a poder conocer a1 Maestro!" Se sintieron tan molestos<br />
con aquel hombre calvo que le pegaron en la cabeza. sin darse cuenta<br />
que era Dadu Sahib mismo y le preguntaron: "~Ddnde queda el<br />
Dera de Dadu Sahib?" Dadu Sahib, que era una morada de paz, les<br />
contest6 muy paciente y amorosamente: "Este es el Dera de Dadu<br />
Sahib. Entren y esperen; El vendrh pronto."<br />
Ambos eruditos entraron y se sentaron con el Sangat y espe-<br />
raron que llegara Dadu Sahib. Y despuks de un rato, El aparecid<br />
alli y vieron que era el mismo hombre a quien habian golpeado en<br />
la cabeza y se sintieron atemorizados. Pensaron: "i Ahora no nos<br />
darb la iniciaci6n! Teniamos tanto anhelo de ser iniciados y lo he-<br />
mos insultado. Ahora no querr6 ni hablar con nosotros." Pero cuan-<br />
do termin6 el Satsang, Dadu Sahib 10s llam6 aparte; ellos estaban<br />
muy asustados y se disculparon. El era muy paciente y amable, y<br />
dijo: "Est& bien. Ustedes saben que si alguien va a comprar una<br />
vasija, la golpea para asegurarse de que es buena. EstA bien que<br />
me hayan golpeado en la cabeza; tenian que asegurarse si era el