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con Dios y a la vez esta conectado con el mundo. El es la 6nica per-<br />
sona que trae el mensaje de Dios y nos lo da.<br />
Para El todos son iguales. Observa a Su Sangat con 10s mismos<br />
ojos y ,en la misma forma que lo haria con Sus hijos fisicos ; para<br />
El, el amigo y el enemigo son iguales; Su angulo de visi6n es igual<br />
para todos. A travks de la meditaci6n El ha llegado a1 punto en que<br />
puede ver a Dios obrando en cada hoja y en toda criatura de esta<br />
creaci6n. Por eso puede ver a Dios obrando en todas partes. Tiene<br />
un conocimiento completo de c6mo Dios estd absorto y presente en<br />
todo lugar y ve c6mo Dios esth obrando dentro de cada uno. Cuando<br />
nuestra alma se eleva por encima del nivel de la mente y de 10s<br />
6rganos de 10s sentidos y desde arriba observa el mundo de abajo,<br />
fhcilmente podemos ver que Dios esth trabajando en todas partes.<br />
Cuando nos elevamos lo suficiente para observar hacia abajo c6mo<br />
trabaja el mundo, facilmente podemos ver a Dios actuando en todas<br />
partes; y entonces podemos decir que Dios vive, que estd presente,<br />
en cada hoja, en toda criatura, en el amigo y en el enemigo.<br />
Cuando miramos las cosas desde el nivel de la mente y de 10s<br />
6rganos de 10s sentidos, entonces vemos caras diferentes, vemos gen-<br />
te distinta. Y por eso decimos: "Aquel es bueno, o aqud es malo",<br />
por eso discriminamos entre la gente y encontramos diferencias en-<br />
tre ellos.<br />
El Guru Sahib dice: "Mientras uno estb enredado en la dua-<br />
lidad, se refiere a las cosas como 'buenas' o 'malas'. Pero 10s Guru-<br />
mukhs han alcanzado la unidad, se han absorto en el Ser Supremo,<br />
en Dios, le ven obrando en todas partes."<br />
El miru a todos por igtzal, pero cada Etno recibe<br />
de acuerdo a su receptividad.<br />
El Maestro nos mira a todos de la misma forma. Sus sentimien-<br />
tos hacia nosotros son iguales; es igual para con todos y a todos<br />
concede la misma cantidad de gracia. Pero recibimos de El de acuer-<br />
do a nuestra receptividad. Cuanto mayor sea nuestra receptividad<br />
hacia El, mds gracia recibiremos; y entre menor receptividad, me-<br />
nos recibiremos. Es como el padre que tiene dos hijos: un hijo le<br />
obedece, toma su consejo de corazbn, va a la escuela, obedece a<br />
10s profesores y maestros, y de esa forma despierta el poder del co-