los molinos del altoaragon - Instituto de Estudios Altoaragoneses
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HAY QUE PAGAR EL AZUD<br />
Casi siempre <strong>los</strong> buenos azu<strong>de</strong>s servían para <strong>de</strong>sviar aguas que, antes <strong>de</strong><br />
volver al cauce <strong><strong>de</strong>l</strong> río, movían varios <strong>molinos</strong> y regaban hereda<strong>de</strong>s pertenecientes<br />
a muchos propietarios. Los acuerdos que regían el empleo <strong>de</strong> estas<br />
aguas exigían largas negociaciones entre las partes interesadas. Con mucha frecuencia<br />
<strong>los</strong> pactos acababan plasmándose por escrito en capitulaciones y concordias<br />
que testificaban <strong>los</strong> notarios públicos. Estos documentos —muy abundantes<br />
en <strong>los</strong> protoco<strong>los</strong> notariales a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XV— rigieron <strong>los</strong> usos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
agua para el riego y para <strong>los</strong> <strong>molinos</strong> a lo largo <strong>de</strong> cientos <strong>de</strong> años. Cuando surgía<br />
un conflicto se recurría al examen <strong>de</strong> las viejas capitulaciones acordadas<br />
hacía mucho tiempo. A veces, la capitulación había previsto el caso litigioso y<br />
ofrecía soluciones, pero en numerosas ocasiones se trataba <strong>de</strong> conflictos no previstos<br />
por quienes firmaron la antigua capitulación: era necesario negociar <strong>de</strong><br />
nuevo o acudir a una sentencia arbitral. En último caso —se procuraba no llegar<br />
tan lejos— se recurría a <strong>los</strong> tribunales.<br />
A finales <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVI vivía en Barbastro una familia po<strong>de</strong>rosa <strong>de</strong> apellido<br />
Lunel. Eran burgueses empren<strong>de</strong>dores y ricos, comerciantes y prestamistas,<br />
avispados, bien relacionados. Dominaban el comercio <strong><strong>de</strong>l</strong> hierro que se producía<br />
en Bielsa. Prestaban dinero cobrando intereses mo<strong>de</strong>rados. Estaban<br />
emparentados con canónigos y levantaron en la catedral <strong>de</strong> Barbastro una hermosa<br />
capilla <strong>de</strong>dicada al Ángel Custodio.<br />
Lucas Julián <strong>de</strong> Lunel disponía, entre sus fuentes <strong>de</strong> riqueza, <strong>de</strong> un molino<br />
harinero que se movía con las aguas <strong><strong>de</strong>l</strong> río Alcanadre. El molino <strong><strong>de</strong>l</strong> burgués<br />
barbastrense estaba situado entre Peralta <strong>de</strong> Alcofea y Sariñena. En el<br />
azud que enviaba el agua al molino <strong>de</strong> Lunel nacía también la acequia <strong>de</strong><br />
Baldcro, que regaba las huertas <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo nombre en el término <strong>de</strong> Sariñena.<br />
Todo lo referente al gobierno y a la administración <strong>de</strong> aquellas aguas se encontraba<br />
escrito en una capitulación firmada a comienzos <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVI. En 1583<br />
una avenida <strong><strong>de</strong>l</strong> río Alcanadre <strong>de</strong>rribó una parle <strong><strong>de</strong>l</strong> viejo azud. Los regantes,<br />
que ya consi<strong>de</strong>raban hacía tiempo la posibilidad <strong>de</strong> recrecer la antigua presa,<br />
pensaron que había llegado el momento <strong>de</strong> construir un azud nuevo más fuerte<br />
y más alto que el anterior. Contrataron <strong>los</strong> servicios <strong>de</strong> un buen maestro cantero<br />
y al año siguiente el nuevo azud estaba ya concluido: había costado tres mil<br />
escudos, pero era una obra magnífica.<br />
A la hora <strong>de</strong> pagar pasaron a Lunel la factura <strong>de</strong> la parte que le correspondía<br />
como propietario <strong><strong>de</strong>l</strong> molino según la vieja capitulación. Al burgués barbastrense<br />
<strong>los</strong> gastos le parecieron «excesibos y exorbitantes» y más teniendo en<br />
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