dato - Diario Hoy

La Plata, miércoles 4 de julio de 2007 POLITICA 7
DISPUTA CON LA PROVINCIA POR EL CONTROL DE LA ACTIVIDAD
Prohíben las
voladuras en las
canteras de Tandil
Lo estableció el intendente a través de un decreto. La medida tendrá vigencia
“hasta que la dirección de Minería realice el contralor” de las explosiones
La vieja disputa por el control de las canteras
de Tandil volvió a encenderse. El intendente
Miguel Lunghi prohibió a las empresas
mineras realizar voladuras hasta que
la Provincia no ejerza el contralor que, según
el Municipio, le corresponde.
La decisión fue tomada tras la explosión
de la cantera Cerro Federación que el jueves
pasado sacudió a la ciudad y que reavivó
las quejas de los ambientalistas. No fue
el único hecho: también se detectó un camión
que viajaba con sobrepeso de piedras,
en un intento de evadir impuestos. Dos
postales repetidas pero que, esta vez, rebalsaron
el vaso.
Lunghi resolvió firmar ayer un decreto
que prohíbe las explosiones y da de baja el
Servicio Permanente de Inspección y Asesoramiento
sobre las canteras.
Según la disposición, a la que accedió
Hoy, la medida regirá “hasta tanto no se establezca
un servicio de contralor por parte
de la dirección Provincial de Minería y, en
cada caso particular, hasta que cada empresa
demuestre el cumplimiento de las tareas
de mitigación a la que se comprometieron
en los respectivos informes de impacto ambiental
aprobados por la Autoridad Minera
Provincial”.
La decisión echa más leña al fuego. Es
que, desde hace años, la Provincia y el Municipio
deslindan responsabilidades la una
en la otra sobre el control de la actividad
minera. ¿Por qué hay conflicto? Porque es
imposible la convivencia entre la extracción
de piedra y la ciudad. Los vecinos sufren
el impacto directo: las paredes de sus
casas se resquebrajan. Por eso reclaman el
traslado de las canteras. A esto se suma la
Producción dice que el
Municipio está habilitado
para controlar por la
ordenanza 4.133
incompatibilidad con el turismo, una actividad
que cada vez reporta mejores dividendos
a la ciudad.
Hace un año, la ministra de Producción,
Débora Giorgi, y Lunghi acordaron trabajar
en conjunto. El municipio realizaría las inspecciones
“como gesto de buena voluntad”,
pagando los honorarios de un geólogo. Producción,
por su parte, “realizaría gestiones
con la Cámara de la Piedra” para que las
empresas adecúen sus voladuras “con el objetivo
de mejorar los controles”, además de
exigir las medidas concretas de mitigación
por el daño ambiental a los empresarios.
Según el municipio, Producción no cumplió
con su parte y por eso resolvió dar de
baja ahora el Servicio de Inspección.
En el Ministerio sostienen la versión contraria.
Giorgi aseguró ayer que su cartera
“cumplió cada paso del acuerdo firmado” y
remarcó que el municipio elige “no ejercer
el control de las voladuras” (ver aparte).
“Hemos usado todas las herramientas que la
legislación vigente nos permite, hemos hecho
lo que nadie hizo en el tema de las canteras”,
sostuvo la ministra y puntualizó que
se realizó una ronda de inspecciones a las
canteras, se impusieron sanciones y hasta se
formalizó una propuesta ante el Gobierno
nacional para la creación de un Polo Minero
fuera de la ciudad.
Canteras. Están
desde hace
años en el ojo
de la tormenta.
Los vecinos no
quieren más
explosiones
en la ciudad
El dato
El dictamen al que
se aferra Producción
Producción asegura que
el contralor de las voladuras
corresponde al municipio
porque así lo indica
un dictamen que emitió la
Asesoría General de
Gobierno. “El 14 de
febrero pasado, ante una
consulta del Ministerio (tal
cual lo comprometido en
el acuerdo de hace un
año) el asesor general de
Gobierno, Daniel Enrique
Navas, determinó expresamente
la operatividad del
artículo 16, entre otros, de
la ordenanza 4.133/87 que
le permite al Municipio
regular la actividad de una
cantera respecto de los
horarios de las explosiones
y preaviso de las mismas”,
detallaron ayer desde el
Ministerio a Hoy.
¡Salven a
las sierras!
Por Javier Palacios
De la Redacción de Hoy
El panorama sorprende a turistas y
lugareños por igual. Llegar a Tandil
-o vivir en él- implica toparse con decenas
de sierras con un enorme hueco
en su interior producto de años de
depredación lenta pero continua. Así,
los visitantes preguntan cómo se deja
destruir así a uno de los paisajes más
preciados de la Provincia y los tandilenses
conviven con el temor de
que una voladura canteril se convierta
en una tragedia.
El sistema de Tandilia es el más
antiguo de la Argentina, el afloramiento
precámbrico mas austral de
América, presentan una importante
biodiversidad y posee un gran interés
científico. ¿Es racional entonces
moler sus piedras y venderlas a $ 5
la tonelada?
Esta pregunta se la hace desde hace
tiempo la Comisión Multisectorial
por la Preservación de las Sierras de
Tandil. Es la misma entidad que en la
reciente presentación de la nueva Piedra
Movediza recurrió a dos chicas
con el torso desnudo para reclamarle
al presidente Néstor Kirchner que las
sierras sean declaradas área protegida.
La lucha, aunque desigual, merece
ser reivindicada: está en juego no sólo
la belleza paisajística de Tandil sino
también el estado de las rutas destrozadas
por camiones sobrecargados y
la propia seguridad de más de 120 mil
tandilenses.
Resulta impensado que, entrado el
siglo XXI, se habiliten voladuras de
piedras de más de 2.000 millones de
años de antigüedad. La excusa no
puede seguir siendo la necesidad de
alimentar de materia prima a la obra
pública o reinvindicar una industria
-la canteril- tan desacreditada como
nociva. Es hora de que las autoridades
reaccionen y “salven a las sierras
de Tandil”.