Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre
Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre
J A I M E L L U I S Y N A V A S de las monedas salidas de sus cecas, interpretación que más bien debería ser de carácter restrictivo por tratarse de una enajenación de derechos por parte del Rey de Baleares (1). No sólo en tiempos de Alfonso IV, sino ya en los de Jaime 11, existieron cecas locales que batieron pugesas. Las concesiones del Rey determinaban el área en que podían circular, estableciéndose además la obligación de asegurarlas, es decir, se redactaban en términos bastante análogos a los apreciados para otros momentos de la Historia de Cataluña. Hasta cierto punto, no deja de existir cierta analogia entre dichas monedas locales y las marcas de cabildo. Botet atribuye la aparición de las pugesas a un mal estado económico ('4, pero más bien parecen fruto de un mal estado financiero, lo cual no implica siempre un mal estado económico. En todo caso, otra vez, y no sin cierta n~onotonía, nos hallamos ante los mismos factores influyendo en la organización de las casas de moneda. Por cierto que aquí los económicos impusieron una tendencia opuesta a los políticos, pues mientras la tendencia ((política)) era de reducir el número de cecas, la ((económica)) fue aumentarlos; así, mientras por una parte se suprimían las casas de moneda feudales, por otra aparecieron las municipales. De todas maneras, esta evolución no fue instantánea y a reces se entrecruzan las dos corrientes. Así Poblet, en 1304, aún conservaba el derecho a percibir el diezmo de las acuñaciones de la ceca condal de Agramunt (3). Se propuso al Rey que falsificase moneda francesa para pagar sus deudas; quien esto recomendaba, añadía que también lo hacia Alfonso de Castilla (4). Como podrá apreciar el lector en el curso de este trabajo, este caso no es único. Jaime 11 tuyo que enfrentarse también con las falsificaciones que se hacian de sus monedas, pues en 1267, es decir, bajo Jaime 1, ya se hacian falsificaciones. Estas quizá perturbaran mucho el prestigio de la moneda salida de las cecas le- gales bajo el reinado del segundo de los Jlaimes, pues tuvo que establecer multas para quienes rehusaran dineros y miajas legítimos, y para el crimen de falsa moneda se admitia el tormento. La falsificación de moneda solía hacerse con ayuda de algún poderoso que prestaba su castillo (condes de Ampurias, Pallars, etc.) para con- vertirlo en lo .que podríamos denominar ((ceca falsaria)) (5). No deja de revestir (1) En la actitud adoptada por el monarca de Aragón, tambidn pudo pesar su posici6n feudal respecto del de Baleares. (2) Vdase SALAT: ob. cit., tomo 1, phg. 115-117; BOTET: ob. cit., tomo 11, pág. 91-92; IMATEu: Glosario hispánico de numismútica, Barcelona, 1946, voz marcas de cabildo, y ALOIS HEISS: Descripción general de las monedas hispano cristianas, Madrid, 1863, tomo 11, pág. 195-196. La analogia que señalamos se da por lo menos respecto de algunos móviles de la acuñación. (3) Véase SALAT: ob. cit., tomo 1, pág. 299. (4) Vdase BOTET: ob. cit., tomo 11, pág. 93. A fin de emitir moneda irregular se llegó a proponer al Rey la constitución de cecas secretas, quizá por miedo a las consecuencias de su publirkiad. Estas practicas fueron bastante corrientes en la Edad Media. En Aragón tuvieron gran desarrollo bajo Pedro IV. Véase LLUIS: Las falsificaciones estatales de moneda, cNummusr, n6m. 13-14 (1957). pAg. 73 y siguientes. (5) Vdase SALAT: ob. cit., tomo 1, phg. 274; BOTET: ob. cit., tomo 11, pBg. 93, y MATEU: Lamoneda ..., phgina 177.
AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAGÓN EN EL SIGLO SIV una cierta analogía esta acuñación falsa bajo protección de un poderoso con las falsificaciones hechas por los reyes de monedas de otros soberanos; estos sucesos son consecuencia, en gran parte, del feudalismo o semifeudalismo en boga. 111. REINADO DE ALFONSO IV Del conjunto de noticias que poseemos, se deduce que en este reinado no se introdujeron grandes modificaciones en las orientaciones jurídicas de la organiza- ción y administración de la amonedación. Con todo, fue preciso adoptar deci- siones más o menos especificas propias de la marcha de dichos organismos. Segui- damente podremos apreciar los detalles de las tendencias registradas en esta época. A) Conocemos un documento dirigido al maestre de la moneda barcelonesa Guillermo Vicentii (rac ciucumque Magistro aius monetae qui pro tempore fuerit (1). Ello marca un paso más en la distinción entre la persona del jefe de la monederia y el cargo en si en abstracto. Distinción que facilitaría la estabilidad de normas más allá de las personas. El documento se refiere a la limitación de beneficios, tanto de monederos como de comerciantes, en lo relativo a unas monedas concretas (los dineros de plata y terno barceloneses), sin duda respondiendo al propósito de hacer coincidir su valor real con el nominal, lo que a su vez se deberia a un deseo de estabilidad económica y a los intereses de los comerciantes, en relación con el estado de desarrollo de la ciencia económica (2). Es interesante destacar cómo las necesidades hacen per- cibir en casos concretos la utilidad de ciertas medidas independientemente de la justicia y derecho de los gobernantes a obrar en un modo u otro a que nos referimos en otros lugares (3). Su consecuencia es la decisión tomada, con más o menos acier- to, de que no haya derechos de los monederos en reducir el coste de la fabricación de moneda para hacer coincidir ambos valores de ésta. En este aspecto es un dato precursor de lo que ocurrirá en tiempos más modernos, independiente- mente del hecho de que la estructura y organización de entonces no permitiera su desarrollo (4). Es interesante destacar también la existencia de ciertos elementos (1) SALAT: ob. cit., tomo 11, doc. 25. (2) Tambien infiuiria el compromiso del Rey de mantener la estabilidad de la moneda como compen- sación de la percepción de monedaje. (3) Vease la nota 1 de la pAg. 59. (4) Incluso su planteamiento histórico presenta variaciones sobre el moderno.
- Page 42 and 43: G I N O C C H I O papas, fibra de m
- Page 44 and 45: A 4 A R I O F . G I N O C C H I O C
- Page 46 and 47: G I N O C C H I O moliendo las conc
- Page 48 and 49: n i l ~ x r o F. G I N O C C H I O
- Page 50 and 51: G I N O C C H I O Entre los cronist
- Page 52 and 53: M A R I 0 F . G I N O C C H I O des
- Page 54 and 55: G I N O C C H I O BIBLIOGRAFIA HER~
- Page 56 and 57: J O S É D E Y R I A R T E Y , O L
- Page 59 and 60: La ordenación de la amonedacion en
- Page 61 and 62: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 63 and 64: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 65 and 66: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGOI
- Page 67 and 68: AMONEDACIÓN EN LA CORON14 DE ARAG
- Page 69 and 70: AMONEDACIÓN.'EN LA CORONA DE ARAG
- Page 71 and 72: AMONEDACION EN LA CORONA DE ;IRAGÓ
- Page 73 and 74: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 75 and 76: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 77 and 78: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 79 and 80: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 81 and 82: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ~RAGÓ
- Page 83 and 84: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 85 and 86: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 87 and 88: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 89 and 90: AMONEDAC~ÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 91: 'AMoNEDACION EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 95 and 96: AMONEDACIdN EN LA COROhTA DE ARAGÓ
- Page 97 and 98: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 99 and 100: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 101 and 102: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARLIGON
- Page 103 and 104: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 105 and 106: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 107 and 108: AMoNEDACION EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 109 and 110: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAG~AT
- Page 111 and 112: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 113 and 114: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 115 and 116: AII~ONEDACION EN LA CORONA DE ARAGO
- Page 117 and 118: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE AR.~GO
- Page 119 and 120: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAG~N
- Page 121 and 122: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE AK,~G
- Page 123 and 124: AMoNEDACION EN LA CORONA DE ARACON
- Page 125 and 126: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 127 and 128: AMONEDACI~LV EN LA CORONA DE AR,-IG
- Page 129 and 130: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 131 and 132: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 133 and 134: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 135 and 136: AMoNEDACI~N EN LA CORONA DE ARACON
- Page 137 and 138: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 139 and 140: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 141 and 142: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGON
J A I M E L L U I S Y N A V A S<br />
<strong>de</strong> las monedas salidas <strong>de</strong> sus cecas, interpretación que más bien <strong>de</strong>bería ser <strong>de</strong><br />
carácter restrictivo por tratarse <strong>de</strong> una enajenación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos por parte <strong>de</strong>l<br />
Rey <strong>de</strong> Baleares (1).<br />
No sólo en tiempos <strong>de</strong> Alfonso IV, sino ya en los <strong>de</strong> Jaime 11, existieron cecas<br />
locales que batieron pugesas. Las concesiones <strong>de</strong>l Rey <strong>de</strong>terminaban el área en<br />
que podían circular, estableciéndose a<strong>de</strong>más la obligación <strong>de</strong> asegurarlas, es <strong>de</strong>cir,<br />
se redactaban en términos bastante análogos a los apreciados para otros momentos<br />
<strong>de</strong> la Historia <strong>de</strong> Cataluña. Hasta cierto punto, no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> existir cierta analogia<br />
entre dichas monedas locales y las marcas <strong>de</strong> cabildo. Botet atribuye la aparición<br />
<strong>de</strong> las pugesas a un mal estado económico ('4, pero más bien parecen fruto <strong>de</strong> un<br />
mal estado financiero, lo cual no implica siempre un mal estado económico. En todo<br />
caso, otra vez, y no sin cierta n~onotonía, nos hallamos ante los mismos factores<br />
influyendo en la organización <strong>de</strong> las casas <strong>de</strong> moneda. Por cierto que aquí los económicos<br />
impusieron una ten<strong>de</strong>ncia opuesta a los políticos, pues mientras la ten<strong>de</strong>ncia<br />
((política)) era <strong>de</strong> reducir el número <strong>de</strong> cecas, la ((económica)) fue aumentarlos;<br />
así, mientras por una parte se suprimían las casas <strong>de</strong> moneda feudales, por otra<br />
aparecieron las municipales. De todas maneras, esta evolución no fue instantánea<br />
y a reces se entrecruzan las dos corrientes. Así Poblet, en 1304, aún conservaba<br />
el <strong>de</strong>recho a percibir el diezmo <strong>de</strong> las acuñaciones <strong>de</strong> la ceca condal <strong>de</strong> Agramunt (3).<br />
Se propuso al Rey que falsificase moneda francesa para pagar sus <strong>de</strong>udas;<br />
quien esto recomendaba, añadía que también lo hacia Alfonso <strong>de</strong> Castilla (4). Como<br />
podrá apreciar el lector en el curso <strong>de</strong> este trabajo, este caso no es único.<br />
Jaime 11 tuyo que enfrentarse también con las falsificaciones que se hacian<br />
<strong>de</strong> sus monedas, pues en 1267, es <strong>de</strong>cir, bajo Jaime 1, ya se hacian falsificaciones.<br />
Estas quizá perturbaran mucho el prestigio <strong>de</strong> la moneda salida <strong>de</strong> las cecas le-<br />
gales bajo el reinado <strong>de</strong>l segundo <strong>de</strong> los Jlaimes, pues tuvo que establecer multas<br />
para quienes rehusaran dineros y miajas legítimos, y para el crimen <strong>de</strong> falsa moneda<br />
se admitia el tormento. La falsificación <strong>de</strong> moneda solía hacerse con ayuda <strong>de</strong> algún<br />
po<strong>de</strong>roso que prestaba su castillo (con<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Ampurias, Pallars, etc.) para con-<br />
vertirlo en lo .que podríamos <strong>de</strong>nominar ((ceca falsaria)) (5). No <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> revestir<br />
(1) En la actitud adoptada por el monarca <strong>de</strong> Aragón, tambidn pudo pesar su posici6n feudal respecto<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong> Baleares.<br />
(2) Vdase SALAT: ob. cit., tomo 1, phg. 115-117; BOTET: ob. cit., tomo 11, pág. 91-92; IMATEu: Glosario<br />
hispánico <strong>de</strong> numismútica, Barcelona, 1946, voz marcas <strong>de</strong> cabildo, y ALOIS HEISS: Descripción general <strong>de</strong> las<br />
monedas hispano cristianas, Madrid, 1863, tomo 11, pág. 195-196. La analogia que señalamos se da por lo<br />
menos respecto <strong>de</strong> algunos móviles <strong>de</strong> la acuñación.<br />
(3) Véase SALAT: ob. cit., tomo 1, pág. 299.<br />
(4) Vdase BOTET: ob. cit., tomo 11, pág. 93. A fin <strong>de</strong> emitir moneda irregular se llegó a proponer al Rey<br />
la constitución <strong>de</strong> cecas secretas, quizá por miedo a las consecuencias <strong>de</strong> su publirkiad. Estas practicas<br />
fueron bastante corrientes en la Edad Media. En Aragón tuvieron gran <strong>de</strong>sarrollo bajo Pedro IV. Véase<br />
LLUIS: Las falsificaciones estatales <strong>de</strong> moneda, cNummusr, n6m. 13-14 (1957). pAg. 73 y siguientes.<br />
(5) Vdase SALAT: ob. cit., tomo 1, phg. 274; BOTET: ob. cit., tomo 11, pBg. 93, y MATEU: Lamoneda ...,<br />
phgina 177.