Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓN EN EL SIGLO SIV
taria intermedia entre Aragón y Cataluña, y que asimismo la intervención de las
Cortes en la supervisión de las necesidades de moneda y en la regulación de la
actividad de las cecas, aparece muy consolidada de hecho.
Sancho Ramírez habia concedido el oficio de abridor de cuños de Jaca a un
tal Calbet y sus descendientes. En 1307, aunque parece que hacia tiempo que no
se labraba moneda en Jaca, seguían provistos algunos cargos, como el de maestro,
que lo era Fernando Lope de Josa. Por su parte, los herederos de Calbet, al cesar
las actividades de la ceca, desconocieron el oficio. Ponce de Jaca, descendiente
del anterior concesionario del oficio de tallador, solicitó a Jaime 11 se le autorizase
a presenciar la emisión de Sariñena para aprenderlo, atribuyendo Pío Beltrán a
esta causa el mal arte de las monedas de esta época (1). Ya hemos visto la solución
de equidad de Jaime 11.
Como se verá, la tendencia a hacer los cargos hereditarios se habia infiltrado
en la organización de las monederías, y no puede decirse que ello fuera motivo de
satisfacción, ni siquiera en función de la organización social de la Edad Media,
puesto que el resultado era poner cargos técnicos en manos de gentes poco capa-
citadas. Desde otros puntos de vista, la herencia (económica de la propiedad pri-
vada o aristocrática de los cargos politicos) puede ser a veces un bien: propor-
ciona estabilidad a la sociedad y rectores especialmente formados para regirla
(en realidad, aunque un mínimo de aristocracia siempre es útil, el grado en que es
necesaria la misma varia según los periodos históricos, sus precedentes estructuras
sociales, y necesidades de cada época). Pero los cargos técnicos no están ligados a
dichas razones de estabilidad y rectoría social, y en cambio en los mismos predo-
mina la idea de capacidad técnica. Por lo tanto, puede llegar a ser úutil una cierta
adscripción familiar, por la formación que puede así obtenerse, interés en el éxito
de la institución, relaciones adquiridas con la institución, etc. Pero la vinculación
absoluta del cargo no podía ser recomendable por las razones dichas, como parecen
probarlo las consecuencias de la adopción del sistema que nos ocupa.
Cedida Cerdeña por el Papa a Jaime 11, ésta se negó a acatar su autoridad,
sublevándose, y el infante don Alfonso sitió la villa de Iglesias, resolviendo, durante
el sitio, acuñar moneda, y ordenó a Gerau de Rocaberti, a fines de 1323, que le
enviase los monederos, obreros y útiles necesarios. A pesar de las diferencias que
hay entre esta forma de acuñación y la que tenían los generales romanos, no puede
menos que señalarse las sensibles analogias que existen entre ambas acuñaciones
de carácter militar (2). El mismo infante, tomada la ciudad, en calidad de lugar-
teniente de su padre, otorgó a ésta varios privilegios, entre ellos el de acuñar mo-
(1) Pfo BELTRAN:
LOS dineros ..., p8g. 94.
(2) El rdgimen juridico de las emisiones de un jefe de mesnadas medieval y de un general romano
dotado de imperio es muy distinto. Pero la finalidad fundamental revestiría muchas analogias: contribuir
a la flnanciacibn de las operaciones militares (pago de soldadas, compra de víveres, etc.).