Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓN EN EL SIGLO SI\'
La enumeración de cargos es escueta, sin gran determinación sobre su autori-
dad y otros puntos de derecho. Al tratar de Pedro 111 y su privilegio sobre la orga-
nización de la ceca de Barcelona (0, hemos observado la tendencia a diferenciar
las normas estables de las variables; es una evolución que se da en otros campos
del derecho sin contacto forzoso con el caso que nos ocupa, por ejemplo en Roma
con los edictos nuevos, traslaticio y finalmente la aparición del perpetuo de Salvio
Juliano. La explicación de este fenómeno radica en el modo como se capta el
derecho. La idea de bien y afanes a que responde, en relación con las preocupacio-
nes del momento, se capta y aspira a realizar en una gama limitada, incluso la
aspiración puede limitar la captada, es decir, se conoce y legisla en una forma
específica (2). Al existir varias normas, se puede diferenciar lmejor entre lo que
fue fruto de una necesidad transitoria y lo que es de una más constante y que
aparece siempre, pasándose entonces a contenerlas en normas o fuentes diversas
menos variables unas y otras y que tienen, entre otras ventajas, la de simplificar
la labor del legislador, que no tendrá ya la necesidad de reformarlo todo, sino tan
sólo lo que deba variar, ofreciendo mayor seguridad de estabilidad para los subdi-
tos, etc. Los intereses y preocupaciones facilitan más o menos la captación de una
gama del bien; de momento, no se siente la necesidad de diferenciar lo transitorio
de lo estable, pues aparte de las dificultades de hacerlo, y peligros de errores si
se acude tan sólo a la especulación racional, la necesidad, transitoria o perpetua,
se siente como un todo (e independientemente de lo que ocurra en la esfera de las
ideas, del grado de captaciones, etc., de lo que se comprenda o preocupe esto,
según el grado de desarrollo de la ciencia filosófica, que además en ciertos grados de
cultura no llamará mucho la atención) y al ser considerada como un todo, en la
Ley escrita, no se siente la necesidad de matizar su grado de transitoriedad. Sólo
cuando por repetición de casos, solidificación de ciertas costumbres, etc., se diferen-
cie entre lo más o menos transitorio (en aras al grado de relación y acercamiento
con la idea pura de bien en si, y con la variación mayor o menor de los factores
fisicos, humanos, etc., a que la idea de bien deba ser adaptada) podrá sentirse la
antedicha necesidad de diferenciar grados de variación en las leyes positivas (3).
Que el documento que nos ocupa tratara de funcionarios pagados por el Rey,
nada tiene de particular dada la naturaleza de sus cargos; la indicación se debe
al deseo de evitar confusiones entre los diversos intervinientes en dichas emisiones
y determinar cargas de cada cual. Es consecuente necesidad de la participación
de otras autoridades o de las aportaciones de las gentes que llevan a acuñar. Pa-
rece quererse rehuir el sistema de que cobren según lo que trabajan, o mejor que
paguen quienes aportan el metal monedable. Es decir, se busca abaratar la acu-
ñación, que tenga menos cargas, quizá sólo directas, pues el Rey puede pagar
(1) V6ase la nota 1 de la pág. 59.
, (2) La limitación de captación procede del rcampor sobre el que se centra la atención, lo cual a su vez
viene condicionado por la problemática de hecho que induce a orientar la atencidn en el sentido reclamado
por las cuestiones que los hechos plantean.
. (3) VCase LLUIS: Existencialismo, Filosofía de los Valores y sentido humanístieo, Barcelona, 1958,
página 11 y siguientes.