Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

MEDIOS DE CAfiIBIO EN EL PERO PREHISPANICO
IV. La moneda metálica acuñada.
V. La moneda que vale más que su contenido metálico, por ejemplo, la mo-
neda fraccionaria, la moneda de vellón, y
VI. La moneda papel.
El límite entre la moneda en su sentido más emplio (1-11-111), que en reali-
dad corresponde a medios para trocar, y el segundo grupo (IY-V-VI), o sea la mo-
neda en su sentido más estricto o restringido, marca la diferencia cntre la economia
natural, en la que el medio de cambio puede ser usado para el consumo -única
economia que se conocía en el Perú preliispánico- y la moneda acuñada o de pa-
pel -economía monetaria-, la cual sólo sirve como medio de pago.
En el Peru prehispánico, sólo podemos encontrar las tres primeras etapas
señaladas por Moll; el uso de la moneda metálica acuñada es introducido por los
conquistadores y colonizadorcs españoles.
1. TRUEQUE
NATURAL.-La primera etapa de trueque natural aparece entre
los primeros pobladores peruanos tan luego se supera el primer momento de la
economia de ((casa cerrada*, donde no existe trueque, y que corresponde a los
primitivos grupos familiares autárticos, donde no existe cambio de productos
(ni compra ni venta).
El cambio simple o trueque directo de un producto por otro, en realidad se
realiza pocas veces por la dificultad de encontrar dos personas de acuerdo: la
primera, que necesite lo que la otra tiene, y a su vez sea poseedora de lo que la se-
gunda persona necesite (dificultad de coincidencia), así como el inconveniente de
la equivalencia de valor entre los productos trocados. Es pues, lo más probable,
la cadena de trueques, donde a través de varios miembros (varios trueques) se
logra salir del producto propio y conseguir el producto necesitado.
Son conocidos en el Perú preliispánico los trueques de los pastores nómadas
de las regiones frias, que entregaban carne (charqui), pieles y sobre todo lana
-de llamas- por maiz de los habitantes de la región de los valles interandinos.
Igualmente la abundante representación de objetos, animales y plantas, de re-
giones opuestas y lejanas, indican relaciones comerciales de trueque entre los
naturales de las tres regiones del Peru. La presencia de cerámicos en lugares apar-
tados de sus centros de fabricación (desde Tiahunaco hasta el Ecuador); plumas
de aves y madera de chonta de la selva entre los habitantes de la costa peruana;
la obtención de estaño por los artesanos costeños chimús para fabricar bronce
no existiendo en sus cercanías, prueba la existencia de trueques entre zonas ale-
jadas entre si.
Sin embargo, estos trueques no representan quizás relaciones directas entre
regiones apartadas, sino que probablemente indican una cadena de trueques, de
pueblo en pueblo, de valle en valle, entre diferentes comerciantes, desplazándose
únicamente el producto de extremo a extremo, y no asi los comerciantes.
En general, podemos decir que los costeños suministrarían algodón, frutas,
pescados, conchas; los habitantes de la sierra aportarían metales, lana, maiz,