Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

M A R I 0 F. G I N O C C H I O
Los mitimaes cusqueños de las fortalezas de Colpas, Cachapaiza y Angar, en
la zona de Huánuco (*Expediente del Visitador Ortiz de Zúñiga,, 1562) tenían
activo comercio con sus vecinos los yaras, cambiando coca, algodón y ají por
lana, sal y pescado.
Los de Copacabana (lago Titicaca) se proveían de los indios de Larecaja,
de productos tropicales: coca, ají, frutas, algodón.
Pedro Sancho nos menciona el activo comercio de los de1 ((Callao)) con los
yungas de la costa, pues no teniendo leña por falta de bosques, la conseguían
en canje, dando en cambio llamas. Rubiños señala que los habitantes de la costa
eran pobres en oro y plata, y la que tenían la conseguían principalmente por
trueque con los habitantes de la sierra, para lo cual deberían entregar pescado y
frutas.
En la ((Relación del Corregidor de Cuenca,, don Antonio Bello, 1582, se men-
ciona que los indios cañares se proveian de sal, trayéndola desde la isla Puná,
y de algodón, por trueque con los yungas de la costa.
En las ((Relaciones Geográficaso, refiriéndose a los indios del valle de Jauja,
se menciona que desde antiguo se proveian de sal por canje con maíz, y que de-
berían ir hasta Huánuco para conseguir ají, frutas y coca.
Guzmán Poma nos dice que los caracoles usados por los (cchasquis)) (correos)
de la sierra peruana, como trompeta de señales, tenían que ser conseguidos trayén-
dolos desde los mares de Colombia.
De lo anteriormente expuesto, podemos sacar las siguientes conclusiones res-
pecto al comercio precolombino :
En el período preincaico la mayoría de las tribus y señoríos trataron de esta-
blecer relaciones comerciales lo más amplias posibles, destacándose sobre todo
los chimus y los habitantes de la zona que hoy es Ecuador.
Con el advenimiento del Imperio Incaico se implantó un fuerte control sobre
todas las actividades económicas y en especial sobre el comercio. A la llegada
de los españoles, en las zonas donde este sistema estaba perfectamente estable-
cido, por haber transcurrido un tiempo suficiente como para que su implantación
permitiera la adaptación de los habitantes a las nuevas normas, el comercio había
sido considerablemente reducido debido a la fiscalización del Estado incaico.
Esto es principalmente aplicable a la región centro y sur peruana, donde el comer-
cio quedó reducido a los trueques efectuados en los mercados y ferias y a las
transacciones comerciales de articulas de primera necesidad (alimentos, ropa)
entre provincias bien determinadas por el gobierno incaico (provincias que se
complementaban en su producción de alimentos). El oficio de ((mercader* quedó asi
reducido a una ((merced)) del Inca, otorgado sólo a pequeños grupos.
En las zonas recién sojuzgadas (costa norte peruana y Ecuador) se mante-
nian todavía muchas de las costumbres anteriores a la dominación incaica; el
comercio, si bien sufrió una regresión, se mantuvo lo suficiente como para que los
primeros conquistadores y cronistas españoles pudieran apreciarlo (comercio de
artículos superfluos y de lujo, metales, etc.).
En general, el activo comercio que se efectuaba en muchas zonas antes de la