Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

esto, utilizó las inscripciones monetales como
punto de referencia para demostrar práctica-
mente sus geniales intuiciones acerca de los
primitivos alfabetos de Hispania, parcela que
tan fecundamente cultivó hasta los últimos
días de su vida con el mismo fervor ilusionado
con el que en sus años mozos se puso a re-
dactar el Cata'logo Aionumental de España o
La novela de España, como tuve ocasión de
constatar cuando me entreg6 el texto de su
trabajo sobre La escritura bástulo turdelana,
publicado en la revista de Archivos, Biblio-
tecas y Museos, tan lleno de atisbos y suges-
tiones fundamentadas científicamente.
De lo que la Numismática representó para
don Manuel, ningún testimonio mejor que
el suyo podemos colacionar y es tan exprc-
sivo que no me resisto a transcribirle:
*Antiguamente, es decir, cuando la liberté,
tgalité, frafernité valían como panacea social,
se escribieron Iibros de Numismática forzo-
samente sosos, a merced del ansia con que
10s aficionados perseguian cada ejemplar de
moneda bonito. Ahora, que a nadie interesa
esto, se me ocurre esparcir el ingenio grata-
mente, si es posible, y divagar sobre ello,
a ver si hago fecundos mis cariños. Porque,
sin ponderaci6n, esto de recrearse en mone-
das, evocar a través de ellas la Historia en
sus más florecientes períodos; manosear aque-
llo mismo que iin Pericles o un Trajano ma-
nosearon; palpar el instrumento de las ambi-
ciones y el poderío, vivo aún a traves de
tantos siglos; desvelar los misterios de un
sector artístico, el más uniforme, el más
Intimo, en el que toda la grandeza social
parece vinculada, constituye un deleite para
el hombre fino, para quien el pasado es con-
trapeso eficaz de actualidades punzantes.
Cómo el grosero estimulo de la codicia, que
un metal satisface, se transforma, por amor
de arte, en aliento espiritual con evocaciones
de toda fndole, bellas cuanto fue dable pro-
ducirlas en periodos de exaltación creadora,
como aureola que el arte dignifica los arran-
ques de prepotencia que la moneda entraña ...S
+La moneda, como instrumento social, en-
vuelve una serie de problemas que los arqueó-
logos tratan de resolver afanosamente y
aburridamente también; pero no de otro
modo se arrancan sus secretos a la Historia.
No es el caso ahora de volver sobre ellos;
aqui no hemos de ver sino obras de arte,
expresión de estados culturales que repre-
sentan giorias nuestras, etapas de floreci-
miento, que apenas es dable reconocer en
otros medios, y aqui se nos ofrecen casi a
salvo del estrago en que los siglos sumieron
tanto y tantas cosas bellas.* (*Divagaciones
numism8ticasir, Misceláneas, pág. 158.)
Don Manuel dejó en las líneas transcritas
no sólo abocetado el concepto de cómo él
entendía la Numismática, sino, además, lo
que el cultivo de esta ciencia representó
para él de alivio y contrapeso en circunstan-
cias sumamente difíciles y adversas en las
que encontró sosiego y distracción amano-
seando aquello mismo que un Pericles o
un Trajano manosearon* y consiguiendo con-
vertir en instrumento de trabajo fecundo
algo que en su origen sólo sirvió para fomentar
codicias y resolver circunstanciales proble-
mas, y es que el sagaz y cultivado espfritu
del sabio y del maestro supo escuchar la
voz y desentrañar los grandes y apasionantes
enigmas que las pequeñas piezas numismh-
ticas a veces encierran.