Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

MEDIOS DE CAhfBIO EN EL PERÚ PREJJISPANICO
na, siendo ((cargadores de las andas del Inca)); los de Atunsora cran igualmente
cargadores de las andas del Inca y servían de chasquis (correos); los urus del Ti-
ticaca entregaban su tributo en pescado y petacas de paja; los pobladores de Co-
tahuasi tributaban plumas de colores, y los de Capachica (a orillas del Lago Ti-
ticaca) eran especialmente designados para hacer los tejidos empleados en la ropa
del Inca; los chichas entregaban cierta madera perfumada; los chumbibilcas pro-
porcionaban hábiles danzantes para diversión del Inca.
Como se ve, se señalaban especies determinadas, lo mejor que producia el Im-
perio, y trabajos especiales para ciertas regiones.
Esta especialización llegaba hasta el extremo de que los ejecutores de la jus-
ticia del Inca eran todos proporcionados por el pueblo de Corca (cercano al Cuzco),
y los célebres y temidos adivinos ((yacarcaes)), que siempre acompañaban al Inca y
que se consultaban sólo en caso de asuntos muy importantes, cran todos del pueblo
de Huaro, en las vecindades del Cusco.
Garcilaso menciona el caso de los pobladores de Quillacu y Pastu, provincias
que por la pobreza y abandono en que vivían sus habitantes, así como por su falta
de habilidad para cualquier artesanía, fueron obligados a tributar c(cañutos de
piojos)), para obligarlos a limpiarse y ((no dejarse comer por ellos,.
Grandes recuas de llamas transportaban el tributo a los centros designados
para su almacenamiento. Las provincias vecinas al Cusco rernitian el tributo a la
capital para sostenimiento del Inca y su corte. Las demás provincias, a los distin-
tos centros señalados de antemano.
Cieza de León señala el Palacio de Guániico (Huánuco), ((cabeza de las provin-
cias comarcanns a los Andeso, como el centro de recoleccicin de los tributos de esa
zona. Los mayordomos del Inca eran los encargados de cobrar los tributos y así
alimentar y mantener a más de 30.000 indios al servicio del Palacio. Igualmente
señala Cieza, a Latacunga (Ecuador) como sede de la autoridad incaica encargada
de cobrar el tributo de la sona aledaíía a la ciudad; y a Haturicolla, como centro
tributario de la región del Collao.
Vasquez de Espinoza señala como importante centro de la recolección de
tributos la ciudad de Vilcas.
Estete cuenta que, hasta despiits de la conquista, el Santuario de Pacliaca-
mac, uno de los más opulentos dei Imperio, seguía siendo centro de peregrinación
y de cobro de tributo. Los incas no destruyeron el templo cuando conquistaron el
Reino Cuismancu, y más bien siguió como santuario importante, que recibía un
tributo anual de todas las poblaciones que se encontraban dentro de la ((distancia
de 300 horaso de camino. El tributo, en forma de ((ofrenda)) de los frutos de la tie-
rra, metales preciosos, etc., era recibido en diferentes centros de recaudación, que
se encontraban diseminados en toda la zona tributaria. Hernando Pizarro, en su
carta a la Audiencia de Santo Domingo, confirma que toda la tierra de los Llanos
(la costa), no tributaba al Cusco, sino a la ((RIezquitao (Templo de Pachacamac).
Garcilaso afirma que el oro, la plata y piedras preciosas, por no ser de necesi-
dad, no eran de tributo obligatorio, sino que eran llevados por los curacas y seño-
res principales, cuando se presentaban al Inca, siguiendo la costumbre de siempre