Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

J A I M E L L U I S N A V A S
VI. REINADO DE JUAN 1
A) Don Juan dictó un privilegio especial sobre la acuñación de florines (1).
Además, dispuso pudieran ser más de 30 los monederos aforados en la fábrica de
Perpiñán. Esta disposición, consecuencia quizá del posible desarrollo de esta
ceca debido al empuje adquirido por la elaboración de florines (2). Pero algunos
años después tuvo que volver a reducir a treinta el numero de monederos privilegiados,
disponiendo que los sobrantes pasaran a la ceca de florines de Rlallorca
dirigida por el mismo Eymerich, que estaba encargado de la ceca ordinaria (3). Quizá
ello sea debido a abusos, pero más probable es que el móvil de Juan 1 al restablecer
la legislación de su padre en este punto, se debiera a no necesitarse ya tanta
gente en la monedería de Perpiñán y a ser ésta necesaria en la de las Baleares (4).
La ceca de Valencia también tuvo considerable actividad en la labra de florines,
siguiendo métodos bastante parecidos a los del reinado anterior (5). El monarca,
en calidad de tal, y por continuar siendo la moneda una regalía, siguió legislando
sobre la ley, talla y demás caracteristicas de la moneda, así como sobre los arriendos
y marcha de las cecas, aunque con las limitaciones que ya conocemos (6).
B) Juan 1 creó una nueva moneda atribuida por algunos a Juan 11: el timbre
de Aragón (7). Esta respondía también al carácter generalizador de la moneda
para toda la Corona. Es, además de una de las mejores desde el punto de vista artístico,
la mejor de las emitidas por el Estado catalanoaragonés durante la Edad
Media, consecuencia ésta de la perfección artística y técnica que, dentro de los
medios con que contaban, liabía sido alcanzada por los entalladores. El de los
timbres fue Antonio Baster. El Rey autorizó a labrar los timbres no sólo en el
Rosellón y Cerdaña, sino en cualquier lugar de sus estados (8). Este hecho tampoco
es nuevo tratándose de cecas dedicadas a la emisión de moneda recientemente
creada.
(1) BOTET: ob. cif., tomo 111, doc. 40.
(2) BOTET: ob. cit., tomo 11, piig. 168. La posible intervención de estos factores no excluye la posible
concurrencia de presiones de los interesados.
(3) Véase nuestro Apéndicr, documento 11.
(4) Estas necesidades no son incompatibles con la posible existencia de matriculaciones abusivas que
hemos visto en otras ocasiones. Quizá algunos acuñadores perpiñaneses proveniesen del Reino de hla-
Ilorca. Ello pudo contribuir a la soluci6n ahora adoptada respecto de su traslado.
(5) Véase MATEU: Lu ceca..., pág. 111 y siguientes, y BOTET: ob. cit., tomo 11, pág. 123 y siguientes.
(6) V4ase BOTET: ob. cit., tomo 11, pág. 48 y siguientes; SALAT: ob. cit., tomo 1, pág. 32 y siguientes;
HEISS: ob. cit., tomo 11, pág. 29 y siguientes, y CAMPANER: ob. cit., pág. 69 y siguientes.
(7) La atribucihn a Juan 1 sustentada por BOTET tiene una sólida base documental (VBase BOTET:
obra citada, tomo 11, pág. 168). Otros autores los atribuyeron a Juan 1 a base del inseguro mBtodo del
arte monetario. VBase SALAT: ob. cit., tomo 1, pág. 89; 1-IEISS: ob. cit., tomo 11, pág. 31-32, y CAMPANER:
Indicador manual de la h'umismática espariola; pág. 387-389. Modernamente MATEU: La ceca..., pág. 45,
sigue a Botet.
(8) VCase BOTET: ob. cit., tomo 11, ptig. 171-172.