Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

J A I n~ E L L U I S Y h T V~ A S
de los carlines de Sicilia (1). El Reino de hZallorca tuvo una sola ceca, sita en la
capital, cuya organización era la propia de todos los estados de la Corona de Ara-
gón, y su primer maestro conocido fue Oberto o Alberto Mustiola, dirigiendo des-
pués de él esta ceca Raimundo de Seva, con el título de ((Regens monedarium
Domini Regis)) (2). Como podrá apreciar el lector, la huella dejada por los cata-
lanoaragoneses en la organización de esta casa de moneda era muy sensible.
B) El primer Jaime de 3lallorca estableció en 1300 las normas de la acuña-
ción local (34 tanto desde el punto de vista formal y diplomático como desde el
del fondo de su contenido (preocupación por fijar las características de la moneda,
su estabilidad, juramento de los infantes, etc.). Entre los intervinientes en dicha
decisión figuran nombres catalanes, como un Petrus de Cardona, y aragoneses,
como el de Bernardus de Saragosa ((jurati Majoricarumo. Tamhién esto recuerda
lo sucedido con el numerario valenciano en tiempos de Jaime 1. Su origen, por
otra parte, parece corresponder al de gentes venidas tras la reconquista de la
isla, de los distintos estados de la Corona de Aragón. Tanto este hecho, y como
el origen de este reino, lo ligan a la Corona de Aragón, a sus usos, leyes y costumbres,
por ser las habituales en ellos o en sus antecesores, que trasladarían de su lugar
de origen al nuevo estado (4).
El documento que nos ocupa trata de la determinación de cómo se había de
acuñar moneda. Téngase en cuenta que la autorización de Jaime 1 para acuñarla
en llallorca no significa que se llevara a la práctica forzosamente antes de su
muerte (salvo el caso especial de las millaresas). No conocían más que el siste-
ma peninsular y, por otra parte, era muy parecido en este aspecto el derecho de
los diversos estados aragoneses y por eso no tendrían los mallorquines el problema
de por qué sistema de organización inclinarse. Por otra parte, lo que percibirían
como más urgente sería establecer una regulación y optarían por la ya conocida,
por las enseñanzas de lo ocurrido en la España peninsular. De ahí que se parezcan
mucho los sistemas de esta ley y los de la Península con pequeñas adaptaciones
(nombre del rey, etc.) a la situación de Mallorca. La identidad de circunstancias
económicas y de conocimientos técnicos en muchos aspectos lo facilitaría tanto
como el origen de los nuevos señores de la isla. Sólo mas adelante, una vez puesta
en marcha, la experiencia podría aconsejar reformas. Que la necesidad de reformas
no se sienta antes, se explica tanto por lo que preocupa en el primer momento,
como por ser dificil (aunque no metafísicamente imposible) determinarla con la
mera especulación racional, sin la ayuda de una experiencia que puede facilitar
la captación de muchos aspectos de los problemas que se plantean en estas cues-
tiones. Por otra parte, por motivos técnicos, económicos, etc., ya referidos en el
(1) Vease MATEU: La moneda ..., pág. 182. Sobre esta medida pesarían las relaciones mercantiles faci-
litadas por la estructura geogrhfica del Mediterrhneo.
(2) MATEU: La moneda ..., pág. 215-216.
(3) CAMPANER: ob. cit., doc. 6.
(4) Desde el punto de vista juridico, el elemento peninsular preponderante es a toda luces el catalhn,
si bien desde otros puntos de vista pesaron también los restantes territorios aragoneses. Así, la moneda
es valenciana. Véase LLUIS: El delito de falsificacidn de moneda en Cataluña y Baleares bajo la Casa de Aus-
tria y sus precedentes medievales, NVMISMA, núm. 24 (1957), pAg. 87 y siguientes.