Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre
Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre
Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
J A I M E L L U I S Y N A V A S<br />
Al tratar a continuación <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong> las falsificaciones castellanas hechas<br />
por encargo <strong>de</strong> Pedro IV, seguiremos unas indicaciones <strong>de</strong> Botet (1). Cuando extrai-<br />
gamos datos <strong>de</strong> otros investigadores citaremos a éstos. En cuanto a las opiniones<br />
críticas, si no hacemos mención <strong>de</strong> algún autor, es porque aceptamos la responsa-<br />
bilidad <strong>de</strong> emitirlas. Concedió este monarca licencia a unos portugueses para que<br />
acuñasen moneda <strong>de</strong> plata <strong>de</strong> Castilla y Portugal. Pedro el Ceremonioso acuñó<br />
moneda castellana en Zaragoza (2) y en Sagunto (3). También acuñó en Valencia.<br />
En Barcelona, en un castillo cercano, batió falsa moneda francesa que hacía<br />
llevar a Francia, don<strong>de</strong> era cambiada por buena y ésta era a su vez reacuñada<br />
en Cataluña. Para que la falsificación fuese más perfecta se hizo traer <strong>de</strong> Per-<br />
piñán cuños <strong>de</strong> moneda francesa. Por cierto, que los Reyes <strong>de</strong> Francia y <strong>de</strong> Cas-<br />
tilla hacían lo mismo que Pedro IV. La falsificación <strong>de</strong> moneda castellana por<br />
parte <strong>de</strong> los aragoneses, y aragonesa por parte <strong>de</strong> los castellanos cesó cuando Don<br />
Pedro y Don Enrique pactaron poner fin a estas emisiones fraudulentas (4). Esto<br />
lo hacían por existir diferencia entre el valor intrínseco y el legal <strong>de</strong> la moneda;<br />
por cierto, que esto produjo ciertos roces entre el monarca aragonés y el obispo<br />
<strong>de</strong> Barcelona, pues éste, como sabemos, quería el diezmo <strong>de</strong> la moneda castellana<br />
acuñada en Barcelona, y el Rey (con interpretación que respondía a su manera<br />
<strong>de</strong> concebir las cuestiones politicas) se negó a pagar dicho diezmo por consi<strong>de</strong>rar<br />
que no se trataba <strong>de</strong> acuñaciones <strong>de</strong> moneda barcelonesa. Al parecer el Rey Cere-<br />
monioso fue un hábil falsificador, supo traer mone<strong>de</strong>ros y cuños <strong>de</strong> los países<br />
cuya moneda iba a falsificar. hloralmente no parece que sea con<strong>de</strong>nable su actitud,<br />
no sólo porque al hacerlo también sus rivales vecinos no hacia más que luchar<br />
con las mismas armas que éstos, sino porque tales acuñaciones parecen respon<strong>de</strong>r<br />
al acertado principio <strong>de</strong> que, en muchos casos, en política, extranjero y enemigo<br />
son, <strong>de</strong>sgraciadamente, sinónimos, y que con éstos pue<strong>de</strong> haber treguas por interés,<br />
pero no verda<strong>de</strong>ra paz. Aun así tratados como el celebrado con Enrique <strong>de</strong> Trasta-<br />
mara parecen acertados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista práctico, pues a veces una seme-<br />
jante ((guerra monetaria)) podría acarrear graves consecuencias económicas. Estas<br />
falsificaciones (que recuerdan otras <strong>de</strong> billetes <strong>de</strong> Banco <strong>de</strong> los estados enemigos<br />
hechos durante recientes luchas) no parecen haber sido enjuiciadas por los poli-<br />
ticos <strong>de</strong>l medievo como lo habrían juzgado probablemente los <strong>de</strong> nuestros días,<br />
por eso es posible que, hechas hoy en día, hubieran tenido consecuencias distintas<br />
y más graves quiza <strong>de</strong> las que tuvieron. Salta a la vista que, aunque el hombre<br />
sea siempre el mismo, estos hechos son hijos <strong>de</strong> la época, aunque hoy tengan lugar<br />
otros <strong>de</strong> efectos quizá análogos.<br />
Colson acus6 a Pedro IV <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> probidad política, por haber emitido mo-<br />
neda <strong>de</strong> estados extranjeros. No vamos a tratar aquí <strong>de</strong>l carácter y probidad <strong>de</strong>l<br />
Rey en general, pues ello exce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l propósito <strong>de</strong> este trabajo; pero en lo referente<br />
a moneda no fue ni mejor ni peor que los reyes vecinos. Actuar <strong>de</strong> otra manera,<br />
(1) BOTET: ob. cit., tomo 11, pág. 132-141.<br />
(2) MATEU: La moneda ..., pág. 177.<br />
(3) MATEU: La ceca ..., pág. 34.<br />
(4) SAN Pfo: ob. cit. phg. 19 y siguientes.