Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

L L U I S Y N A V A S
fili filiae operarii, seu monetariio, regla que veremos repetida con frecuencia, que
reaparece por ejemplo en la isla de Cerdeña. También prescribió la obligación
de contribuir (diaria y semanalmente) a la ((bustiao de la ceca en la forma conocida
(con la particularidad de que aquí la contribución se calcula en dineros de Barcelona).
También aparece la obligación de que en cada hornada se emplee la misma
cantidad de plata, así como la de contribuir con especial laboriosidad en caso de
especial necesidad, y el repudio del desertor.
Sobre la atención a los compañeros enfermos se sancionan las reglas que hemos
visto al tratar de Valencia. Lo mismo sucede en materia de irregularidades (falsedades,
riñas, etc.), y en materia de derecho de huelga, y de atención al compañero
impedido ((causa pauperitatis, ve1 longae infirmitatis aut senectutis)), con específica
referencia a lo que hoy denominaríamos jubilación por edad, si bien ésta no se
regula por número de años alcanzados, sino por la capacidad laboral perdida
(ello era posible por tratarse de un circulo social pequeño en que todos se conocían
directamente). También en materia de honras fúnebres se establecieron las reglas
que hemos visto extendidas a Valencia y Cerdeña. Lo mismo cabe señalar sobre
adulterio con esposas de compañeros de profesión.
También se recogía la prohibición de emplear a quien no fuera ((de dominatione
nostra habitaton, salvo licencia de los propios operarios de la ceca. Asimismo
aparecen en este documento las reglas sobre derecho de elección de alcaldes, su
jurisdicción y entrega a los mismos de las armas que pudieran llevar monederos
que fueran detenidos, y forma de reparto de las penas que impusieran.
Todas las reglas acabadas de citar se atribuian a la concesión de Jaime 11
de 1325. Con ello este documento venía a ser una verdadera recopilación y recordatorio
de los antiguos derechos de los sirvientes de la monedería. Añadía Pedro IV
que a petición de los monederos (quienes sin duda presentaron dichos textos)
ratificaban los privilegios antes citados prometiéndoles el goce ccperpetuoe de los
mismos para ellos y sus sucesores, especificando, respecto de la filiación de los sirvientes
de la ceca, que debería proceder de legítimo matrimonio, o de legitimación
real; entre los excluidos figuraban expresamente los hijos de unión adulterina,
incestuosa y también los de cautivo, es decir, los de esclavo moro. El documento
en cuestión se fechó en Barcelona, en 1339.
F) En mayo de 1349 Pedro IV dio orden de que en la ciudad de Barcelona se
designase un encargado de pesar y reconocer las monedas de oro y plata que se le
presentasen, con obligación de inutilizar las deficientes (1).
El documento esta dirigido al Baile general de Cataluña, como funcionario
que debía atender a su ejecución. El que un funcionario económico ejerza la alta
autoridad sobre moneda y monederías es un hecho lógico dada la naturaleza y
función de la moneda, y subsiste hoy en día, adaptado a los cambios de estructura
administrativa (dependencia de la moneda del Ministerio de Hacienda).
El contenido del documento en cuestión registra la reiteración de característic
~ que s hemos podido observar en ocasiones anteriores (consejos y motivaciones
(1) BOTET: ob. cit., tomo 111, doc. 29.