Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

J A I M E L L U I S Y N A V A S
Probablemente esto era debido, entre otras posibles causas, a la experiencia en
la elaboración de metales preciosos adquirida por estos artífices en el ejercicio
de su profesión. Nombró también el monarca dos veedores o sobreestantes, uno
de los cuales se apellidaba Ermengol, que quizá fuera pariente del maestro omóni-
mo. Dispuso asimismo el Soberano, que los monederos perpiñaneses no pagasen im-
puestos, salvo los que tuvieran por finalidad atender a la defensa del Rosellón,
Conflent, Cerdaña y Vallespir; limitación ésta que al parecer está inspirada en
la equidad. Es muy significativo que los monederos fueron autorizados para llevar
armas (1). En 1349, ordenó el Rey que, en la ceca objeto de nuestra atención,
se labrase moneda de oro, pero francesa (2). En 1347 ((maná'l rey, dice Botet (31, qu'hi
hagues en la casa de moneda de Perpinyá una caixa ab tres claus, de les quals
tingues l'una el mestre, l'altra l'escrivá y la tercera En Pere Grau, representant
del Rey. Aquesta caixa havia d'estar dividida en dos compartiments, en un dels
quals devia depositarshi un orí de cada cent que se'n encunyes sin, y en l'altre
un flori de cada cinchcents que's posessin en el compartiment anterior: haventse
de remetre'ls quatre restants a Avynyó pera qu'alli'ls probessin, operació que,
segons Colson practicaven els florentins, llavors molt destres en l'art de la mone-
dería. De lo que de la proba resultés faltar en els florins, havia de respondren
l'arrendatari de la seca al dit Pere Grau)).
Esta indicación nos muestra el interés del Rey por controlar bien esta ceca;
obsérvese que nombra un representante especial y que el cofre antes citado esta-
ría cerrado con tres llaves distintas (4). Es digno de destacarse que entre estas
prevenciones figurase el que las piezas se llevasen a los florentinos; es uno de los
casos más curiosos de internacionalismo de esta profesión y que debió ser un
factor importante en la transformación del florín en moneda de tipo internacional (5).
Estas cuidadosas prevenciones, propias de un monarca muy preocupado por go-
bernar y evitar que sus propios funcionarios incumplan sus decisiones, parecen
bastante acertadas, aunque quizás incluso así fueran posibles los fraudes.
En 1371, Pedro IV confirmó al maestro y monederos de la casa de moneda de
Perpiñán los privilegios e inmunidades a su favor que, en 1315, el Rey Sancho
concedió a Mallorca; pero más adelante, en 1386, o sea al final de su reinado,
para cortar los abusos, dispuso que sólo habría en la fábrica de moneda en cuestión,
treinta oficiales privilegiados, y que los alcaldes serían anuales, como en Bar-
celona (6). Estas dos disposiciones son un ejemplo de la contraposición del otorga-
miento de privilegios y la posterior necesidad de limitarlos para evitar abusos
(1) VBase BOTET: ob. cit., tomo 11, phg. 122-123, y GIL FLORES: 05. cit., phg. 383.
(2) RADA: ob. cit., pig. 43.
(3) BOTET: ob. cif., tomo 11, pAg. 125-126.
(4) Otros aspectos del documento que proporciona estos datos !os estudiamos anteriormente, al tratar
de la acuñación del otro en general bajo Pedro IV.
(5) Es uno de los mAs curiosos ejemplos del influjo de la organización y tdcnica de la amonedación
en la evolución del numerario. Incluso cabe preguntarse si, de no darse este csuperestatismo*, hubiera sido
posible la internacionalización del Horfn, aun cuando tampoco se puede aArmar rotundamente lo contrario.
No deja de existir una posible relación entre lo sucedido con estos florentinos y los banqueros lombardos,
es decir, otros italianos tambiBn dedicados a finanzas mAs o menos internacionales.
(6) BOTET: ob. cit., tomo 11, pAg. 134.