Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARACON EN EL SIGLO XIV
la moneda catalana por causa de la guerra, pero admitió que ello iba contra
los privilegios del reino y se comprometió a la restauración de la buena moneda,
confirmando su perpetuidad. Es decir, pese al interés del reino por asegurar la
estabilidad de la moneda, no consiguió que así fuera, debido a la actitud de los
financieros reales ante situaciones de emergencia (es decir, ante las exigencias de
la guerra). Con todo, la fuerza de presión de las Cortes era lo suficientemente grande
como para conseguir de la Corona cuando menos una promesa de rectificación.
En la Cataluña de Pedro IV se registraron varias alteraciones económicas
en relación con la moneda de vellón que estaban llamadas a repercutir sobre la
actividad de los monederos encargados de su fabricación.
Según Gil Farrés (11, hubo una alteración del valor de la moneda por cuanto
en 1339 se ordenó pesar 76 piezas en marco cuando antes su talla era de 72; esta
modificación pudo tener lugar, sea en los comienzos del reinado de Pedro el Ceremonioso,
sea en los últimos de Alfonso IV. Probablemente hubo una inundación
de piezas malas en el mercado, o una contracción en la circulación de las buenas,
puesto que también fue preciso ordenar la aceptación de todas las que ofrecían
una leyenda integra. Añade que la orden dictada en 1340 de que los croats con
letras borradas se recibieran a peso, se dirigiria a lograr que no se advirtiera que
los nuevos no desgastados eran de menos peso (igual a los ya desgastados por la
circulación).
Es posible que estas disposiciones no obedecieran a las consecuencias de alteraciones
estatales de la moneda, sino a las consecuencias del desgaste natural de
las piezas en su tráfico, y del desgaste delictivo efectuado por quienes practican
el cercén. Pero cualesquiera que fueran las causas de este problema y los fines
perseguidos por el poder público, sea los supuestos por Gil Farrés, sea los que
nosotros apuntamos como más verosímiles, el hecho es que constituye una perturbación
del estado de las monedas y ello repercutió sobre el trabajo de las cecas,
por ser el organismo naturalmente apto para subsanar los aspectos técnicos de
dichas deficiencias.
En todo caso, en 1345, el maestro de ceca se vio autorizado, durante doce
meses, para cambiar los croast que debian ser retirados, por monedas de nueva y
buena emisión, debiendo efectuarse la operación a expensas de la Generalidad (2).
Este último extremo nos permite apreciar el interés de los representantes del
país, por la moneda buena.
B) En 1346 fue creada la casa de moneda de Perpiñán. La finalidad de esta
fundación era acuñar oro (3). Esta ceca funcionó luego de manera esporádica, labrandose
en ella incluso durante la invasión francesa de 1462-1493. El Rey nombró
dos maestros para esta monedería, apellidados Ermengol y Lamella, plateros perpiñaneses.
Una vez más se encargan de la acuñación profesionales de la platería.
(1) O. GIL FARRÉS: Hacia la sistematizacidn de los croats barceloneses, *Numario Hispánico*, nfimero
6 (1954). pag. 205.
(2) GIL FAR&S: Hacia la sistematizacidn ..., pag. 206.
(3) BALLESTEROS: ob. cit., tomo 111, p6g. 538; BOTET: 06. cit., tomo 11, pág. 122; MATEU: La ceca ...,
pagina 32, y M. GIL FLORES: Marcas de taller o cecas de las monedas hispanocrisfianas, 4Revista de Archivos*
1 (1897), plig. 383.