Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre
Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre Núm. 102-107 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre
J A 1 Jd E L L U I S Y N A V A S se concede el derecho de usar espada para defensa personal (1). Aparte de lo que pudiera pesar sobre esta autorización, el deseo de suprimir posibles restricciones fruto del sistema de clases sociales entonces establecido, pudo influir sobre ella tanto e1 deseo de evitar que fueran objeto de venganzas personales por parte de gentes que temieran ser poco útil recurrir al auxilio de la justicia, dados los privi- legios de los monederos, como también el de protegerles frente a las posibles codicias que quizá tuvieran, dada su función económica, más o menos bien conocida por todo el mundo. Las normas a que se ven sometidos los veedores de Perpiñán recuerdan las que hemos visto se dictaron para otras cecas de la Corona de Aragón. Ello consti- tuye, en último término, otro caso de la interrelación entre los sistemas jurídicos de acuñar de dicha Corona, fenómeno al que ya hemos tenido ocasión de referirnos en otras ocasiones. Los designados guardas era Jacobo Ermengau y Arnaldo Lemalla, respecti- vamente «campsora y ((argentario)) de la villa de Perpiñán. Este dato viene a coin- cidir con lo ya obsenrado sobre el origen profesional de las gentes de las cecas, y viene a ilustrarnos sobre el alcance del fenómeno en cuestión. Dispuso asimismo el Rey que ellos y sus sucesores en el cargo de veedores serían francos e inmunes de (coste et cavalcatas, y demás obligaciones similares, salva la obligación de contribuir a la defensa de Perpiñan y lo que pudiéramos llamar los condados fronterizos (Rosellón, Cerdaña, Conflent y Vallespir). Estas normas recuerdan las de las Constituciones de Cataluña y en general las tendencias del derecho de la Corona de Aragón. Es decir, en cuanto a estatuto personal, se tendió a aplicar a los monederos de la ceca especial del oro las mismas reglas que a los miembros de los talleres ordinarios. La razón de ser de estas reglas y quizá tam- bién el hecho de que muchos de estos monederos estarían reclutados entre los pro- fesionales ccordinarios)) de la acuñación explican esta generalización. La especiali- dad que aquí aparece (obligación de defender los condados fronterizos) responde evidentemente a razones geográficas que nada tienen que ver con la naturaleza del material amonedado. El documento que nos ocupa impone a los veedores la obligación de velar por que la moneda tenga el peso y valor legales. Y a los miembros de la ceca les orde- naba recibirles como tales veedores y respetarles sus atribuciones. Es decir, estos veedores tienen las funciones clásicas de los guardas. G) Rlás avanzado el reinado de Pedro IV, las concesiones que comprendían la facultad de acuñar florines, dentro de su carácter excepcional tenían más ampli- tud. Sin duda, introducido el nuevo sistema, y sancionada su admisión, el Rey consideró que las decisiones al respecto chocarían con menos presiones sociales, y adoptó decisiones más amplias. Es el caso de la concesión de 1370. (1) Es una norma usual en el derecho de los Estados de la Corona de Aragón. ligada a las consideracio- nes más o menos nobiliarias de que gozaban los acuñadores. Su generalización corresponde al fen6rneno de interrelaci6n entre las disposiciones legales de los diversos Estados a que hemos hecho referencia en otras ocasiones.
AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAG~AT EN EL SIGLO SIV La concesión a Blan y Pluer de 1370 tuvo casi carácter de monopolio de numerario excepcional, pues comprendía la fabricación del florin y de moneda castellana en cualquier ceca de la Corona de Aragón, comprometiéndose la Corona a no acuñar otras piezas salvo los reales de Mallorca, las monedas barcelonesa, jaquesa, los reales de Valencia y la de los portugueses (1); posiblemente ello era consecuencia de las exigencias de cada parte en las discusiones y fijación de los intereses de la contratación del arriendo de las monederias del Rey de Aragón. H) El documento 6 de nuestro apéndice documental permite apreciar la repetición de varios hechos observados en otras ocasiones: ahora respecto a la ceca de Perpiñán. La referencia en dicho documento a las acuñaciones francesas nos ilustra sobre el juego de las corrientes e influencias en las monedas internacionales y cn la expansión del numerario. En la aplicación a Perpiñán de los privilegios de otros lugares de la Corona de Aragón influirían las motivaciones observadas en otras ocasiones (formar un todo la Corona de Aragón, ser el sistema llegado a conocer entonces, etc.). Si, pese a las especiales características de esta ceca, se es uniformista en este aspecto, se debe también, sin duda, a no existir, dado el fin mismo de la especialidad de dicha ceca, una oposición entre las necesidades orgánicas de esta ceca especial y las de las cecas ordinarias. Obsérvese que el procedimiento de extensión fue en cierto sentido gradual. El documento antes estudiado extiende las normas sobre guardas. Este las extiende de modo general. Ello se debería a las necesidades sentidas y que el Rey se propuso atender en cada momento. En todo caso, esta extensión implica que no habria grandes diferencias en los sistemas de las diversas cecas: de existir normas contradictorias entre Aragón y Cataluña, por ejemplo (respecto de Valencia y Cataluña ya hemos señalado las analogías normativas), una extensión a la vez del derecho catalán y del aragonés no hubiera sido viable por contradictoria. Inútil decir que esto contribuye a crear un fondo juridico común a los diversos Estados de la Corona, que reforzaba su unión, al reducir por lo menos los motivos de choques de concepciones legales, dentro del respeto de las particularidades (en este caso no muy grandes) de cada elemento de la unión. I) El documento 7 de nuestro apéndice documental permite apreciar cómo en los nombramientos de maestre de monederia seguía incluyéndose normas sobre organización. El paso a la diferenciación de ambas clases de textos, aún no era, pues, completo. Nada tiene de extrañar dado el proceso de estabilización de normas escritas. Aun cuando las contenidas en este documento concuerden con las tendencias generales indicadas en este trabajo, merece destacarse alguna especial por el sistema como se forma y aparece, en función de los modos de percibir su necesidad, aspiraciones a que responden y tira y afloja que sería fruto de muclias de estas condiciones. Es interesante la garantía de un beneficio mínimo al maestre, fruto (1) OCTAVIO GIL FAR~S: Acuñaciones castellanas de Pedro IV de Aragdn, cNumario HispAnicoo, número 4 (1953), p4g. 196.
- Page 59 and 60: La ordenación de la amonedacion en
- Page 61 and 62: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 63 and 64: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 65 and 66: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGOI
- Page 67 and 68: AMONEDACIÓN EN LA CORON14 DE ARAG
- Page 69 and 70: AMONEDACIÓN.'EN LA CORONA DE ARAG
- Page 71 and 72: AMONEDACION EN LA CORONA DE ;IRAGÓ
- Page 73 and 74: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 75 and 76: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 77 and 78: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 79 and 80: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 81 and 82: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ~RAGÓ
- Page 83 and 84: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 85 and 86: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 87 and 88: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 89 and 90: AMONEDAC~ÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 91 and 92: 'AMoNEDACION EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 93 and 94: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 95 and 96: AMONEDACIdN EN LA COROhTA DE ARAGÓ
- Page 97 and 98: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 99 and 100: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 101 and 102: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARLIGON
- Page 103 and 104: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 105 and 106: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 107: AMoNEDACION EN LA CORONA DE ARAGÓN
- Page 111 and 112: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 113 and 114: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 115 and 116: AII~ONEDACION EN LA CORONA DE ARAGO
- Page 117 and 118: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE AR.~GO
- Page 119 and 120: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAG~N
- Page 121 and 122: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE AK,~G
- Page 123 and 124: AMoNEDACION EN LA CORONA DE ARACON
- Page 125 and 126: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 127 and 128: AMONEDACI~LV EN LA CORONA DE AR,-IG
- Page 129 and 130: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 131 and 132: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 133 and 134: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 135 and 136: AMoNEDACI~N EN LA CORONA DE ARACON
- Page 137 and 138: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 139 and 140: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 141 and 142: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAGON
- Page 143 and 144: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARACON
- Page 145 and 146: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARACON
- Page 147 and 148: A~UONEDACION EN LA CORONA DE ARACON
- Page 149 and 150: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 151 and 152: AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAG~N
- Page 153 and 154: AMONEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
- Page 155 and 156: AMONEDACI~N EN LA CORONA DE ARAG~N
- Page 157 and 158: AMoNEDACIÓN EN LA CORONA DE ARAGÓ
AMONEDACION EN LA CORONA DE ARAG~AT EN EL SIGLO SIV<br />
La concesión a Blan y Pluer <strong>de</strong> 1370 tuvo casi carácter <strong>de</strong> monopolio <strong>de</strong> numerario<br />
excepcional, pues comprendía la fabricación <strong>de</strong>l florin y <strong>de</strong> moneda castellana<br />
en cualquier ceca <strong>de</strong> la Corona <strong>de</strong> Aragón, comprometiéndose la Corona a no acuñar<br />
otras piezas salvo los reales <strong>de</strong> Mallorca, las monedas barcelonesa, jaquesa,<br />
los reales <strong>de</strong> Valencia y la <strong>de</strong> los portugueses (1); posiblemente ello era consecuencia<br />
<strong>de</strong> las exigencias <strong>de</strong> cada parte en las discusiones y fijación <strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong> la<br />
contratación <strong>de</strong>l arriendo <strong>de</strong> las mone<strong>de</strong>rias <strong>de</strong>l Rey <strong>de</strong> Aragón.<br />
H) El documento 6 <strong>de</strong> nuestro apéndice documental permite apreciar la repetición<br />
<strong>de</strong> varios hechos observados en otras ocasiones: ahora respecto a la ceca<br />
<strong>de</strong> Perpiñán.<br />
La referencia en dicho documento a las acuñaciones francesas nos ilustra sobre<br />
el juego <strong>de</strong> las corrientes e influencias en las monedas internacionales y cn la expansión<br />
<strong>de</strong>l numerario.<br />
En la aplicación a Perpiñán <strong>de</strong> los privilegios <strong>de</strong> otros lugares <strong>de</strong> la Corona<br />
<strong>de</strong> Aragón influirían las motivaciones observadas en otras ocasiones (formar un<br />
todo la Corona <strong>de</strong> Aragón, ser el sistema llegado a conocer entonces, etc.). Si,<br />
pese a las especiales características <strong>de</strong> esta ceca, se es uniformista en este aspecto,<br />
se <strong>de</strong>be también, sin duda, a no existir, dado el fin mismo <strong>de</strong> la especialidad <strong>de</strong><br />
dicha ceca, una oposición entre las necesida<strong>de</strong>s orgánicas <strong>de</strong> esta ceca especial y<br />
las <strong>de</strong> las cecas ordinarias.<br />
Obsérvese que el procedimiento <strong>de</strong> extensión fue en cierto sentido gradual.<br />
El documento antes estudiado extien<strong>de</strong> las normas sobre guardas. Este las extien<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong> modo general. Ello se <strong>de</strong>bería a las necesida<strong>de</strong>s sentidas y que el Rey se<br />
propuso aten<strong>de</strong>r en cada momento. En todo caso, esta extensión implica que no<br />
habria gran<strong>de</strong>s diferencias en los sistemas <strong>de</strong> las diversas cecas: <strong>de</strong> existir normas<br />
contradictorias entre Aragón y Cataluña, por ejemplo (respecto <strong>de</strong> Valencia y Cataluña<br />
ya hemos señalado las analogías normativas), una extensión a la vez <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho<br />
catalán y <strong>de</strong>l aragonés no hubiera sido viable por contradictoria. Inútil <strong>de</strong>cir<br />
que esto contribuye a crear un fondo juridico común a los diversos Estados <strong>de</strong> la<br />
Corona, que reforzaba su unión, al reducir por lo menos los motivos <strong>de</strong> choques <strong>de</strong><br />
concepciones legales, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l respeto <strong>de</strong> las particularida<strong>de</strong>s (en este caso no<br />
muy gran<strong>de</strong>s) <strong>de</strong> cada elemento <strong>de</strong> la unión.<br />
I) El documento 7 <strong>de</strong> nuestro apéndice documental permite apreciar cómo<br />
en los nombramientos <strong>de</strong> maestre <strong>de</strong> mone<strong>de</strong>ria seguía incluyéndose normas sobre<br />
organización. El paso a la diferenciación <strong>de</strong> ambas clases <strong>de</strong> textos, aún no era,<br />
pues, completo. Nada tiene <strong>de</strong> extrañar dado el proceso <strong>de</strong> estabilización <strong>de</strong> normas<br />
escritas. Aun cuando las contenidas en este documento concuer<strong>de</strong>n con las ten<strong>de</strong>ncias<br />
generales indicadas en este trabajo, merece <strong>de</strong>stacarse alguna especial por el sistema<br />
como se forma y aparece, en función <strong>de</strong> los modos <strong>de</strong> percibir su necesidad,<br />
aspiraciones a que respon<strong>de</strong>n y tira y afloja que sería fruto <strong>de</strong> muclias <strong>de</strong> estas<br />
condiciones. Es interesante la garantía <strong>de</strong> un beneficio mínimo al maestre, fruto<br />
(1) OCTAVIO GIL FAR~S: Acuñaciones castellanas <strong>de</strong> Pedro IV <strong>de</strong> Aragdn, cNumario HispAnicoo,<br />
número 4 (1953), p4g. 196.