XVIII P - Hermandad Sacramental Esperanza de Triana
XVIII P - Hermandad Sacramental Esperanza de Triana
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San Jacinto, y por Evangelista se saciará la sed con el agua bendita <strong>de</strong> un<br />
Rocío vivificador para el creyente. Es esta mañana una <strong>de</strong> las más bonitas <strong>de</strong>l<br />
barrio, con Pagés <strong>de</strong>l Corro llena <strong>de</strong> carritos <strong>de</strong> niños que acu<strong>de</strong>n con sus<br />
padres a ver a la Virgen para lanzarle su primer besito, o para <strong>de</strong>cirle a la<br />
<strong>Esperanza</strong> esa palabra que los padres le enseñan... Y como dice la saeta:<br />
Toda la gente la invoca<br />
con el grito que se escapa,<br />
pues <strong>Triana</strong> no está loca,<br />
es que le duele la boca<br />
<strong>de</strong> tanto gritarle guapa.<br />
Pero la mañana lo será también <strong>de</strong> milagros, justo cuando la garganta<br />
muerta <strong>de</strong>l mudo resucite para alabar a la <strong>Esperanza</strong> elevando su corazón por<br />
encima <strong>de</strong> la rendida can<strong>de</strong>lería <strong>de</strong>l paso <strong>de</strong> la Virgen, que tras <strong>de</strong>tenerse ante<br />
la portada <strong>de</strong>l hogar <strong>de</strong> su madre, la Señá Sant´Ana, <strong>de</strong>semboca, al fin, a la vía<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> se refleja la más noble Pureza <strong>de</strong>l lugar don<strong>de</strong> vive Ella, y será<br />
ahora cuando más se recuer<strong>de</strong> la metáfora que Fernando Morillo reflejaba en<br />
las manos <strong>de</strong> la Señora, a<strong>de</strong>lantando su diestra para que en el pañuelo que<br />
porta enjugue su llanto <strong>Triana</strong>, mientras que con la izquierda muestra el ancla<br />
<strong>de</strong> su pecho, como signo <strong>de</strong> que María es la salvación <strong>de</strong> todos los hombres <strong>de</strong><br />
la tierra.<br />
En la bulla, surgen piropos que hacen bombear la sangre <strong>de</strong> una ciudad<br />
que consuela el dolor <strong>de</strong> la Reina <strong>de</strong>l Universo, y éstos son los gritos<br />
apasionados que <strong>de</strong>jan ver lo que el pueblo siente por Ella. En la pasada<br />
estación <strong>de</strong> penitencia, un joven nazareno no pudo resistirlo, y <strong>de</strong>jándose guiar<br />
por el sentimiento, le dijo a su Virgen lo que más <strong>de</strong>seaba expresarle durante<br />
toda la noche...<br />
Llevando un cirio en la mano,<br />
cubierta toda la cara,<br />
con su nazarena túnica<br />
dotada <strong>de</strong> dócil capa,<br />
hubo un joven estudiante,<br />
roto por la madrugada,<br />
cansado y casi dormido,<br />
que en su corazón palpaba<br />
que una regla iba a incumplir,<br />
pues no sabía acatarla,<br />
y no quería enten<strong>de</strong>rla,<br />
brotando <strong>de</strong> su garganta<br />
una rotunda oración,<br />
una popular plegaria,<br />
voz que a la ciudad <strong>de</strong>spierta<br />
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