Nuestra - Memorial da América Latina

Los movimientos
migratorios
latinoamericanos
cambiaran de
dirección, y hoy buscan
oportunidades dentro de
la propia región.
silencioso en la dinámica de las migraciones
dentro de las Américas. En ese movimiento,
trabajadores de la propia región
que buscan oportunidades parecen imitar
las pinceladas de Münster: empiezan
a “achatar” a América del Norte y a “estirar”
la América del Sur. Puesto en rasgos
modernos, latinoamericanos parecen ir
gradualmente menos a los EE.UU. y más
al país más grande del sur, Brasil.
No se trata de una inversión de
papeles o de un cambio brusco. Los
EE.UU. siguen siendo, de lejos, el mayor
destino para migrantes no solo de
las Américas, sino también del mundo.
Según la Organización Internacional
para la Migración (OIM), de la ONU, el
número de extranjeros que viven en los
EE.UU. excede los 40 millones, más que
el triple del segundo puesto en el ranking
global, Rusia. Sin embargo, con la estan-
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cación de la economía norteamericana,
desde la explosión de la crisis, en 2008,
sumada a políticas duras de combate a
la entrada de extranjeros y deportación
de indocumentados, menos trabajadores
latinoamericanos han intentado “hacer la
América”. Y eso parece ser una tendencia
real, no un cambio episódico.
En Brasil, la ecuación de los migrantes
tiene el sentido inverso. Según el
gobierno brasileño, solo en los últimos dos
años, el número de trabajadores extranjeros
en el país cresció 57%. El aumento fue
desencadenado por los vecinos sudamericanos.
Entre el 2009 y el 2011, el total de
peruanos que trabajan legalmente en territorio
brasileño, por ejemplo, triplicó. El de
paraguayos y bolivianos aumentó 70%. La
cifra se refiere solo a los inmigrantes en
situación legal en Brasil – es decir, sumados
los indocumentados, para los cuales