Nuestra - Memorial da América Latina
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La cuestión, sin embargo, es que esos números son paliativos, no resuelven los graves problemas estructurales de esos países, que conviven con riesgos cotidianos de exclusión e índices educacionales insignificantes. Cambiar esos parámetros ha sido desafiador desde siempre, y el asunto ya se ha convertido en tema de discusión de Eduardo Galeano en su libro Las venas abiertas de América Latina, publicado hace cuatro décadas. Si el incremento de las políticas públicas sociales depende directamente del proceso de evolución de la economía, es necesario que los gobernantes presten atención en los temores de los heraldos globales y pongan sus barbas en remojo. Las proyecciones de especialistas y de organismos internacionales también hacen coro con el pesimismo generalizado con relación a la crisis del euro y a sus consecuencias para el resto del mundo. El balance de las economías de América Latina y del Caribe, divulgado por la Cepal, señala un crecimiento más pequeño para la región que el registrado el 2011. En ese contexto es que la advertencia de la directora del FMI suscita la expectación de que una nueva espiral negativa en la economía mundial será, potencialmente, mucho más grande que la simple “marolinha” (pequeña ola) del 2008 y no va a hacer distinción entre países ricos, emergentes y pobres. Aquel año, es bueno recordar, los países de América Latina hicieron costuras políticas regionales que blindaron la región de la hecatombe que, como se vio, impactó las economías de la Unión Europea. La recesión anunciada desde entonces, y ahora realidad, deberá obligar a los gobiernos de América Latina a posturas más audazes con relación a la circulación del dinero. El 2011, las señales más visibles de la crisis en Eu- 50 ropa y en los Estados Unidos fueron el crecimiento del desempleo y el corte de los gastos públicos, contraponiéndose a la baja en las tasas de pobreza y desigualdad registradas en América Latina y en el Caribe. Delante de eso, ¿cómo desarrollar programas sociales que reduzcan contrastes tan evidentes, si los propios gestores de las políticas públicas son claudicantes en la administración del dinero – como el que se destina al combate y a la prevención de desastres naturales – que aquí, en Brasil, fue liberado solo ahora, después de todo el caos y de tantas víctimas?¿Y el escabroso caso de desvío del dinero reservado a las ONGs? Escapa a la mente más obtusa creer que Brasil y los otros países de América Latina deben hacer primero su tarea de casa si quieren que la región se convierta efectivamente en parte de la solución para la crisis mundial, como propagan los heraldos del optimismo. El hecho de que Brasil ha asumido la posición de sexta economía en el ranking mundial no puede ser visto como una panacea. Esta es una buena noticia que también puede tener su revés cuando se sabe que, a Brasil, cabe el papel definitivo de portavoz de los emergentes y del tercer mundo. Sea como sea, el futuro de la economía latinoamericana es incierto, incluso si se tiene en cuenta la perspectiva optimista de que China (cuyo PIB debe superar el de los EE.UU. en esta década todavía) seguirá cotizando el resto de la región, como prevé, entre otros especialistas, el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. Antonio Carlos Pannunzio es presidente de la Fundación Memorial de América Latina (SP)
Opinión mIgRAnTEs EL MunDO En REDiSEÑO Roberto Simon En los rasgos del cartógrafo renano Sebastian Münster, uno de los primeros a mapear las Américas, en el siglo XVI, el nuevo continente aparece dividido entre dos masas disformes. Abajo, una América del Sur desproporcionadamente estirada entre la porción andina y lo que hoy es Brasil. Arriba, una América del Norte chata, que no ultrapasa mucho la región de “Tierra Florida”, actual Flórida. La Bacía del Prata es coberta por las inscripciones Die Nüm Welt, o “Nuevo Mundo”, término popularizado por Münster para referirse al virgem territorio a desbravar. Pasados cinco siglos, las desproporciones que el cartógrafo seiscientista veía en las Américas parecen haber ganado una extraña actualidad. No en el sentido físico, por supuesto, sino en la forma como latinoamericanos, en busca de nuevas tierras para explorar, ven el continente. Está en curso un cambio 51
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La cuestión, sin embargo, es que<br />
esos números son paliativos, no resuelven<br />
los graves problemas estructurales<br />
de esos países, que conviven con riesgos<br />
cotidianos de exclusión e índices<br />
educacionales insignificantes.<br />
Cambiar esos parámetros ha sido<br />
desafiador desde siempre, y el asunto ya<br />
se ha convertido en tema de discusión<br />
de Eduardo Galeano en su libro Las<br />
venas abiertas de <strong>América</strong> <strong>Latina</strong>, publicado<br />
hace cuatro déca<strong>da</strong>s. Si el incremento<br />
de las políticas públicas sociales<br />
depende directamente del proceso de<br />
evolución de la economía, es necesario<br />
que los gobernantes presten atención en<br />
los temores de los heraldos globales y<br />
pongan sus barbas en remojo.<br />
Las proyecciones de especialistas<br />
y de organismos internacionales<br />
también hacen coro con el pesimismo<br />
generalizado con relación a la crisis<br />
del euro y a sus consecuencias para<br />
el resto del mundo. El balance de las<br />
economías de <strong>América</strong> <strong>Latina</strong> y del<br />
Caribe, divulgado por la Cepal, señala<br />
un crecimiento más pequeño para la<br />
región que el registrado el 2011.<br />
En ese contexto es que la advertencia<br />
de la directora del FMI suscita la<br />
expectación de que una nueva espiral<br />
negativa en la economía mundial será,<br />
potencialmente, mucho más grande<br />
que la simple “marolinha” (pequeña<br />
ola) del 2008 y no va a hacer distinción<br />
entre países ricos, emergentes y<br />
pobres. Aquel año, es bueno recor<strong>da</strong>r,<br />
los países de <strong>América</strong> <strong>Latina</strong> hicieron<br />
costuras políticas regionales que blin<strong>da</strong>ron<br />
la región de la hecatombe que,<br />
como se vio, impactó las economías<br />
de la Unión Europea.<br />
La recesión anuncia<strong>da</strong> desde<br />
entonces, y ahora reali<strong>da</strong>d, deberá obligar<br />
a los gobiernos de <strong>América</strong> <strong>Latina</strong><br />
a posturas más au<strong>da</strong>zes con relación a<br />
la circulación del dinero. El 2011, las<br />
señales más visibles de la crisis en Eu-<br />
50<br />
ropa y en los Estados Unidos fueron<br />
el crecimiento del desempleo y el corte<br />
de los gastos públicos, contraponiéndose<br />
a la baja en las tasas de pobreza<br />
y desigual<strong>da</strong>d registra<strong>da</strong>s en <strong>América</strong><br />
<strong>Latina</strong> y en el Caribe.<br />
Delante de eso, ¿cómo desarrollar<br />
programas sociales que reduzcan<br />
contrastes tan evidentes, si los propios<br />
gestores de las políticas públicas<br />
son claudicantes en la administración<br />
del dinero – como el que se destina al<br />
combate y a la prevención de desastres<br />
naturales – que aquí, en Brasil, fue liberado<br />
solo ahora, después de todo el<br />
caos y de tantas víctimas?¿Y el escabroso<br />
caso de desvío del dinero reservado<br />
a las ONGs?<br />
Escapa a la mente más obtusa<br />
creer que Brasil y los otros países de<br />
<strong>América</strong> <strong>Latina</strong> deben hacer primero<br />
su tarea de casa si quieren que la región<br />
se convierta efectivamente en parte de<br />
la solución para la crisis mundial, como<br />
propagan los heraldos del optimismo.<br />
El hecho de que Brasil ha asumido<br />
la posición de sexta economía en<br />
el ranking mundial no puede ser visto<br />
como una panacea. Esta es una buena<br />
noticia que también puede tener su revés<br />
cuando se sabe que, a Brasil, cabe<br />
el papel definitivo de portavoz de los<br />
emergentes y del tercer mundo.<br />
Sea como sea, el futuro de la<br />
economía latinoamericana es incierto,<br />
incluso si se tiene en cuenta la perspectiva<br />
optimista de que China (cuyo<br />
PIB debe superar el de los EE.UU. en<br />
esta déca<strong>da</strong> to<strong>da</strong>vía) seguirá cotizando<br />
el resto de la región, como prevé, entre<br />
otros especialistas, el Premio Nobel de<br />
Economía, Joseph Stiglitz.<br />
Antonio Carlos Pannunzio es presidente de la<br />
Fun<strong>da</strong>ción <strong>Memorial</strong> de <strong>América</strong> <strong>Latina</strong> (SP)