Lvovskaya

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15.05.2013 Views

Para que las especulaciones sobre el tema sean más concretas, cabe recordar el lugar común, aunque no por eso menos importante, de que la estrategia y las opciones traductoras siempre dependerán, por un lado, del programa conceptual (intencional-funcional) del autor del TO (Lvovskaya, 1997) y, por otro, de la aceptabilidad del TM en la cultura meta. En caso de intertextualidad cultural, esta doble orientación obliga al traductor a buscar sus opciones tanto a partir del valor comunicativo que tenga aquélla en un texto dado como de los factores relevantes de la situación comunicativa. Esta orientación bicéfala se mantiene independientemente del grado de explicitud del caso de intertextualidad cultural en el TO. Existe un sinnúmero de soluciones, como siempre ocurre en los procesos intersubjetivos, que no están determinados rígidamente. Unas veces, el traductor se ve obligado a “manipular” la estructura semántica del TM con respecto al TO , para explicitar en mayor o menor grado la intertextualidad cultural o para adaptar el TM a las normas de comportamiento verbal y no verbal de la cultura meta; otras veces, puede prescindir de aquélla, porque su valor comunicativo, visto desde el ángulo del programa conceptual del autor del TO (Lvovskaya, 1997:43-48) es nulo o poco importante. También cuenta el tipo de texto traducido: en un texto científico, la solución para casos de intertextualidad cultural podría ser, por ejemplo, las notas a pie de página o al final del texto, mientras que en los textos literarios valen otras soluciones descritas con detalle en la literatura sobre el tema. Me gustaría tan sólo mencionar aquí los brillantes prólogos de Mario Vargas Llosa a cada una de las 25 novelas de la colección Biblioteca de Plata del siglo XX, editada en España. Estos prólogos, junto con las semblanzas biográficas de los autores, facilitan mucho la tarea de los traductores de novelas tan distintas y tan lejanas de la cultura española como las de Nabokov, Pasternak, Joyce, Böll , Camus y otros grandes “monstruos” de este siglo, cuyas obras contienen a cada paso la imagen de ese Otro desconocido, el “gran Otro simbólico” (Lacan, 1992:389) con su manera de ser y de pensar. Pero veamos algunos ejemplos más sencillos de intertextualidad cultural y las soluciones buscadas por los traductores. El título de la película de Nikita Mijalkov “Утомленные солнцем" se tradujo al español “Quemado por el sol”. Se trata de una solución nada fácil del problema de intertextualidad cultural que, en realidad, implica varias asociaciones culturales. El traductor eligió su opción a partir de tres factores: valor comunicativo de las alusiones, factores relevantes de la situación comunicativa y tipo de texto. La pérdida en el TM de la alusión al título de un tango que se bailaba mucho en la época de Stalin (marcador temporal y emotivoevaluativo para el receptor ruso) está justificada porque el receptor español no la comprendería (factor situación comunicativa que se caracteriza por la falta de conocimientos presupositivos del destinatario del TM). De no tener el texto otros marcadores temporales y emotivo-evaluativos, esta opción sería incorrecta, pero el valor comunicativo de la alusión es metafórico y se recoge en el TM con la ayuda de otra metáfora, esta vez visual, cuyo valor queda claro para el espectador español debido a que el lenguaje verbal de un guión cinematográfico (factor tipo de texto) entra en interacción con otros marcadores explícitos de diferente índole semiótica - imágenes visuales (por ejemplo, el enorme retrato de Stalin, que aparece en el cielo como si fuera el sol) - de gran importancia para comprender el programa conceptual del autor del TO y, en especial, la función dominante del texto, que es emotivo-evaluativa. Sin embargo, la versión española del título, que podría considerarse muy acertada, contiene un error comunicativo vinculado a otro caso de intertextualidad cultural. En el título ruso se emplea el plural que resulta comunicativamente relevante, puesto que la intención del autor consiste en destacar que las represalias de Stalin afectaron a todo el pueblo (lo quemaron), mientras que en el TM se emplea el singular, reduciéndose así la referencia sólo al protagonista de la película.

Veamos otro tipo de texto. La trágica noticia sobre el asesinato de Vladislav Lístiev tuvo gran repercusión en todos los medios de comunicación de España. Mientras en Rusia se comunicaba В Москве был отслужен молебен по Владиславу Листьеву, en España se leía o se oía: En Moscú se ofició una misa por el famoso periodista Vladislav Lístiev, asesinado brutalmente por la mafia. Si el mensaje no estuviera dirigido al lector o televidente español común y corriente, sino a los periodistas españoles que seguían muy de cerca toda la tragedia, la ampliación de la información sería innecesaria. Dicho con otras palabras, la medida en que se explicite cada caso concreto de intertextualidad cultural depende de la situación comunicativa dada y de la función dominante del texto. En este último caso se trata de una noticia, cuya función dominante es informativa, de ahí que el grado de explicitación resulte mínimo. Podemos imaginarnos otras situaciones comunicativas y otros tipos de mensajes que necesitarían otro grado de explicitación. Las razones de los cambios de la estructura semántica del TM con respecto al TO, vistos en ambos ejemplos, son de naturaleza puramente cognitivo-cultural. Ahora bien, ¿ existen razones que no sean de esta índole? En la literatura dedicada al tema, los factores que determinan la estrategia y las opciones de traducción siguen subdivididos en lingüísticos y extralingüísticos. Semejante subdivisión tendría su lógica dentro del paradigma lingüístico que distinguía entre la equivalencia formal y la comunicativa (semántica y comunicativa, en terminología de Newmark). Sin embargo, este enfoque deja de ser lógico si admitimos que la equivalencia comunicativa no depende de la formal, es decir, de la posibilidad/ imposibilidad de conseguir la coincidencia semántica de dos textos. Es sabido que todas las lenguas son capaces de expresar cualquier significado, más aún, disponen de diferentes recursos sinonímicos para hacerlo. Sin embargo, en traducción el problema se plantea de otra manera. La opción correcta desde la lengua puede no serlo desde las normas de comportamiento verbal, socialmente admitidas en una cultura. Por ejemplo, en la cultura rusa el médico le dice al paciente: Разденьтесь до пояса, mientras que en la española, en la misma situación se dice Desnúdese de medio cuerpo para arriba, aunque lingüísticamente cada una de las dos lenguas admite ambas variantes. Lo mismo se podría decir en cuanto a la equivalencia existente entre las fórmulas rusas К себе/От себя y las españolas Tire / Empuje que aparecen escritas en las puertas. Los angloparlantes dirían en cierta situación Let me alone! , los españoles ¡Déjame en paz1 y los rusos! Desde la lengua, ¡Adiós! es una fórmula de despedida y ¡Buenos días! de saludo, o sea, lingüísticamente son antónimos, mientras que en la cultura española, en determinadas situaciones, ambas fórmulas se emplean juntas, cosa que no ocurre en la cultura rusa con las fórmulas equivalentes Пока! Добрый день! En la cultura rusa, el ama de casa puede decir cушить бельё y, en la cultura española sólo se puede decir tender la ropa. Las no-coincidencias de las normas de comportamiento verbal y no verbal (gestos, mímica) en dos culturas se dan a cada paso. Existen incluso dentro de la misma lengua utilizada en dos culturas distintas (variantes diatópicas). Los letreros de los aparcamientos públicos de España dicen: Libre /Completo, y de Argentina: Hay lugar / No hay lugar. El grado de “subordinación” de los diferentes tipos de texto a las normas socialmente establecidas es distinto, lo que permite subdividirlos (aunque con ciertas reservas, como ocurre en cualquier intento de clasificación) en textos convencionales y textos idiolectales. En realidad, no hay textos completamente convencionales ni idiolectales. El carácter relativo de esta clasificación se deja ver claramente, por ejemplo, en los textos científicos que, siendo convencionales (dentro de cada área de conocimiento), siempre contienen no pocas características idiolectales, o en los cuentos populares que, a pesar de ser un género literario, se caracterizan por un alto grado de convencionalismo en todas las culturas. En este sentido,

Para que las especulaciones sobre el tema sean más concretas, cabe recordar el lugar<br />

común, aunque no por eso menos importante, de que la estrategia y las opciones traductoras<br />

siempre dependerán, por un lado, del programa conceptual (intencional-funcional) del autor<br />

del TO (<strong>Lvovskaya</strong>, 1997) y, por otro, de la aceptabilidad del TM en la cultura meta. En<br />

caso de intertextualidad cultural, esta doble orientación obliga al traductor a buscar sus<br />

opciones tanto a partir del valor comunicativo que tenga aquélla en un texto dado como de<br />

los factores relevantes de la situación comunicativa. Esta orientación bicéfala se mantiene<br />

independientemente del grado de explicitud del caso de intertextualidad cultural en el TO.<br />

Existe un sinnúmero de soluciones, como siempre ocurre en los procesos<br />

intersubjetivos, que no están determinados rígidamente. Unas veces, el traductor se ve<br />

obligado a “manipular” la estructura semántica del TM con respecto al TO , para explicitar<br />

en mayor o menor grado la intertextualidad cultural o para adaptar el TM a las normas de<br />

comportamiento verbal y no verbal de la cultura meta; otras veces, puede prescindir de<br />

aquélla, porque su valor comunicativo, visto desde el ángulo del programa conceptual del<br />

autor del TO (<strong>Lvovskaya</strong>, 1997:43-48) es nulo o poco importante. También cuenta el tipo de<br />

texto traducido: en un texto científico, la solución para casos de intertextualidad cultural<br />

podría ser, por ejemplo, las notas a pie de página o al final del texto, mientras que en los<br />

textos literarios valen otras soluciones descritas con detalle en la literatura sobre el tema. Me<br />

gustaría tan sólo mencionar aquí los brillantes prólogos de Mario Vargas Llosa a cada una<br />

de las 25 novelas de la colección Biblioteca de Plata del siglo XX, editada en España. Estos<br />

prólogos, junto con las semblanzas biográficas de los autores, facilitan mucho la tarea de los<br />

traductores de novelas tan distintas y tan lejanas de la cultura española como las de<br />

Nabokov, Pasternak, Joyce, Böll , Camus y otros grandes “monstruos” de este siglo, cuyas<br />

obras contienen a cada paso la imagen de ese Otro desconocido, el “gran Otro simbólico”<br />

(Lacan, 1992:389) con su manera de ser y de pensar.<br />

Pero veamos algunos ejemplos más sencillos de intertextualidad cultural y las<br />

soluciones buscadas por los traductores.<br />

El título de la película de Nikita Mijalkov “Утомленные солнцем" se tradujo al<br />

español “Quemado por el sol”. Se trata de una solución nada fácil del problema de<br />

intertextualidad cultural que, en realidad, implica varias asociaciones culturales. El traductor<br />

eligió su opción a partir de tres factores: valor comunicativo de las alusiones, factores<br />

relevantes de la situación comunicativa y tipo de texto. La pérdida en el TM de la alusión al<br />

título de un tango que se bailaba mucho en la época de Stalin (marcador temporal y emotivoevaluativo<br />

para el receptor ruso) está justificada porque el receptor español no la<br />

comprendería (factor situación comunicativa que se caracteriza por la falta de<br />

conocimientos presupositivos del destinatario del TM). De no tener el texto otros marcadores<br />

temporales y emotivo-evaluativos, esta opción sería incorrecta, pero el valor comunicativo<br />

de la alusión es metafórico y se recoge en el TM con la ayuda de otra metáfora, esta vez<br />

visual, cuyo valor queda claro para el espectador español debido a que el lenguaje verbal de<br />

un guión cinematográfico (factor tipo de texto) entra en interacción con otros marcadores<br />

explícitos de diferente índole semiótica - imágenes visuales (por ejemplo, el enorme retrato<br />

de Stalin, que aparece en el cielo como si fuera el sol) - de gran importancia para comprender<br />

el programa conceptual del autor del TO y, en especial, la función dominante del texto, que<br />

es emotivo-evaluativa. Sin embargo, la versión española del título, que podría considerarse<br />

muy acertada, contiene un error comunicativo vinculado a otro caso de intertextualidad<br />

cultural. En el título ruso se emplea el plural que resulta comunicativamente relevante,<br />

puesto que la intención del autor consiste en destacar que las represalias de Stalin afectaron a<br />

todo el pueblo (lo quemaron), mientras que en el TM se emplea el singular, reduciéndose así<br />

la referencia sólo al protagonista de la película.

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