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Lvovskaya

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Intertextualidad cultural en traducción<br />

Introducción<br />

Zinaida <strong>Lvovskaya</strong><br />

Universidad de Las Palmas de Gran Canaria<br />

El concepto de intertextualidad cultural en traducción surgió de forma natural como<br />

desarrollo de la noción tradicional de intertextualidad revisada desde la semiótica, que<br />

destaca la inevitable inclusión en textos verbales de diferentes textos no verbales, los cuales,<br />

en su conjunto e interacción crean el sentido del texto con la ayuda de combinaciones<br />

asociativas. Hoy en día, entendemos por texto un “objeto semiótico” en el que, según la<br />

definición de Yuri Lotman, la cultura aparece como un sistema de lenguajes, de signos, cuyas<br />

manifestaciones concretas son los textos mismos (1979:69). Desde esta óptica, la tradicional<br />

segregación entre lo literario y lo no literario pierde relevancia. Cualquier texto, ya sea<br />

idiolectal o convencional, es un hecho de cultura.<br />

Si para los semióticos todo intercambio de información, incluso realizado dentro de<br />

una misma cultura, no supone el empleo de un código común sino de dos códigos diferentes<br />

que se interseccionan (lo que significa que la “traducción” empieza ya en el momento de la<br />

interpretación de cualquier texto), cae por su propio peso que en el caso de comunicación<br />

intercultural puede darse la imposibilidad absoluta de tal intersección, puesto que en dos<br />

culturas, a menudo, no coinciden ni los diferentes lenguajes (sistemas de signalización) ni el<br />

contenido de los sistemas de signos (valores, religiones, ciencias, artes, costumbres,...)<br />

incluidas las normas del comportamiento verbal y no verbal. El modelo “SentidoTexto”<br />

siempre actúa dentro de un determinado contexto cultural, tanto en la etapa de verbalización<br />

del sentido como en la etapa de su interpretación. Precisamente aquí, los aspectos semióticos<br />

de la comunicación verbal entran en interacción con los aspectos cognitivo-culturales de la<br />

traducción comprendida como actividad bilingüe comunicativamente equivalente.<br />

Alcance del concepto de intertextualidad cultural en traducción.<br />

Las dificultades relacionadas con el carácter intercultural de la comunicación bilingüe<br />

han centrado desde siempre la atención de los estudiosos de la traducción. Es difícil<br />

encontrar un trabajo en el área que no trate este tema. Se suele hablar en estos casos de<br />

referencias culturales, especificándolas en categorías cada vez más numerosas (Klingberg,<br />

1986; Newmark, 1988; Valdivieso, 1993; Nord, 1993). En cambio, el alcance del concepto<br />

de intertextualidad cultural para la teoría y práctica de la traducción se suele subestimar. Este<br />

concepto, no obstante, enfocado de una manera global, permitiría simplificar la visión de<br />

los puntos clave de una teoría comunicativa de la traducción, trazando ciertas líneas para la<br />

futura investigación.<br />

Partiendo de los tres niveles de sistemas semióticos, enfocamos el concepto de<br />

intertextualidad cultural como todas las no-coincidencias entre dos culturas, que se<br />

extienden tanto a la vida material y espiritual como a las normas de comportamiento<br />

verbal y no verbal, incluidas las convenciones textuales. Vista desde esta óptica, la<br />

intertextualidad cultural permite precisar la naturaleza de los factores que determinan la<br />

opción traductora y formular ciertas normas comunicativas de traducción.


Para que las especulaciones sobre el tema sean más concretas, cabe recordar el lugar<br />

común, aunque no por eso menos importante, de que la estrategia y las opciones traductoras<br />

siempre dependerán, por un lado, del programa conceptual (intencional-funcional) del autor<br />

del TO (<strong>Lvovskaya</strong>, 1997) y, por otro, de la aceptabilidad del TM en la cultura meta. En<br />

caso de intertextualidad cultural, esta doble orientación obliga al traductor a buscar sus<br />

opciones tanto a partir del valor comunicativo que tenga aquélla en un texto dado como de<br />

los factores relevantes de la situación comunicativa. Esta orientación bicéfala se mantiene<br />

independientemente del grado de explicitud del caso de intertextualidad cultural en el TO.<br />

Existe un sinnúmero de soluciones, como siempre ocurre en los procesos<br />

intersubjetivos, que no están determinados rígidamente. Unas veces, el traductor se ve<br />

obligado a “manipular” la estructura semántica del TM con respecto al TO , para explicitar<br />

en mayor o menor grado la intertextualidad cultural o para adaptar el TM a las normas de<br />

comportamiento verbal y no verbal de la cultura meta; otras veces, puede prescindir de<br />

aquélla, porque su valor comunicativo, visto desde el ángulo del programa conceptual del<br />

autor del TO (<strong>Lvovskaya</strong>, 1997:43-48) es nulo o poco importante. También cuenta el tipo de<br />

texto traducido: en un texto científico, la solución para casos de intertextualidad cultural<br />

podría ser, por ejemplo, las notas a pie de página o al final del texto, mientras que en los<br />

textos literarios valen otras soluciones descritas con detalle en la literatura sobre el tema. Me<br />

gustaría tan sólo mencionar aquí los brillantes prólogos de Mario Vargas Llosa a cada una<br />

de las 25 novelas de la colección Biblioteca de Plata del siglo XX, editada en España. Estos<br />

prólogos, junto con las semblanzas biográficas de los autores, facilitan mucho la tarea de los<br />

traductores de novelas tan distintas y tan lejanas de la cultura española como las de<br />

Nabokov, Pasternak, Joyce, Böll , Camus y otros grandes “monstruos” de este siglo, cuyas<br />

obras contienen a cada paso la imagen de ese Otro desconocido, el “gran Otro simbólico”<br />

(Lacan, 1992:389) con su manera de ser y de pensar.<br />

Pero veamos algunos ejemplos más sencillos de intertextualidad cultural y las<br />

soluciones buscadas por los traductores.<br />

El título de la película de Nikita Mijalkov “Утомленные солнцем" se tradujo al<br />

español “Quemado por el sol”. Se trata de una solución nada fácil del problema de<br />

intertextualidad cultural que, en realidad, implica varias asociaciones culturales. El traductor<br />

eligió su opción a partir de tres factores: valor comunicativo de las alusiones, factores<br />

relevantes de la situación comunicativa y tipo de texto. La pérdida en el TM de la alusión al<br />

título de un tango que se bailaba mucho en la época de Stalin (marcador temporal y emotivoevaluativo<br />

para el receptor ruso) está justificada porque el receptor español no la<br />

comprendería (factor situación comunicativa que se caracteriza por la falta de<br />

conocimientos presupositivos del destinatario del TM). De no tener el texto otros marcadores<br />

temporales y emotivo-evaluativos, esta opción sería incorrecta, pero el valor comunicativo<br />

de la alusión es metafórico y se recoge en el TM con la ayuda de otra metáfora, esta vez<br />

visual, cuyo valor queda claro para el espectador español debido a que el lenguaje verbal de<br />

un guión cinematográfico (factor tipo de texto) entra en interacción con otros marcadores<br />

explícitos de diferente índole semiótica - imágenes visuales (por ejemplo, el enorme retrato<br />

de Stalin, que aparece en el cielo como si fuera el sol) - de gran importancia para comprender<br />

el programa conceptual del autor del TO y, en especial, la función dominante del texto, que<br />

es emotivo-evaluativa. Sin embargo, la versión española del título, que podría considerarse<br />

muy acertada, contiene un error comunicativo vinculado a otro caso de intertextualidad<br />

cultural. En el título ruso se emplea el plural que resulta comunicativamente relevante,<br />

puesto que la intención del autor consiste en destacar que las represalias de Stalin afectaron a<br />

todo el pueblo (lo quemaron), mientras que en el TM se emplea el singular, reduciéndose así<br />

la referencia sólo al protagonista de la película.


Veamos otro tipo de texto. La trágica noticia sobre el asesinato de Vladislav Lístiev<br />

tuvo gran repercusión en todos los medios de comunicación de España. Mientras en Rusia se<br />

comunicaba В Москве был отслужен молебен по Владиславу Листьеву, en España se<br />

leía o se oía: En Moscú se ofició una misa por el famoso periodista Vladislav Lístiev,<br />

asesinado brutalmente por la mafia. Si el mensaje no estuviera dirigido al lector o<br />

televidente español común y corriente, sino a los periodistas españoles que seguían muy de<br />

cerca toda la tragedia, la ampliación de la información sería innecesaria. Dicho con otras<br />

palabras, la medida en que se explicite cada caso concreto de intertextualidad cultural<br />

depende de la situación comunicativa dada y de la función dominante del texto. En este<br />

último caso se trata de una noticia, cuya función dominante es informativa, de ahí que el<br />

grado de explicitación resulte mínimo. Podemos imaginarnos otras situaciones<br />

comunicativas y otros tipos de mensajes que necesitarían otro grado de explicitación.<br />

Las razones de los cambios de la estructura semántica del TM con respecto al TO,<br />

vistos en ambos ejemplos, son de naturaleza puramente cognitivo-cultural. Ahora bien, ¿<br />

existen razones que no sean de esta índole?<br />

En la literatura dedicada al tema, los factores que determinan la estrategia y las<br />

opciones de traducción siguen subdivididos en lingüísticos y extralingüísticos. Semejante<br />

subdivisión tendría su lógica dentro del paradigma lingüístico que distinguía entre la<br />

equivalencia formal y la comunicativa (semántica y comunicativa, en terminología de<br />

Newmark). Sin embargo, este enfoque deja de ser lógico si admitimos que la equivalencia<br />

comunicativa no depende de la formal, es decir, de la posibilidad/ imposibilidad de conseguir<br />

la coincidencia semántica de dos textos. Es sabido que todas las lenguas son capaces de<br />

expresar cualquier significado, más aún, disponen de diferentes recursos sinonímicos para<br />

hacerlo. Sin embargo, en traducción el problema se plantea de otra manera. La opción<br />

correcta desde la lengua puede no serlo desde las normas de comportamiento verbal,<br />

socialmente admitidas en una cultura. Por ejemplo, en la cultura rusa el médico le dice al<br />

paciente: Разденьтесь до пояса, mientras que en la española, en la misma situación se dice<br />

Desnúdese de medio cuerpo para arriba, aunque lingüísticamente cada una de las dos<br />

lenguas admite ambas variantes. Lo mismo se podría decir en cuanto a la equivalencia<br />

existente entre las fórmulas rusas К себе/От себя y las españolas Tire / Empuje que<br />

aparecen escritas en las puertas. Los angloparlantes dirían en cierta situación Let me alone! ,<br />

los españoles ¡Déjame en paz1 y los rusos! Desde la lengua, ¡Adiós! es una fórmula de<br />

despedida y ¡Buenos días! de saludo, o sea, lingüísticamente son antónimos, mientras que<br />

en la cultura española, en determinadas situaciones, ambas fórmulas se emplean juntas, cosa<br />

que no ocurre en la cultura rusa con las fórmulas equivalentes Пока! Добрый день! En la<br />

cultura rusa, el ama de casa puede decir cушить бельё y, en la cultura española sólo se<br />

puede decir tender la ropa. Las no-coincidencias de las normas de comportamiento verbal y<br />

no verbal (gestos, mímica) en dos culturas se dan a cada paso. Existen incluso dentro de la<br />

misma lengua utilizada en dos culturas distintas (variantes diatópicas). Los letreros de los<br />

aparcamientos públicos de España dicen: Libre<br />

/Completo, y de Argentina: Hay lugar / No hay lugar.<br />

El grado de “subordinación” de los diferentes tipos de texto a las normas socialmente<br />

establecidas es distinto, lo que permite subdividirlos (aunque con ciertas reservas, como<br />

ocurre en cualquier intento de clasificación) en textos convencionales y textos idiolectales.<br />

En realidad, no hay textos completamente convencionales ni idiolectales. El carácter relativo<br />

de esta clasificación se deja ver claramente, por ejemplo, en los textos científicos que, siendo<br />

convencionales (dentro de cada área de conocimiento), siempre contienen no pocas<br />

características idiolectales, o en los cuentos populares que, a pesar de ser un género literario,<br />

se caracterizan por un alto grado de convencionalismo en todas las culturas. En este sentido,


esulta interesante comparar los marcadores de la cadena temática de los protagonistas<br />

“buenos” del famoso cuento “Los tres cochinitos” con los de “The Three Little Pigs”.<br />

Aunque los procedimientos empleados en ambos textos para las nominaciones secundarias<br />

coinciden, su connotación emotivo-evaluativa es muy distinta en ambas culturas. En la<br />

cultura española encontramos un lujo de denominaciones emotivo-evaluativas: los tres<br />

cochinitos - nuestros tres regordetes - ellos.-el mayor-el muy tunante- el chico-hermanito- el<br />

cochinito-el marranito-el guarrete-..., mientras que en la cultura anglosajona vemos en este<br />

caso un panorama bastante homogéneo: three little pigs- teir (mother) - they - the first little<br />

pig- the second little pig- the third little pig.<br />

Parece quedar claro que las normas de comportamiento verbal, en general, y las<br />

convenciones textuales, en particular, no son un hecho lingüístico sino cultural. Con este<br />

planteamiento, cabe por lógica prescindir de la subdivisión de los factores que determinan la<br />

actividad traductora en lingüísticos y extralingüísticos, recogiéndolos todos en un grupo de<br />

factores cognitivo-culturales. La justificación filosófica de semejante planteamiento radica en<br />

que los recursos lingüísticos por sí solos no tienen sentido (únicamente poseen significado).<br />

Adquieren sentido exclusivamente en un acto de comunicación realizado por los<br />

“portadores” de ciertas culturas y sistemas conceptuales que incluyen tanto concepciones y<br />

normas de comportamiento verbal y no verbal socialmente reconocidas como individuales.<br />

El famoso eslogan de que la lengua es el instrumento de la comunicación verbal, no es más<br />

que un decir, puesto que la lengua de por sí, fuera de los sistemas conceptuales cuyos<br />

portadores son los comunicantes, no es capaz de expresar sentidos y por consiguiente ser<br />

instrumento de comunicación. El dominio de una lengua significa saber expresar conceptos<br />

conforme a las normas de comportamiento verbal y no verbal admitidas en la respectiva<br />

cultura.<br />

Ahora bien, al pasar de una cultura a otra, cambian las orientaciones sociales, algunos<br />

conceptos y hasta sistemas conceptuales, así como las normas de comportamiento verbal y<br />

no verbal. Todos estos cambios pueden ser enfocados a partir del concepto de<br />

intertextualidad cultural que motiva “manipulaciones” semánticas del TM con respecto al<br />

TO. El alcance de estos cambios depende, aparte de los factores antes mencionados, de la<br />

distancia entre las culturas y hasta “civilizaciones” (Santoyo, 1994). El traductor se ve<br />

obligado a producir un TM que recoja al máximo posible el programa conceptual del autor<br />

del TO y, al mismo tiempo, sea aceptable en la cultura meta, tomando en consideración tanto<br />

la diferencia de los sistemas conceptuales como de las normas de comportamiento verbal y<br />

no verbal admitidas en la cultura meta.<br />

Conclusiones. A partir del concepto de intertextualidad cultural es posible llegar a la<br />

conclusión acerca el carácter cognitivo-cultural de los factores que determinan la estrategia y<br />

las opciones traductoras, conclusión que parece lógica, puesto que los factores que<br />

determinan una actividad deberían ser de la misma naturaleza que ésta.<br />

Por otra parte, el enfoque global de intertextualidad cultural permite incluso formular<br />

ciertas normas comunicativas de traducción, rechazando así la opinión generalizada de que la<br />

traducción no es una actividad normativa. No lo es, por supuesto, desde la lengua, pero<br />

debería serlo desde la comunicación. En un principio, estas normas no pueden entrar en<br />

contradicción con las normas generales de comunicación verbal, recogiendo, al mismo<br />

tiempo, las características específicas de la comunicación intercultural equivalente. A fin de<br />

cuentas, estas normas no son otra cosa que un desglose del principio operativo de la<br />

traducción (máxima fidelidad posible al programa conceptual del autor del TO y<br />

aceptabilidad en la cultura meta), visto desde la óptica de la intertextualidad cultural. En una<br />

primera aproximación, son las siguientes:


1. Una traducción nunca debe entrar en contradicción con el programa<br />

conceptual del autor del TO, es decir:<br />

1.1. No debe dar lugar a falsas implicaturas, o sea, a aquellas que no se<br />

desprendan del TO;<br />

1.2. Debe recoger las implicaturas relevantes del programa conceptual del<br />

TO y para su comprensión por el destinatario del TM,<br />

independientemente de que estas implicaturas tengan marcadores<br />

explícitos o implícitos.<br />

2. Una traducción no debe contradecir los factores relevantes de la nueva<br />

situación comunicativa creada en la cultura meta, o lo que es lo mismo, debe ser<br />

adecuada a la nueva situación, es decir:<br />

2.1. Debe contener la información necesaria para que el destinatario del<br />

TM comprenda el programa conceptual del autor del TO;<br />

2.2. No debe entrar en contradicción con las normas de comportamiento<br />

verbal y no verbal de la cultura meta, en general, y con las convenciones<br />

textuales (o el idiolecto del autor del TO), en particular, a no ser que la<br />

“violación” de estas normas entre en el programa conceptual del autor<br />

del TO.<br />

Y, por fin, la inclusión de las normas de comportamiento verbal y, en particular, de<br />

las convenciones textuales en la problemática de la intertextualidad cultural y, por la tanto,<br />

de la traducción, permite trazar una línea interdisciplinar de investigación comparativocontrastiva<br />

de estas normas y convenciones para diferentes tipos de textos (Швейцер, 1993).<br />

Creo que para formarse una idea más exacta de la no-coincidencia de estas normas /<br />

convenciones textuales, deberíamos partir de la idea de parámetros universales del texto y<br />

sus manifestaciones concretas en las diferentes culturas.<br />

B i b l i o g r a f í a<br />

Иовенко, В.А.(1992) Основы концепции детерминизма в переводе.<br />

Автореф. докт. дисс. Москва.<br />

Klingberg, G. (1986) Children’s Fiction in the Hands of Translators. Lund:<br />

CWK Gleerup.<br />

Lacan, J. (1992) Seminario 7. La ética del psicoanálisis (1959-1960). Buenos<br />

Aires: Paidos.<br />

Lotman, Ju. (1979) Semiótica de la cultura. Madrid: Cátedra.<br />

<strong>Lvovskaya</strong>, Z. (1997) Problemas actuales de la traducción. Granada: Granada<br />

Linguistica y Método Ediciones.<br />

Newmark, P. (1988) A Textbook of Translation. New York: Prentice Hall.<br />

Nord, Ch. (1993) ”Alice im Niemandsland”, en Holz-Mänttari (eds.), pp.395-<br />

416.<br />

Santoyo, J.C. (1994) “Traducción de cultura, traducción de civilización”, en<br />

Estudis sobre la Traducció, Amparo Hurtado (ed.):Universitat Jaume I,<br />

pp.141-151.


Valdivieso, C. et al. (1991) Literatura para niños: Cultura y traducción.<br />

Santiago de Chile:Pontificia Universidad Católica de Chile.<br />

Швейцер,А.Д.(1993) Контрастивная стилистика.Москва:ИЯ РАН.

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