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boticario de la Villa de Colima la sanaran, y en la que la
aplicación de orina realizada por la famosa curandera
mulata Mariana Velázquez, alias La Golosa a quien, por
cierto, Juana Vásquez acusaba de ser la causante misma
del hechizo que le había enfermado la pierna segura-
mente actuó como desinfectante. «'La Golosa' -relata
Juan Carlos Reyes (1996: 89), reconociendo los saberes
de la hechicera puso en práctica sus conocimientos,
que no habrán sido pocos pues le bastaron unos cuantos
lavatorios con orines para que a pocos días la pierna llagada
estuviera 'perfectamente sana'».
Otro caso más refleja las prerrogativas de la prácti­
ca médica de estas mujeres: «La española doña Josefa
Beltrán, parienta, por cierto, del bachiller comisario, y viu­
da del escribano Melchor del Castillo, aceptaba de mane­
ra tácita su creencia en la hechicería al denunciar que
Nicolasa de la Cruz, mulata, mantenía tullida de las pier­
nas a Juana de Bergara. Y una vez más, aseguró la denun­
ciante, sólo la hechicera causante del mal era capaz de
curar a la enferma, lo que hacía "untándole" una tusa
-,olote entre ambos muslos» (Reyes,1996: 90). Es de­
cir, tratarle un problema de circulación en las piernas a
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través de la aplicación de un masaje hecho con un instru­
mento de la época, adecuado para tales menesteres: un
olote seco .
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