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Samuel - Ciudad CCS

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DOMINGO 5 DE AGOSTO DE 2012 / CIUDAD <strong>CCS</strong> / AÑO 3 N° 106<br />

Por Orlando Araujo<br />

(1927-1987)<br />

Cuando yo tenía ocho años, <strong>Samuel</strong> tenía<br />

diez, y fuimos amigos cuando yo tuve trece y<br />

el quince. Se enamoró de una hermana mía y<br />

como éramos amigos yo lo ayudaba a<br />

escribir cartas de amor y compartía la lectura<br />

de todas las respuestas.<br />

Leímos juntos Los tres mosqueteros. Él se hizo<br />

Aramis y yo fui D’Artagnan. Cuando luché<br />

con un grandote, ya <strong>Samuel</strong> me había<br />

enseñado a vencer; y cuando me enamoré<br />

por primerita vez, él me avisó de los<br />

primeros desengaños. Tuvo paciencia para<br />

dirigirme en el arte más difícil: cómo cruzar<br />

a nado un río andino. Se deslizaba por el<br />

fondo si la corriente era violenta, y levantaba<br />

la cabeza y braceaba de pecho en la inestable<br />

ocasión de los remansos.<br />

Ahora no sé si era tan alto como entonces lo<br />

veía, pero sé que era fuerte, que tenía color<br />

de guayaba, y hombros y pecho y contextura<br />

de afrecho.<br />

No sé si era valiente, y creo que algunas<br />

veces tuvo miedo, pero jamás lo vi<br />

retroceder.<br />

En todo caso, no soy disecador de héroes.<br />

Sólo pido que se me permita y se me escuche<br />

decir que <strong>Samuel</strong> andaba por el mundo<br />

despreocupado de su fuerza, de su belleza<br />

abrupta y de la hombría con que su voz casi<br />

de niño iba imponiéndonos la madurez de la<br />

montaña.<br />

Lo que escribo y digo y canto alcanza en<br />

lejanía sus tranquilas hazañas, sus amores<br />

con luna y sus canciones amaneciendo en el<br />

camino.<br />

Había nacido para apacentar ganados,<br />

para sembrar árboles, para preñar la tierra.<br />

No para soldado. No para el uniforme, el<br />

servicio, la obediencia. Cuando bebíamos el<br />

agua parameña de la quebrada molinera,<br />

cuando echábamos el anzuelo en sus<br />

remansos, cuando caminábamos un día para<br />

querer una hora, sentíamos la eternidad del<br />

cuerpo, la vida infinita, el girasol del mundo.<br />

Un día lo hicieron soldado. A él, nacido<br />

campesino de sábila, aguardiente y chimó.<br />

Se fue o se lo llevaron cuando no tenía veinte<br />

años. Después mandó una fotografía con<br />

gorra, uniforme y cuchillito.<br />

Cuando lo mataron supe, por primera vez,<br />

que el llanto no consuela. He visto piedras,<br />

ríos y caminos que a pesar de sus problemas<br />

se ponen a llorar cuando nos reconocen. Voy<br />

por el mundo encontrando a <strong>Samuel</strong> en mis<br />

amigos, y enamorándome siempre de una<br />

mujer que tenga hermana, porque <strong>Samuel</strong><br />

no me perdonaría que lo dejara solo.<br />

2. Poesía de Ana Enriqueta Arvelo 2-3. Ensayo La nueva<br />

vida de la Revista Nacional de Cultura de Luis A. Crespo<br />

3. Trizas de papel Seres lunares y lunáticos<br />

4. Entrevista a Rodolfo Santana, dramaturgo.<br />

Eventos Concursos Premios<br />

Hoy cierra III Feria del Libro de Caracas I Concurso Resonancias de Cuento 2013 Premios Nacionales de Cultura<br />

Se despide la Feria del Libro de Caracas, la cual congregó<br />

durante 10 días a más de 50 editoriales, escritores<br />

nacionales e internacionales en torno a foros, talleres y<br />

presentaciones, donde el ensayo como género literario<br />

fue el protagonista. El evento clausura hoy a las 7:00 pm<br />

con el concierto de Zapato 3 en el Parque Los Caobos.<br />

Narrativa<br />

<strong>Samuel</strong><br />

Despierta. Mirna Gamboa. Óleo sobre tela. 2011<br />

Podrán participar en este evento escritora(e)s mayores<br />

de 18 años de edad, de cualquier nacionalidad, con<br />

obras originales y de su sola y exclusiva autoría,<br />

escritas en castellano, inéditas y no premiadas en otros<br />

certámenes. Para mayor información sobre las bases<br />

visite http://www.resonancias.org/home<br />

Audio Cepeda, en Fotografía; Carlos Paolillo, en Danza;<br />

Carmen Bohórquez, en Humanidades; Domingo Álvarez,<br />

en Arquitectura; Francois Massiani, en Literatura; José<br />

Alirio Rojas, en Cine; José Antonio Dávila, en Artes<br />

Plásticas; José Elías Villarroel, en Cultura Popular; Néstor<br />

Martínez, en Teatro y Simón Díaz, en Música.


2 LETRAS <strong>CCS</strong> / CIUDAD <strong>CCS</strong> / DOMINGO 5 DE AGOSTO DE 2012<br />

Poesía<br />

Respuesta<br />

(Fragmento)<br />

Por Ana Enriqueta Arvelo<br />

Larriva<br />

(1886-1962)<br />

Te hablo, oh antena temeraria,<br />

con la armonía de mi río profundo<br />

y de mi lago sin copia de palmeras.<br />

Quiero saber, hombre lejano que me llevaste<br />

por una ribera muy tuya para mí desconocida,<br />

si en un paso de insomnio<br />

tus pájaros briosos y relucientes<br />

picaron en las moras zumosas de mi soledad.<br />

Si me sentiste allí,<br />

en la espesura de tu bosque sumido,<br />

como hoja soterrada,<br />

como liana sin anillo,<br />

como brisa curiosa<br />

castigada en cárcel vaporosa y oscura.<br />

Si me aspiraste en el último humo de la tarde<br />

o si pasé despertándote por tu más raro amanecer.<br />

Dime si le nací a tu sentir en nube de promesa<br />

o en volcán impaciente y a punto,<br />

o sobre hierbas ya pardas.<br />

Dime si me tomaste como canción de sueño<br />

o como lengua de fuego en extravío dichoso,<br />

o si sólo amaste en mí una arena apagada.<br />

Quiero saber si tu pulso de fiebre<br />

imaginó el candente lejos de mi sangre<br />

o si fui la mancha casta de tu medianoche.<br />

(…)<br />

Me pediste mi distante secreto.<br />

Da el tuyo a mi curiosa lejanía.<br />

Quiero saber qué funda mi poema<br />

en tu mar, en tu playa, en tus jardines<br />

Ensayo<br />

La nueva vida<br />

de la Revista<br />

Nacional de Cultura<br />

Canción que vuela. León Giner. Mixta. 2011<br />

Por Luis A.<br />

Crespo<br />

Poeta<br />

Poemas para recordar a Venezuela<br />

le dicen sus escasos<br />

lectores a un libro conmovedor<br />

de Rafael Pineda, mientras<br />

espera desde 1951 que el olvido<br />

le perdone su belleza. Esta tierra<br />

de gracia, llamó Isaac Pardo a<br />

una clase de Historia de Venezuela<br />

que le recitara a sus hijos<br />

mientras bostezaban cuando su<br />

padre les preguntaba dónde<br />

nació Venezuela y dónde vivían<br />

el río Atabapo y del Páramo de<br />

Piedras Blancas. Camino para ir<br />

a Venezuela quiso el humboldtiano<br />

larense Francisco Tamayo<br />

que así se titulara un libro suyo<br />

sobre su amor al país, del que<br />

muy pocos sabían dónde<br />

quedaba cuando inquiría por el<br />

botón de la brusca y el humilde<br />

bojarro blanco y viaje al amane-<br />

cer sería el sendero que llevó a<br />

Picón Salas a encontrarse con su<br />

verde corazón.<br />

En estos amorosos de nuestra<br />

tierra pienso (hay tantos, como<br />

Uslar, como Armas Alfonzo,<br />

como Arraiz, como Enrique<br />

Bernardo Núñez, como Acosta<br />

Saignes, como muchos otros,<br />

más lejanos o más cercanos en el<br />

tiempo) durante mi lectura de la<br />

Revista Nacional de Cultura a la que<br />

el poeta y cronista Antonio<br />

Trujillo le ha devuelto su<br />

presencia, ay, tanto tiempo<br />

muda por razones casi de<br />

castillo kafkiano.<br />

Mi amigo de levantadas<br />

virtudes supo cuán tenaz habría<br />

de serle ese reto, y cuán rudo;<br />

pero pronto –no me corro al<br />

suponerlo– su conciencia de<br />

inventor de emociones, de<br />

artesano de proyectos y su<br />

asendereada angustia venezolana<br />

(por largo rato ha sido<br />

viandante de sus caminos, sus<br />

orillas y contertulio de sus<br />

pobladores oyendo, copiando lo<br />

que dicen y callan, lo que los<br />

alegra y los artistas) frenaron la<br />

natural incertidumbre que lo<br />

ganara cuando la vehemencia,<br />

su carta de presentación, su fe<br />

de bautismo –diría yo– flaqueara<br />

al escuchar la proposición de<br />

que reanimase e hiciera de<br />

nuevo visible la histórica, la<br />

legendaria publicación de don<br />

Mariano Picón Salas, cuyos<br />

seguidores y veladores de su<br />

continuidad se cuentan entre los<br />

más conspicuos de nuestras<br />

letras.<br />

La indecisión no duró mucho:<br />

pronto sintió en su pecho el<br />

poeta de blanco de orilla que<br />

trapos y helechos, la revista que<br />

creara años atrás su fervor por la<br />

memoria colectiva de su pueblo,<br />

el alto mirandino –vale decir,<br />

San Antonio de los Altos– se le<br />

ofrecía ahora como horizonte<br />

para darle más desmesura a su


Aspiración. Jorge Vegas. Óleo sobre tela. 2011<br />

desvelo de amor por Venezuela.<br />

Ello explica la determinación<br />

con que atendió la propuesta de<br />

dirigir la Revista Nacional de<br />

Cultura. En su ánimo ardía desde<br />

antes, como la llama viva de su<br />

indesmayable ansia de servidor<br />

público (¿qué poeta verdadero<br />

no lo es?) la terca y acérrima<br />

voluntad con que ha vivido por<br />

sus manos y con su aliento la<br />

referida publicación sanantoñera<br />

enfrentada siempre al<br />

desprecio que le profesan con<br />

bochornosa puntualidad los<br />

conmilitones de municipio, esos<br />

sembradores de cemento y<br />

antipatria que jamás pudieron<br />

con la rabia acusadora y la<br />

piedad montañesa de Orlando<br />

Araujo, el primer lector,<br />

colaborador y pregonero de<br />

trapos y helechos.<br />

Hubo sin embargo de guerrear<br />

el nuevo director de la RNC con los<br />

imponderables de costumbre: la<br />

corrección, la transcripción, el<br />

diseño, la pendular predisposición.<br />

¿A qué nombrarlos? Triunfaría,<br />

en definitiva, su ya famoso<br />

frenesí. Hace unas semanas,<br />

mientras transcurría el Festival<br />

Mundial de Poesía, anunciaba a<br />

voz en cuello la resurrección de la<br />

revista. “El año bicentenario de<br />

nuestra Independencia encuentra<br />

en las páginas de la Revista Nacional<br />

de Cultura espacio y sobrada<br />

emoción para difundir un hecho<br />

trascendente provocado por el<br />

genio y temperamento de un<br />

pueblo imperturbable en su afán<br />

libertario”, subrayó en la página<br />

editorial.<br />

Fue menester prolongar<br />

durante dos tomos (el número<br />

338) aquella profusa tradición<br />

de amor por Venezuela que he<br />

encontrado en el poemario de<br />

Pineda, en la crónica de Isaac<br />

Pardo, en la biografía de la flor y<br />

de los suelos de Tamayo, en el<br />

viaje de Picón Salas. Es que no<br />

hay página en la Revista Nacional<br />

de Cultura donde no sintamos o<br />

pensemos a Venezuela y<br />

sabemos dónde vive y cómo ha<br />

sido y cómo es y qué la acosa y<br />

cómo hacer para que persista.<br />

La soberanía geográfica y<br />

humana es allí asunto de razón y<br />

de invento, desde la historia a la<br />

Es que no hay<br />

página en la Revista<br />

Nacional<br />

de Cultura donde<br />

no sintamos<br />

o pensemos a<br />

Venezuela y sabemos<br />

dónde<br />

vive y cómo ha<br />

sido y cómo es y<br />

qué la acosa y<br />

cómo hacer para<br />

que persista.<br />

leyenda, desde la confesión al<br />

diálogo. Leemos en ella la<br />

herencia aborigen y africana, el<br />

paisaje y su metáfora literaria y<br />

ecológica, la añoranza de los<br />

héroes civiles y guerreros, el<br />

cielo y la tierra de lo nacional y<br />

lo universal, el arte y la ciencia,<br />

DOMINGO 5 DE AGOSTO DE 2012 / CIUDAD <strong>CCS</strong> / LETRAS <strong>CCS</strong> 3<br />

el libro como lectura y como<br />

ética; y en todo, a vuelta de<br />

página, se escucha la voz del<br />

país, su testimonio, su idioma de<br />

hacedor de escritura hablada y<br />

de literatura comunal. He aquí a<br />

la Venezuela oral y escrita, a la<br />

pensadora y sentimental. En<br />

resumen, a la Venezuela de la<br />

montaña y de sus orillas, la de la<br />

sabana y de la costa, la de su<br />

selvas y de sus espinas, la de su<br />

bruma y su canícula, la del<br />

cantor y el artista, la del músico<br />

y el memorialista, la del intelectual<br />

y el escritor, la del historiador<br />

y el cronista.<br />

Pocas veces una revista se parece<br />

tanto a lo que propone su título.<br />

Pocas veces fue tan venezolana.<br />

Que el poeta guayanés, el sabio de<br />

El Tocuyo, el humanista caraqueño<br />

de utopía y el padre merideño<br />

de la RNC lo digan con sus propios<br />

sentimientos: ella es como los<br />

poemas con que nos recordarnos,<br />

como un camino para ir hasta<br />

nosotros mismos, como la lectura<br />

de nuestro había una vez y como<br />

el viaje a nuestro amanecer. Su<br />

definitivo amanecer.<br />

Trizas de papel<br />

Seres<br />

lunares<br />

y lunáticos<br />

Tocados<br />

por la luna<br />

de Carlos Sosa.<br />

Colección Delta,<br />

del Fondo Editorial<br />

Fundarte, 2012 /<br />

p. 212<br />

La luna<br />

como<br />

emblema<br />

ancestral y<br />

por excelencia<br />

de todos<br />

los misterios,<br />

secretos y<br />

profundidades<br />

de la<br />

vida<br />

humana, es<br />

el centro en<br />

torno al cual<br />

halla su<br />

núcleo e<br />

hilo conductor,<br />

en un<br />

ritmo menguante y ascendente,<br />

la propuesta ensayística de<br />

Carlos Sosa Osorio, quien<br />

apelando al ímpetu expresivo<br />

y el desenfado personal de<br />

Montaigne, fundador del<br />

género como un discurso casi<br />

confesional, constela un<br />

homenaje más emotivo y poético<br />

que meramente académico<br />

al enigmático astro<br />

selenita, genio tutelar de la<br />

creación, lo femenino, la<br />

muerte y la resurrección.<br />

La luna como inspiradora<br />

del arte, y a su vez reflejada<br />

insistentemente en las<br />

creaciones estéticas de todas<br />

las épocas, es el motivo axial<br />

que permite al autor un paseo<br />

heteróclito y desprejuiciado<br />

por una galería de figuras<br />

históricas y literarias marcadas<br />

todas por el estigma lunar,<br />

hermanadas por una “poética<br />

de la luna” que las acerca al<br />

inconsciente y la locura, que<br />

las arrebata hasta los abismos<br />

del dolor, la muerte y el<br />

misterio, pero que las hace<br />

reemerger, a la vuelta de su<br />

elipsis, arropadas por la halo<br />

de la lucidez, la verdad y la<br />

iluminación.<br />

En una secuencia de ensayos<br />

literarios breves y concisos,<br />

escritos con la soltura de una<br />

libre intuición y una pasión<br />

lírica parecida al amor o la<br />

veneración, Carlos Sosa Osorio<br />

presenta los retratos inquietantes<br />

de estos seres lunares y<br />

lunáticos, dispares pero<br />

afines, en quienes se percibe el<br />

vaivén de la marea lunar que<br />

los trae desde el sin fondo de<br />

la noche a las cúspides solares<br />

de un nuevo día.<br />

Seres lunares y lunáticos forma<br />

parte de la colección Delta del<br />

Fondo Editorial Fundarte.


4 LETRAS <strong>CCS</strong> / CIUDAD <strong>CCS</strong> / DOMINGO 5 DE AGOSTO DE 2012<br />

Rodolfo Santana<br />

Dramaturgo<br />

“El obricida”<br />

Con los dramaturgos nunca se sabe: ¿hablan con<br />

nosotros cuando responden nuestras preguntas o<br />

son sus palabras ya un diálogo autónomo que nos<br />

reserva un palco en la conversación? Para adivinar<br />

a este hombre cauteloso y afable que es Rodolfo<br />

Santana hay que ser un testigo vivaz: ver entre<br />

líneas, leer tras bastidores, inventar, si es preciso,<br />

los detalles y sospechar de su imponente silencio.<br />

Quizá por ser autor de dramas uno se predispone a<br />

la idea de que existe en Santana Rodolfo encerrado.<br />

Y quizá por eso sea posible el milagro ese de que<br />

siendo un escritor influyente en el pensamiento<br />

actual sea a la vez un espíritu aparte. Acá<br />

intentamos retratarlos a ambos: él y a su doble, con<br />

relativo éxito.<br />

Por Freddy Ñáñez<br />

Poeta<br />

— Defínase en dos actos.<br />

—1er acto: entro y curioseo, vivo. 2do:<br />

convivo, exagero la curiosidad, me<br />

enamoro en exceso, me divorcio dos veces<br />

y escribo dramas sobre lo poco que<br />

entiendo sobre lo que vivo.<br />

—¿Cuál es su definición de la infelicidad<br />

absoluta?<br />

—Desconocer que la persona a quien amas<br />

también te ama.<br />

—Como dramaturgo dígame, ¿cuál es el<br />

mayor de los conflictos del hombre?<br />

—El miedo al cambio. Tendemos al arraigo<br />

y en él prolifera la defensa de lo peor.<br />

—Y como hombre, ¿cuál es el mayor<br />

conflicto del dramaturgo?<br />

—Lograr mantener el peligroso equilibrio<br />

que requiere una idea dramática.<br />

—De niño, ¿qué programa de TV lo<br />

perjudicó más?<br />

—Cuando niño, en Venezuela, la programación<br />

de TV era muy sana: obras de teatro<br />

clásicas, conciertos, programas de humor<br />

en vivo, con excelentes comediantes. Es<br />

ahora, de adulto, cuando muchos programas<br />

de televisión me han perjudicado.<br />

—A su juicio, ¿por qué las telenovelas<br />

venezolanas son tan malas?<br />

—Se debe a los criterios necios, conservadores,<br />

economicistas, de la gerencia<br />

televisiva sobre “lo que es una telenovela”,<br />

pues influyen decisivamente en la<br />

creatividad de los libretistas originando los<br />

bodrios que ya se han hecho costumbre.<br />

—En el más allá, ¿con quién no le<br />

gustaría encontrarse?<br />

—Con unas ratas infames como Ronald<br />

Reagan, George Bush o Nixon. En fin, con la<br />

mayoría de los presidentes de EEUU.<br />

—¿Existe la vida después del teatro?<br />

—Mucha. El teatro es un desprendimiento<br />

intenso de la vida. Una vida probable<br />

diseñada para ser escrutada mientras nos<br />

modifica el alma.<br />

—¿Qué representan para usted sus<br />

personajes?<br />

El dramaturgo Rodolfo Santana .<br />

—Mis personajes, en este momento, son un<br />

colectivo muy arrecho. Viven en una<br />

Cooperativa que busca sus correcciones y<br />

nuevos atributos y persiguen las oportunidades<br />

que siempre les ha negado el autor,<br />

limitado siempre en sus visiones. Es en<br />

nuestra Revolución –por fortuna– donde yo,<br />

como autor, me he puesto reflexivo,<br />

consecuente, explosivo y mis personajes<br />

han adquirido el carácter que siempre<br />

desearon.<br />

—Y usted, ¿qué representa para ellos?<br />

—No acostumbro hablar con mis personajes<br />

más allá de sus exigencias, que son muchas,<br />

ya que me rebasan la imaginación y me<br />

joden todo el esquema previsto en la obra.<br />

Pero sí te puedo decir que si uno los atiende<br />

en exceso incurre en autofagia, que es la<br />

inmoral costumbre de devorarse a sí mismo.<br />

Costumbre de larga tradición en la literatura<br />

venezolana. Prefiero, por eso, cometer<br />

“obricidio”, que es asesinar la obra que<br />

quiere devorarte. Es ella o tú. Prefiero que<br />

sea ella.<br />

—En el amor, ¿qué es más importante el<br />

guión o la dirección?<br />

—Ninguna de las dos: es la acción irreflexiva,<br />

pues lo excepcional, loco y afortunado en<br />

el guión del amor es expresarnos, en el<br />

segundo preciso, con la más barata de las<br />

Directora Mercedes Chacín Coordinadora Odry Farnetano. Selección de textos Alba Velásquez<br />

Letras <strong>CCS</strong> es un suplemento de fin de semana de <strong>Ciudad</strong> <strong>CCS</strong>, forma parte integral del diario y se<br />

distribuye de forma gratuita | Redacción 0212-8607149 correo-e: letras.ciudadccs@gmail.com<br />

imbecilidades al ver el rostro de la persona<br />

amada que, a su vez, nos responde con una<br />

necedad peor.<br />

—Y en religión, ¿importa más el conflicto<br />

o la acción?<br />

—Dios es inmenso y tremendamente<br />

bueno. En Él me cobijo. Pero no acompaño<br />

las manifestaciones de la jerarquía eclesiástica<br />

contra la Revolución. La cúpula<br />

eclesiástica defiende sus intereses y han<br />

contribuido al derrumbe de democracias en<br />

toda América Latina. No se puede utilizar a<br />

Dios.<br />

—Dicen sus personajes que usted detesta<br />

la fantasía.<br />

—Ellos jamás dirán eso, pues los he<br />

explorado muy bien. Conozco sus tuétanos.<br />

La historia en que viven. Las formulaciones<br />

sociales, políticas y antropológicas que los<br />

mueven. Sin medias tintas, mis personajes y<br />

muchas de las fábulas en que viven pertenecen<br />

más al futuro que al hoy. Por eso los<br />

directores las ven con prevención. Tú lees<br />

Una tarde poco fastidiosa y es una obra que<br />

desentraña las matanzas sociales, estudiantiles,<br />

de nuestra época. Como la matanza<br />

reciente en el cine donde se estrenaba una<br />

película de Batman. Léanla.<br />

—Dicen los realistas que usted exagera.<br />

—La realidad es un espejo demasiado<br />

cóncavo, sinuoso. Todos vivimos en el<br />

espacio que media entre nuestros sueños,<br />

los sueños que ansiamos en la vigilia y los<br />

sueños que deseamos cumplir en el<br />

quehacer concreto, que es el más<br />

conflictivo.<br />

—¿Quién mató a Alfredo Gris?<br />

—Esa fue mi primera obra. Lo mató la IV<br />

República. Al igual que a 3.500 militantes y<br />

opositores, pues era un Estado asentado en<br />

un sistema soez, criminal, que no tenía<br />

límites de represión en la defensa de sus<br />

privilegios obscenos.<br />

—Supongamos que es usted un dramaturgo<br />

de Saturno. Escriba una sinopsis<br />

sobre la extinta raza humana.<br />

—Extraños seres que siempre buscaron un<br />

mineral llamado amor que, lamentablemente,<br />

no hemos encontrado en nuestras<br />

exploraciones.<br />

—¿Cuál es la virtud que más envidia?<br />

—La reflexión, que es el espacio breve en<br />

que podemos calmarnos y responder a la<br />

tormenta de la violencia que nos ataca: en<br />

la esquina, en la cola, en el trabajo. No hay<br />

que dejar que la violencia nos corrompa.<br />

Ante ella, un lema sufí: “Todo pasa”.<br />

—Lo peor del cine venezolano.<br />

—No sigue las ideas centrales de la historia.<br />

Desconoce los géneros y cree poder<br />

inventarlos. Posee personajes poco explorados<br />

y poca vinculación con los conflictos de<br />

nuestra historia contemporánea. Y hay muy<br />

poca investigación temática.<br />

—Lo mejor del cine venezolano.<br />

—La osadía y dedicación de algunos<br />

realizadores buscando temáticas cruciales.<br />

Acodándose a un modo de hacer cine<br />

insurgente, pobre, que siempre es mucho<br />

dinero. Asentando sus posibilidades<br />

expresivas en la esencia de la historia.<br />

—En un strip-tease psicológico, ¿cuál es<br />

el defecto que se quitaría de primero?<br />

—Muchos, por tanto prefiero un strip-tease<br />

para exhibirlos, como he practicado toda<br />

mi vida. Hace ocho años efectué una<br />

encuesta sobre mí mismo, con amigos y<br />

conocidos, novias, esposas, amantes,<br />

compañeros de trabajo, enemigos, críticos,<br />

para lograr mi perfil y resultó un desbarajuste<br />

que, en esencia, decía, especialmente,<br />

que era un sociópata, amante del sexo y<br />

obsesionado con la escritura.<br />

—Si Dios le concede un plagio, ¿qué obra<br />

escogería?<br />

—¡Imaginación siempre, plagio nunca!<br />

Admiro con envidia cochina a decenas de<br />

autores y confieso que me he sumergido en<br />

ellos y utilizado en mis obras. Es lo que se<br />

llama “canibalismo benévolo”. Te tragas al<br />

autor y sus influencias, pero trabajas su<br />

corriente en direcciones nuevas. Es decir, lo<br />

canibalizas y el cadáver de la influencia no<br />

se nota. Yo he canibalizado a centenares de<br />

autores.<br />

<strong>Ciudad</strong> <strong>CCS</strong> es un periódico gratuito editado por la Fundación para la Comunicación Popular<br />

<strong>CCS</strong> de la Alcaldía de Caracas | Plaza Bolívar, de Monjas a Principal, edificio Rialto | Teléfono 0212-<br />

8607149 correo-e: ccsciudad@gmail.com | Depósito legal: pp200901dc1363

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