Salinas, P. (2010). - Repositorio Digital - Instituto Politécnico Nacional

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las partes 1/2, 1/4, 1/8, etc.) y estas partes proporcionales de uno de ellos las va apilando sobre la parte correspondiente del otro, de modo que se forma una figura a modo de pila o torre de rectángulos de base cada vez menor pero de altura 1 que, por tanto, incrementa su altura al infinito a medida que se van apilando las infinitas partes proporcionales. Babb (2005) comenta que el área de la torre de rectángulos puede calcularse de dos maneras, sumando horizontalmente, o sumando verticalmente. De ahí se calcula el mismo valor para las series planteadas lo cual, comenta, puede ser el primer ejemplo de una figura con una extensión infinita pero con un contenido finito; fenómeno que Torricelli investigará posteriormente al estudiar un sólido de revolución hiperbólico. Pero lejos de profundizar ahora en esas dificultades, nuestra intención al revisar el resultado de Oresme es otra. Lo que nos interesa resaltar de la manera ingeniosa de proceder de Oresme es que su verbalización del evento de apilar los rectángulos la refiere a un movimiento especial. Considera un móvil que se desplaza con cierta velocidad en la primera parte proporcional de cierto periodo de tiempo dividido de acuerdo a la razón 2/1, y en la segunda se mueve con el doble de la velocidad, y en la tercera con el triple de la velocidad, y así sucesivamente hasta infinito, entonces la velocidad total será precisamente 4 veces la velocidad de la primera parte, y el móvil en la hora completa recorrerá una distancia igual a 4 veces la recorrida en la primera mitad de la hora. Es obvio que estas transformaciones geométricas llevaron a Oresme a inventar un movimiento en el cual la velocidad es una función escalera (de hecho una con una cantidad infinita de escalones) y que es equivalente a un movimiento uniforme con respecto a la distancia recorrida (Farmaki y Paschos, 2007, p. 90). Ningún estudioso de esa época buscaría la forma de poner a prueba en el mundo real la existencia de ese tipo de movimiento, como tampoco la existencia de un movimiento uniformemente acelerado donde se aplique la Ley de Merton; la cinemática medieval era una empresa fundamentalmente abstracta, no experimental, lo que no quita crédito alguno a esa actitud matemática y lógica de producción intelectual, antes al contrario. Kaput (1994) comenta que la disposición por tratar con el infinito y los infinitesimales preparó el camino del trabajo por ocurrir en el futuro; la gradual influencia del pensamiento aristotélico fomentó la aceptación de que las proposiciones matemáticas son establecidas por el intelecto humano. También la pérdida relativa del rigor (comparado con el euclideano) ayudó además a que el infinito y los infinitesimales entraran en el terreno de la Matemática. Grabiner (1974) es reconocida por sus aportaciones sobre la historia del desarrollo de la Cálculo y Análisis Matemático; reitera que han sido revoluciones en el pensamiento las que han cambiado los puntos de vista acerca de la naturaleza de la verdad matemática y de lo que puede o debe ser demostrado. Es nuestra convicción que esas revoluciones dejan huellas que deben ser tomadas en cuenta por el investigador encomendado a introducir al estudiante universitario con el Cálculo; conocerles nos brinda una mejor 59

preparación para entender lo que se vive en las aulas cuando se interactúa con un conocimiento que inevitablemente involucrará la consideración de procesos infinitos. Y no es solamente la introducción del infinito en el lenguaje matemático la que enciende alertas cognitivas para el aula; sino también el uso de la cualidad que nosotros cotidianamente referimos como velocidad, como veremos enseguida. En base a la teoría de Piaget, Thompson y Thompson (1994) investigaron sobre la epigénesis de la velocidad, encontraron que su imagen se desarrolla a través de una internalización progresiva de la medición total de distancias. Los niños, comentan, internalizan primeramente el proceso de medir una distancia total recorrida en unidades de velocidad-longitud; es como considerar un segmento de longitud igual al valor de la velocidad y colocarlo sobre la distancia recorrida para medir cuántas veces cabe en ella, utilizándolo como una vara de medir. Esa medición produce la cantidad de tiempo requerido para recorrer la distancia. Es hasta después de tener internalizada esa medición de la distancia total en unidades de velocidad-longitud que podrán anticipar el hecho de que recorrer una distancia a una velocidad constante producirá una cantidad de tiempo. Esto implica que los niños primero conciben la velocidad como una distancia y el tiempo como una razón. Con esta anticipación pueden razonar sobre su imagen del movimiento completo, pensando sobre segmentaciones correspondientes de distancia acumulada y tiempo acumulado. La internalización del proceso dual de medición provee de un fundamento para conceptualizar la velocidad constante como una razón (Thompson y Thompson, 1994, p.5). En la segunda parte de su reporte, Thompson y Thompson (1996) analizan las acciones instruccionales realizadas en el estudio de caso de Ann, una de las mejores estudiantes del sexto año; el estudio tenía el propósito de que la niña construyera un esquema de operaciones por medio del cual pudiera comprender distancia, tiempo y velocidad. La intención de las primeras acciones realizadas por Pat, investigador a cargo de la interacción con Ann, estuvieron dirigidas a lograr que Ann entendiera el movimiento mediante la covariación de la distancia y el tiempo como una relación bidireccional y reversible, lo cual no resultó ser algo simple. Entre las acciones de Pat que resultaron determinantes se considera que la orientación dada a Ann fue altamente mediada por imágenes, y el manejo de su lenguaje fue deliberadamente escogido para ayudar a Ann a que ella misma se orientara formando esas imágenes. Pat piensa que uno de los movimientos más importantes fue el de haber deslizado sus dedos simultáneamente a lo largo de los dos segmentos de recta que Ann previamente construyó entendiendo, a sugerencia de Pat, que representaban la distancia recorrida y el tiempo transcurrido. Una vez que estuvo seguro que Ann ya imaginaba el movimiento como un aspecto esencial de la situación, procedió a usar esos segmentos de recta para la distancia y el tiempo y comenzar a hacerle cuestionamientos a la niña sobre la cantidad de una fracción de un segmento en relación con la cantidad de una fracción del otro segmento. El pensamiento de Ann de segmentaciones correspondientes le permitió examinar cómo particionando la distancia total recorrida se implicaba una partición proporcional del tiempo total requerido para recorrer esa distancia, y viceversa. 60

preparación para entender lo que se vive en las aulas cuando se interactúa con un<br />

conocimiento que inevitablemente involucrará la consideración de procesos infinitos.<br />

Y no es solamente la introducción del infinito en el lenguaje matemático la que enciende<br />

alertas cognitivas para el aula; sino también el uso de la cualidad que nosotros<br />

cotidianamente referimos como velocidad, como veremos enseguida.<br />

En base a la teoría de Piaget, Thompson y Thompson (1994) investigaron sobre la<br />

epigénesis de la velocidad, encontraron que su imagen se desarrolla a través de una<br />

internalización progresiva de la medición total de distancias. Los niños, comentan,<br />

internalizan primeramente el proceso de medir una distancia total recorrida en unidades<br />

de velocidad-longitud; es como considerar un segmento de longitud igual al valor de la<br />

velocidad y colocarlo sobre la distancia recorrida para medir cuántas veces cabe en ella,<br />

utilizándolo como una vara de medir. Esa medición produce la cantidad de tiempo<br />

requerido para recorrer la distancia. Es hasta después de tener internalizada esa medición<br />

de la distancia total en unidades de velocidad-longitud que podrán anticipar el hecho de<br />

que recorrer una distancia a una velocidad constante producirá una cantidad de tiempo.<br />

Esto implica que los niños primero conciben la velocidad como una distancia y el<br />

tiempo como una razón. Con esta anticipación pueden razonar sobre su imagen<br />

del movimiento completo, pensando sobre segmentaciones correspondientes de<br />

distancia acumulada y tiempo acumulado. La internalización del proceso dual de<br />

medición provee de un fundamento para conceptualizar la velocidad constante<br />

como una razón (Thompson y Thompson, 1994, p.5).<br />

En la segunda parte de su reporte, Thompson y Thompson (1996) analizan las acciones<br />

instruccionales realizadas en el estudio de caso de Ann, una de las mejores estudiantes del<br />

sexto año; el estudio tenía el propósito de que la niña construyera un esquema de<br />

operaciones por medio del cual pudiera comprender distancia, tiempo y velocidad. La<br />

intención de las primeras acciones realizadas por Pat, investigador a cargo de la<br />

interacción con Ann, estuvieron dirigidas a lograr que Ann entendiera el movimiento<br />

mediante la covariación de la distancia y el tiempo como una relación bidireccional y<br />

reversible, lo cual no resultó ser algo simple. Entre las acciones de Pat que resultaron<br />

determinantes se considera que la orientación dada a Ann fue altamente mediada por<br />

imágenes, y el manejo de su lenguaje fue deliberadamente escogido para ayudar a Ann a<br />

que ella misma se orientara formando esas imágenes. Pat piensa que uno de los<br />

movimientos más importantes fue el de haber deslizado sus dedos simultáneamente a lo<br />

largo de los dos segmentos de recta que Ann previamente construyó entendiendo, a<br />

sugerencia de Pat, que representaban la distancia recorrida y el tiempo transcurrido. Una<br />

vez que estuvo seguro que Ann ya imaginaba el movimiento como un aspecto esencial de<br />

la situación, procedió a usar esos segmentos de recta para la distancia y el tiempo y<br />

comenzar a hacerle cuestionamientos a la niña sobre la cantidad de una fracción de un<br />

segmento en relación con la cantidad de una fracción del otro segmento.<br />

El pensamiento de Ann de segmentaciones correspondientes le permitió examinar<br />

cómo particionando la distancia total recorrida se implicaba una partición<br />

proporcional del tiempo total requerido para recorrer esa distancia, y viceversa.<br />

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