La mente humana se rebela frente al dogma de un infierno eterno ...

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15.05.2013 Views

c) "Para siempre jamás": (Apoc. 20: 10). El tercer pasaje intrigante es el de Apoc. 20: 10 que dice: "Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde están también la bestia y el falso profeta. Y serán atormentados día y noche para siempre jamás." La partícula griega "eis", que en la versión Reina-Valera se traduce muy bien por "para", denota "dirección hacia", "movimiento a". "Atormentados... para siempre jamás" no implica un tormento que continua realizándose en forma iterativa durante los siglos de los siglos, sino un castigo cuyas consecuencias duran para siempre. Todavía hoy usamos expresiones como "aprende para siempre", le decimos a un niño, al administrarle algún correctivo. "vas a escarmentar para siempre", etc. Entender de otra manera el texto en cuestión sería afirmar que la Biblia se contradice, y pretende edificar la teoría del tormento eterno sobre uno o dos textos que utilizan una figura literaria, desconociendo toda una imponente cantidad de sentencias bíblicas sobre el mismo asunto, las cuales establecen con absoluta certidumbre el propósito de Yahweh (Baruj Hashem) de terminar en forma radical y definitiva con el pecado y los pecadores. Basados en la autoridad infalible de la Palabra de Yahweh (Baruj Hashem), rechazamos de plano la idea de un infierno eterno, a la cual no pueden escapar los teólogos que aceptan como dogma la inmortalidad inherente del alma. Si el alma no puede morir, y tiene que seguir viviendo eternamente después que el hombre muere, por ser indestructible, habiendo llevado una vida depravada el ser humano estaría forzosamente obligado a existir por toda la eternidad para sufrir un castigo interminable. Rechazamos esta enseñanza en primer lugar por ilógica, absurda y obviamente injusta, pues va contra nuestro sentido común. El más elemental concepto de justicia impugna el proceder de un Elohim que somete al peor de los suplicios en forma interminable a los seres humanos que, por degenerados y perversos que sean, no viven más de ochenta o noventa años. Y por este lapso de maldad, ¿debe sufrir un hombre o una mujer el más doloroso de los tormentos, es a saber, el de quemarse vivo, y continuar quemándose sin consumirse ni perder el conocimiento, no una hora, ni un día, ni un año o un siglo, ni un

millón de siglos, sino durante todos los millones de siglos de la eternidad? Por otro lado, esta doctrina se halla en total desacuerdo con el cuadro que la Biblia nos presenta de un Elohim que, a la vez que justo, es misericordioso y pleno de amor. Tan cierto es esto que cuando el apóstol San Juan quiere destacar la característica que más define a la Divinidad afirma: "El que no ama, no conoce a Yahweh (Baruj Hashem), porque Yahweh (Baruj Hashem) es amor." (1 Jn. 4: 8). Un Mashiaj, Hijo del Elohim Kadosh, que cuando estuvo en la tierra se complacía en tomar a los niños en sus rodillas para acariciarlos y bendecirlos, y que depuso su vida por la salvación de los humanos, no puede complacerse en quemarlos por toda la eternidad sin aplacarse jamás. Este dogma desnaturaliza al Padre de amor para reemplazarlo por un Elohim cruelmente implacable. En tercer lugar esta idea de un infierno eterno es totalmente anti bíblica y anticristiana porque induce a los hombres a actuar por temor y no por amor. En base a esta falsa doctrina, los hombres con tendencias religiosas son inducidos a reconciliarse con Yahweh (Baruj Hashem) movidos por un sentimiento de miedo, y no de amante obediencia, y algunos sistemas teológicos han echado mano de esta vivencia de terror, que despierta en el alma la sola mención del infierno eterno, erigiéndola en la motivación básica de su prédica. Esto contraría el móvil fundamental del cristianismo auténtico, que es el amor, La Palabra de Yahweh (Baruj Hashem) declara que "El amor de Yahweh (Baruj Hashem) está derramado en vuestros corazones" (Romanos 5: 5), y que "el perfecto amor echa fuera el temor" (1 Jn. 4:18). Pablo agrega: "El amor de Yahshua nos constriñe" (2 Cor. 5:14). Hay un cuarto sentido en que el dogma de un castigo eterno contradice las enseñanzas de la Biblia: perpetúa e inmortaliza el pecado, el dolor y el sufrimiento, conservando en el universo de Yahweh (Baruj Hashem) una mancha, en tanto que la Escritura afirma categóricamente: "Y Yahweh (Baruj Hashem) enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Y no habrá más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron. "(Apoc. 21: 4). No pueden los salvos estar felices en el reino eterno de Yahweh (Baruj Hashem) si saben que en el infierno están sufriendo dolores atroces y perpetuos seres queridos, hijos, padres, hermanos y amigos.

c) "Para siempre jamás":<br />

(Apoc. 20: 10).<br />

El tercer pasaje intrigante es el <strong>de</strong> Apoc. 20: 10 que dice: "Y el diablo que los<br />

engañaba, fue lanzado en el lago <strong>de</strong> fuego y azufre, don<strong>de</strong> están también la<br />

bestia y el f<strong>al</strong>so profeta. Y <strong>se</strong>rán atormentados día y noche para siempre<br />

jamás."<br />

<strong>La</strong> partícula griega "eis", que en la versión Reina-V<strong>al</strong>era <strong>se</strong> traduce muy bien<br />

por "para", <strong>de</strong>nota "dirección hacia", "movimiento a". "Atormentados... para<br />

siempre jamás" no implica <strong>un</strong> tormento que continua re<strong>al</strong>izándo<strong>se</strong> en forma<br />

iterativa durante los siglos <strong>de</strong> los siglos, sino <strong>un</strong> castigo cuyas con<strong>se</strong>cuencias<br />

duran para siempre. Todavía hoy usamos expresiones como "apren<strong>de</strong> para<br />

siempre", le <strong>de</strong>cimos a <strong>un</strong> niño, <strong>al</strong> administrarle <strong>al</strong>gún correctivo. "vas a<br />

escarmentar para siempre", etc.<br />

Enten<strong>de</strong>r <strong>de</strong> otra manera el texto en cuestión <strong>se</strong>ría afirmar que la Biblia <strong>se</strong><br />

contradice, y preten<strong>de</strong> edificar la teoría <strong>de</strong>l tormento <strong>eterno</strong> sobre <strong>un</strong>o o dos<br />

textos que utilizan <strong>un</strong>a figura literaria, <strong>de</strong>sconociendo toda <strong>un</strong>a imponente<br />

cantidad <strong>de</strong> <strong>se</strong>ntencias bíblicas sobre el mismo as<strong>un</strong>to, las cu<strong>al</strong>es establecen<br />

con absoluta certidumbre el propósito <strong>de</strong> Yahweh (Baruj Hashem) <strong>de</strong><br />

terminar en forma radic<strong>al</strong> y <strong>de</strong>finitiva con el pecado y los pecadores.<br />

Basados en la autoridad inf<strong>al</strong>ible <strong>de</strong> la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> Yahweh (Baruj Hashem),<br />

rechazamos <strong>de</strong> plano la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> <strong>un</strong> <strong>infierno</strong> <strong>eterno</strong>, a la cu<strong>al</strong> no pue<strong>de</strong>n escapar<br />

los teólogos que aceptan como <strong>dogma</strong> la inmort<strong>al</strong>idad inherente <strong>de</strong>l <strong>al</strong>ma. Si el<br />

<strong>al</strong>ma no pue<strong>de</strong> morir, y tiene que <strong>se</strong>guir viviendo eterna<strong>mente</strong> <strong>de</strong>spués que el<br />

hombre muere, por <strong>se</strong>r in<strong>de</strong>structible, habiendo llevado <strong>un</strong>a vida <strong>de</strong>pravada el<br />

<strong>se</strong>r humano estaría forzosa<strong>mente</strong> obligado a existir por toda la eternidad para<br />

sufrir <strong>un</strong> castigo interminable.<br />

Rechazamos esta en<strong>se</strong>ñanza en primer lugar por ilógica, absurda y obvia<strong>mente</strong><br />

injusta, pues va contra nuestro <strong>se</strong>ntido común. El más element<strong>al</strong> concepto <strong>de</strong><br />

justicia impugna el proce<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>un</strong> Elohim que somete <strong>al</strong> peor <strong>de</strong> los suplicios<br />

en forma interminable a los <strong>se</strong>res humanos que, por <strong>de</strong>generados y perversos<br />

que <strong>se</strong>an, no viven más <strong>de</strong> ochenta o noventa años. Y por este lapso <strong>de</strong><br />

m<strong>al</strong>dad, ¿<strong>de</strong>be sufrir <strong>un</strong> hombre o <strong>un</strong>a mujer el más doloroso <strong>de</strong> los tormentos,<br />

es a saber, el <strong>de</strong> quemar<strong>se</strong> vivo, y continuar quemándo<strong>se</strong> sin consumir<strong>se</strong> ni<br />

per<strong>de</strong>r el conocimiento, no <strong>un</strong>a hora, ni <strong>un</strong> día, ni <strong>un</strong> año o <strong>un</strong> siglo, ni <strong>un</strong>

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