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u universi idad na acional l autón noma de e méxico o - UNAM

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1.1 Introducción<br />

En este capítulo se presentan los antece<strong>de</strong>ntes acerca <strong>de</strong> los durmientes (traviesas) que son<br />

utilizados para la infraestructura férrea, haciendo referencia histórica <strong>de</strong> la utilización <strong>de</strong><br />

éstos, la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> estructuras, para qué sirven, y las diferencias en los materiales para<br />

su fabricación.<br />

1.2. Durmientes<br />

Definición: Se llaman durmientes o traviesas a las piezas que se colocan transversalmente<br />

sobre el balasto para proporcio<strong>na</strong>r a los rieles <strong>de</strong> la vía un soporte a<strong>de</strong>cuado. Los<br />

durmientes no sólo soportan los rieles <strong>de</strong> la vía, sino que, a<strong>de</strong>más, proporcio<strong>na</strong>n un medio<br />

para que los rieles se conserven con segur<strong>idad</strong> a la distancia correcta <strong>de</strong>l escantillón<br />

(plantilla o patrón que sirve para trazar las líneas y fijar las dimensiones <strong>de</strong> construcción)<br />

[4].<br />

Los primeros durmientes para los caminos <strong>de</strong> los ferrocarriles fueron hechos <strong>de</strong> bloques <strong>de</strong><br />

piedra, en 1820, cuando fueron utilizados para los ferrocarriles <strong>de</strong> varios caminos<br />

norteamericanos. Debido a problemas <strong>de</strong> rigi<strong>de</strong>z y difícil manejo para asegurar las vías,<br />

luego esos durmientes fueron abando<strong>na</strong>dos. En esa misma época, u<strong>na</strong> línea <strong>de</strong> Boston<br />

(U.S.A) experimentó con el uso <strong>de</strong> durmientes <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra. Esto fue un suceso y <strong>de</strong>spués fue<br />

adaptada por todas las ferroviarias. Los primeros durmientes fueron hechos <strong>de</strong> roble, <strong>de</strong><br />

pino, cedro, árbol <strong>de</strong> castaño, ciprés y <strong>de</strong> otras ma<strong>de</strong>ras. La abundancia <strong>de</strong> esa materia<br />

prima, localizada siempre próxima a las vías férreas no preocupó a los empresarios <strong>de</strong><br />

aquellas épocas sobre la durabil<strong>idad</strong> <strong>de</strong>l material. Con el pasar <strong>de</strong> los años hubo un aumento<br />

en el consumo <strong>de</strong> la ma<strong>de</strong>ra, llevando a la neces<strong>idad</strong> <strong>de</strong> aumentar la vida útil <strong>de</strong> los<br />

durmientes o buscar otras alter<strong>na</strong>tivas <strong>de</strong> materia prima para fabricarlos [1].<br />

Uno <strong>de</strong> los elementos que proce<strong>de</strong> al durmiente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la infraestructura férrea es el<br />

balasto cuyo espesor <strong>de</strong>be ser tal que proporcione firme asiento a los durmientes y que<br />

distribuya las presiones “uniformemente” a las terracerías: el espesor <strong>de</strong>be ser tanto mayor<br />

cuanto más intenso sea el transito en la vía y mayores las cargas y las veloc<strong>idad</strong>es <strong>de</strong> los<br />

trenes. La relación entre el ancho b <strong>de</strong>l durmiente y la amplitud B <strong>de</strong> la superficie sobre la<br />

cual se reparten las presiones, varía en función <strong>de</strong>l espesor h <strong>de</strong> la capa <strong>de</strong>l balasto. Si se<br />

presupone, como generalmente se hace, que la distribución <strong>de</strong> presiones en a 45°, se tiene<br />

que B=b+2h como se indica en la figura 1.1 [4].<br />

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