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CEA SAN FRANCISCO CALAHORRA
Mi experiencia en Calahorra
La gente de Wisconsin es sencilla y abierta. Les
encanta hablar con cualquier otra persona y están
locos por el equipo de fútbol americano, “The Green
Bay Packers”. Los aficionados se llaman
“Cheeseheads” o en castellano, “cabeza de queso”
porque Wisconsin es famoso por el queso y los
Nuestra lectora, Ericka Schmidt aficionados son conocidos por llevar gorras de queso
durante los partidos. ¡Por favor, no me preguntéis por qué es así porque en realidad
no lo entiendo muy bien! Ellos son conocidos por todo el país y nunca pierden la
oportunidad de decir a los aficionados de otros estados y equipos que los Green Bay
Packers es el mejor equipo en la liga. Se comportan parecido a los aficionados del
fútbol en España, la mayoría del tiempo la rivalidad entre los fans es sólo para
divertirse, creo yo.
Palabra 6
Ericka Schmidt, lectora.
Lo que sobre todo más recordaré de Calahorra
es la gente, especialmente los alumnos. Soy de los
Estados Unidos, crecí en Waukesha, Wisconsin pero
llevo diez años viviendo en Minneapolis, Minnesota.
Aunque es mucho más grande que Calahorra, las dos
ciudades están llenas de gente agradable, como la
gente de Calahorra.
La gente de Minnesota es distinta a la de Wisconsin. Es más progresista y a
veces un poco chulos y enrevesados, sobre todo en la política; popularmente se llaman
“Minnesota Nice” o “Minnesota simpático”. Es decir, que ellos tienen la reputación de
ser muy agradables, simpáticos y graciosos con todo el mundo, pero especialmente
aquellos de las afueras de Minnesota. Sin embargo, lo más raro es que, aunque se les
considera simpáticos y agradables, a la vez tienen mala reputación. Esto es así porque
a veces… ¡les encanta cotillear! Es una ciudad con más de 2,8 millones de personas y,
en ocasiones, parece una ciudad pequeña. Por eso, Minneapolis es parecida a
Calahorra donde todo el mundo lo sabe casi todo de todos los demás. Desde mi punto
de vista, vivir en Calahorra, me produce la sensación de que todos viven como en una
gran familia y me hacen sentir bien, como si estuviese rodeada de mis mejores amigos,
como si estuviera viviendo en mi propia casa, en Minneapolis.
Soy del centro de los Estados Unidos y siempre pensaba que no tenía un acento
muy fuerte. Conozco algunas personas del Sur, Este y Oeste de los Estados Unidos y
siempre pensaba que sus acentos eran más fuertes que el mío. Ahora entiendo muy
bien que mi acento, o mejor el acento americano, es a veces casi imposible de
entender, si eres de España. Nunca olvidaré que los estadounidenses no pronuncian la
“t” y, para mis alumnos, palabras como “better” o “butter” o “water” siempre les