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CALAHORRA CEA SAN FRANCISCO
Claustro de la catedral
por seis arcos ojivales que
dan acceso a un pequeño
jardín. En sí mismo el
claustro es un pequeño
museo que nos muestra la
evolución de la escultura
monumental y decorativa
gótica desde el siglo XIII
hasta finales del XIV. Ya en
él pudimos ver la capilla
barbacana presidida por la Virgen del Consuelo y en la que destaca su bóveda gótica
octogonal. También visitamos el museo catedralicio y diocesano en el que pudimos
contemplar distintas obras de arte aunque situadas en un entorno privilegiado como el
magnífico refectorio de la catedral. Asimismo fuimos testigos de cómo las obras que se
estaban llevando a cabo en la catedral dejaban al descubierto los huesos de distintas
personas que habían sido enterrados allí. Preguntamos a los trabajadores si sabían a
quién pertenecían los esqueletos pero nos respondieron que esos enterramientos no
estaban documentados y que era muy difícil saber a quién correspondían esos restos
humanos. También tuvimos la oportunidad de apreciar de cerca varias campanas de la
catedral que en ese momento estaban siendo sometidas a un proceso de restauración.
Tras un paseo por
la ciudad en el que
tuvimos tiempo de tomar
café nos dirigimos al
Baluarte en el que había
una exposición que nos
trasladó, al cruzar la
puerta, a 1912, año en el
que se hundió el Titanic.
La exposición contaba
Exposición del Titanic
con un sistema individual de sonido que permitía que todos los visitantes se adaptasen a
su propio ritmo. A través de paneles informativos y de más de doscientos objetos
originales pudimos hacernos una idea de la idea del Titanic desde su construcción hasta
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