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CALAHORRA CEA SAN FRANCISCO
Tras la visita guiada, nos dirigimos al yacimiento en sí, que sorprende por sus enormes
dimensiones. Un almuerzo rápido frente a la caseta de la entrada nos permitió obtener fuerzas
para acometer una caminata cuesta arriba, tras la que nos situamos en la zona más elevada, y
desde donde se podía observar la
capacidad defensiva del recinto al
contar con una muralla de más de 8
metros de altura y foso,
aprovechando el propio corte
vertical de la montaña. A través de la
puerta de entrada, cuya anchura
correspondía a un carro de la época,
nos adentramos en la ciudad,
observando los restos de las
viviendas, de las que quedan
escalinatas de acceso, bases de pilares para sustentar los techos y huecos horadados en la roca
para almacenar alimentos. También observamos la entrada al pozo, que permitía el
autoabastecimiento de la ciudad en los momentos en que estaba sitiada por los enemigos
romanos.
La lluvia nos respetó durante el paseo, lo que nos permitió observar con detenimiento
los paneles informativos y hacer numerosas fotos de recuerdo.
De vuelta a Cervera comimos el resto de los “bocatas”, y a casa… deseando comenzar
nuestras vacaciones de Semana Santa.
Nuestros alumnos visitando Contrebia Leukade
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