Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión

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148 MIL MESETAS de expresión para extraer de ellos signos-partículas que ya no están formalizados, sino que constituyen rasgos no formados, que pueden combinarse los unos con los otros. Este es el nivel de mayor abstracción, pero también el momento en el que la abstracción deviene real; en efecto, a ese nivel, todo pasa por máquinas abstractas reales (nombradas y fechadas). Y si se puede hacer abstracción de las formas de contenido es porque al mismo tiempo se debe hacer abstracción de las formas de expresión, puesto que sólo se retienen rasgos no formados de unos y de otros. De ahí lo absurdo de una máquina abstracta puramente lingüística. Esta componente diagramática es a su vez evidentemente más profunda que la componente transformacional: en efecto, las transformaciones-creaciones de un régimen de signos siempre pasan por la emergencia de máquinas abstractas siempre nuevas. Finalmente, una última componente específicamente maquínica debe supuestamente mostrar cómo las máquinas abstractas se efectúan en agenciamientos concretos, que proporcionan precisamente una forma distinta a los rasgos de expresión, pero no sin proporcionar también una forma distinta a los rasgos de contenido —estando las dos formas en presuposición recíproca, o manteniendo ima relación necesaria no formada, que impide una vez más a la forma de expresión considerarse suficiente (aunque tenga su independencia o su distinción propiamente formal). La pragmática (o esquizoanálisis) puede, pues, representarse por las cuatro componentes circulares, pero que brotan y hacen rizoma: 1) Componente generativa: estudio de las semióticas mixtas concretas, de sus mezclas y de sus variaciones. 2) Componente transformacional: estudio de las semióticas puras, de sus traducciones-trasformaciones y de la creación de nuevas semióticas. 3) Componente diagramática: estudio de las máquinas abstractas, desde el punto de vista de las materias semióticamente no formadas en relación con materias físicamente no formadas. 4) Componente maquínica: estudio de los agenciamientos que efectúan las máquinas abstractas, y que semiotizan las materias de expresión, a la vez que fisicalizan las materias de contenido. El conjunto de la pragmática consistiría en lo siguiente: hacer el calco de las semióticas mixtas en la componente generativa; hacer el mapa transformacional de los regímenes, con sus posibilidades de traducción y de creación, de brote en los calcos; hacer el diagrama de las máqumas abstractas utüizadas en cada caso, como potencialidades o como apariciones efectivas; hacer el programa de los agenciamientos que distribuyen el conjunto y hacen circular el movimiento, con sus alternativas, sus saltos y mutaciones. SOBRE ALGUNOS REGÍMENES DE SIGNOS 149 Consideremos, por ejemplo, una "proposición" cualquiera, es decir, un conjunto verbal definido sintáctica, semántica y lógicamente, como expresión de un individuo o de un grupo: "te amo", o bien, "estoy celoso"... Lo primero que habría que preguntar es a qué "enunciado" corresponde esta proposición en el grupo o el individuo (pues una misma proposición puede remitir a enunciados completamente diferentes). Pregunta que significa: ¿en qué régimen de signos está incluida esa proposición, sin el cual los elementos sintácticos, semánticos y lógicos contmuarían siendo condiciones universales perfectamente vacías? ¿Cuál es el elemento no lingüístico, la variable de enunciación que le da una consistencia? Hay im "te amo" presignificante, de tipo colectivo en el que, como decía Killer, una danza abarca a todas las mujeres de la tribu; un "te amo" contrasignificante, de tipo distributivo y polémico, considerado en la guerra, en la relación de fuerzas, como el de Pentesileaa Aquües; un "te amo" que se dirige a un centro de significancia, y hace corresponder por interpretación toda una serie de significados a la cadena significante; un "te amo" pasional o postsignificante, que forma un proceso a partir de un punto de subjetivación, luego otro proceso..., etc. De igual modo, la proposición "estoy celoso" no es evidentemente el mismo enunciado según que se considere en el régimen pasional de la subjetivación o en el régimen paranoico de la significancia: dos delirios muy distintos. En segundo lugar, una vez determinado el enunciado al que corresponde la proposición en tal grupo o tal individuo, en tal momento, habría que buscar no sólo las posibilidades de combinación, sino también de traducción o de transformación en otro régimen, en enunciados que pertenecen a otros regímenes, lo que pasa o lo que no pasa, lo que permanece irreductible o lo qué circula en una transformación de ese tipo. En tercer lugar, se podría tratar de crear nuevos enunciados aún desconocidos para esa proposición, incluso si eran patois de voluptuosidad, de fi'sicas y de semiótícas fragmentarias, de afectos asubjetivos, de signos sin significancia, en los que se desmoronaría la sintaxis, la semántica y la lógica. Esa búsqueda debería concebirse de lo peor a lo mejor, puesto que abarcaría tanto regímenes rebuscados, metafóricos y embrutecedores, como gritos-expiraciones, improvisaciones febriles, deveniresanimales, devenires moleculares, transexuaüdades reales, continuums de intensidades, constituciones de cuerpos sin órganos..., y esos dos polos serían inseparables, estarían en constantes relaciones de transformación, de conversión, de salto, de caída y de recuperación. Esta última búsqueda utüizaría por un lado las máquinas abstractas, los diagramas y funciones diagramáticas, y por otro y al mismo tiempo los agenciamientos maquínicos, sus distinciones formales de expresión y de contenido, sus investissements de palabras y sus investissements de órganos bajo una presuposición recíproca. Por ejemplo, el "te amo" del amor cortés: ¿cuál es su diagrama, de qué forma surge la máquina abstracta, y cuál es el nuevo agenciamiento? Tanto en la desestratificación como en la organización de los estratos... En resumen, ninguna proposición sintáctica, semántica, o lógicamente definible, transcendería y dominaría los enunciados. Cualquier método de transcendentaüzación del lenguaje, cualquier método para dotar al lenguaje de universales, desde la lógica de Russell hasta la gramática de Chomsky, cae en la peor de las abstracciones, en el sentido de que ratifica un nivel que ya es a la vez demasiado abs-

150 MIL MESETAS tracto y aún no suficientemente. En verdad, los enunciados no remiten a las proposiciones, sino a la inversa. Los regímenes de signos no remiten al lenguaje, y el lenguaje no constituye de por sí una máquina abstracta, estructural o generativa. Es justo lo contrario. El lenguaje remite a los regímenes de signos, y los regímenes de signos a máquinas abstractas, a ftmciones diagramáticas y a agenciamientos maquínicos que van más aUá de toda semiología, de toda lingüística y de toda lógica. No hay una lógica proposicional urüversal, ni una gramaticalidad en sí, lü tampoco un significante en sí mismo. "Tras" los enunciados y las semiotizaciones sólo hay máquinas, agenciamientos, movimientos de desterritorialización que atraviesan la estratificación de los diferentes sistemas, y que escapan tanto a las coordenadas de lenguaje como a las de existencia. Por eso la pragmática no es el complemento de una lógica, de una sintáctica o de una semántica, sino, por el contrario, el elemento de base del que depende todo el resto. SOBRE ALGUNOS REGÍMENES DE SIGNOS 151 NOTAS ' LÉVI-STRAUSS, "Introduction à l'ouvre de Marcel Mauss", Sociologie et anthropologie, P.U.F., págs. 48-49 (Lévi-Strauss distinguirá en la continuación del texto otro aspecto del significado). Sobre este primer valor de un continuum atmosferico, cf. las descripciones psiquiátricas de Binswanger y de Arieti. - Cf. LÉVI-STRAUSS, La pensée sauvage. Pion, págs. 278 s. (trad. cast., ed. F.C.E.) (análisis de los dos casos). ^ LÉVI-STRAUSS, prefacio a Soleil Hopi, Plon, pág. VI. * Por ejemplo, en el mito bantu, el primer fundador del Estado muestra su rostro, come y bebe en público, mientras que el cazador, y más tarde el guerrero, inventan el arte del secreto, se ocultan y comen detrás de una pantalla: cf Luc de Heusch, Le roi ivre ou l'orgine de l'Etat, Gallimard págs. 20-25. Heusch ve en el segundo momento la prueba de una civilización más "refinada"; a nosotros nos parece que se trata más bien de otra semiótica, de guerra y ya no de trabajos públicos. ^ FOUCAULT, Surveiller et punir, pág. 33 (trad. cast., ed. Siglo XXI). Cf. GREIMAS, "Pratiques et langages gestuels". Langages n.° 10, junio 1968; pero Greimas relaciona esta semiótica con categorías como "sujeto de enunciado", "sujeto de enunciación", que a nosotros nos parece que pertenecen a otros regímenes de signos. ' Sobre la antropofagia como manera de conjurar la acción de las almas o de los nombres muertos; y sobre su función semiótica de "calendarios", cf. PIERRE CLASTRES, Chronique des Indiens Gua- . yaki. Pion, págs. 332-340 (trad. cast., ed. Alta-Fuya, colee. Altâir). ^ Las expresiones precedentes relativas al número están sacadas de Julia Kristeva, aunque ella las utüice para el análisis de textos literarios en la hipótesis del "significante" Semiotikè, ed. du Seuil, págs. 294 s. 317 (trad. cast., ed. Fundamentos). ' Cf. SÉRIEUX et CAPGRAS, Les folies raisonnantes. Alean 1909; CLÉRAMBAULT, Oeuvre psychiatrique, rééd. P.U.F.; pero Capgras cree en una semiótica esencialmente mixta o polimorfa, mientras que Clérambault extrae abstractamente dos semióticas puras, incluso si reconoce su mezcla de hecho.— Sobre los orígenes de esta distinción de dos grupos de delirios, se consultará principalmente a ESQUIROL, Des maladies mentales, 1838 (¿en qué medida la "monomam'a" se puede separar de la manía?; y KRAEPELIN, Lehrbuch der Psychiatrie (¿hasta qué pimto se puede separar la "litigancia" de la paranoia?). El problema del segundo grupo de delirios, o delirios pasionales, ha sido recogido y expuesto históricamente por LACAN, De la psychose paranoïaque, ed. du Seuil, y por LAOACHE, La jalousie amoureuse, P.U.F. Cf. Sérieux y Capgras, pág. 340 s. Y Clérambault, pág. 360 s.: los delirantes pasionales pasan desapercibidos, incluso en el manicomio, porque son tranquilos y astutos, "sufren un delirio bastante limitado porque saben como los juzgamos"; eso no significa que no sea necesario mantenerlos encerrados; "a estos enfermos no hay que llevarles la contraria, sino manejarlos, y para manejarlos sólo hay un medio, emocionarlos". " Esquirol sugiere que la monomanía es una "enfermedad de la civilización", y sigue una evolución social: comienza siendo religiosa, pero tiende cada vez más a devenir política, obsesionada por la policía {Des maladies mentales, t. I. pág. 400). Cf. también las observaciones de EMMANUEL RE­ GÍS, Les régicides dans l'histoire et dans le présent, 1890 '- Deutéronome, I, 12. Dhorme, en La Pléiade, precisa: "Vuestra reivindicación, literalmente vuestro proceso". D.H. LAWRENCE, L'Apocalypse, Balland, c. X. " Cf. DHORME, La religion des Hébreux nomades, Bruxelles. Y MA VANI. Les Hyksos et le monde de la Bible, Payot. El autor insiste en las relaciones de los hebreos con los habiru, nómadas guerreros, y con los cananeos, herreros nómadas; lo propio de Moisés no es el principio de organización numérica, procedente de los nómadas, sino la idea de una convención-proceso, de un contrato-proceso siempre revocable. Esa idea, precisa Mayani, no procede ni de los agricultores arraigados, ni de nómadas guerreros, ni siquiera de migrantes, sino de una tribu en marcha que se piensa en térmmos de destino subjetivo. Cf. KAFKA, Le Procès (trad. cast.. Alianza Editorial). El pintor Tintorelli elabora la teoría de la moratoria ilimitada. Pero, aparte de la absolución definitiva, que no existe, TintoreUi distingue la "absolución aparente" y la "moratoria ilimitada" como dos regímenes jurídicos: el primero es ckcular, y remite a ima semiótica del significante, mientras que el segundo es lineal y segmentario, remite a la semiótica pasional.

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tracto y aún no suficientemente. En verdad, los enunciados no remiten a las proposiciones,<br />

sino a la inversa. Los regímenes de signos no remiten al lenguaje, y el<br />

lenguaje no constituye de por sí una máquina abstracta, estructural o generativa.<br />

Es justo lo contrario. El lenguaje remite a los regímenes de signos, y los regímenes<br />

de signos a máquinas abstractas, a ftmciones diagramáticas y a agenciamientos<br />

maquínicos que van más aUá de toda semiología, de toda lingüística y de toda<br />

lógica. No hay una lógica proposicional urüversal, ni una gramaticalidad en sí, lü<br />

tampoco un significante en sí mismo. "Tras" los enunciados y las semiotizaciones<br />

sólo hay máquinas, agenciamientos, movimientos de desterritorialización que<br />

atraviesan la estratificación de los diferentes sistemas, y que escapan tanto a las<br />

coordenadas de lenguaje como a las de existencia. Por eso la pragmática no es el<br />

complemento de una lógica, de una sintáctica o de una semántica, sino, por el<br />

contrario, el elemento de base del que depende todo el resto.<br />

SOBRE ALGUNOS REGÍMENES DE SIGNOS 151<br />

NOTAS<br />

' LÉVI-STRAUSS, "Introduction à l'ouvre de Marcel Mauss", Sociologie et anthropologie, P.U.F.,<br />

págs. 48-49 (Lévi-Strauss distinguirá en la continuación del texto otro aspecto del significado).<br />

Sobre este primer valor de un continuum atmosferico, cf. las descripciones psiquiátricas de Binswanger<br />

y de Arieti.<br />

- Cf. LÉVI-STRAUSS, La pensée sauvage. Pion, págs. 278 s. (trad. cast., ed. F.C.E.) (análisis de los<br />

dos casos).<br />

^ LÉVI-STRAUSS, prefacio a Soleil Hopi, Plon, pág. VI.<br />

* Por ejemplo, en el mito bantu, el primer fundador del Estado muestra su rostro, come y bebe en<br />

público, mientras que el cazador, y más tarde el guerrero, inventan el arte del secreto, se ocultan y<br />

comen detrás de una pantalla: cf Luc de Heusch, Le roi ivre ou l'orgine de l'Etat, Gallimard págs.<br />

20-25. Heusch ve en el segundo momento la prueba de una civilización más "refinada"; a nosotros<br />

nos parece que se trata más bien de otra semiótica, de guerra y ya no de trabajos públicos.<br />

^ FOUCAULT, Surveiller et punir, pág. 33 (trad. cast., ed. Siglo XXI).<br />

Cf. GREIMAS, "Pratiques et langages gestuels". Langages n.° 10, junio 1968; pero Greimas relaciona<br />

esta semiótica con categorías como "sujeto de enunciado", "sujeto de enunciación", que a<br />

nosotros nos parece que pertenecen a otros regímenes de signos.<br />

' Sobre la antropofagia como manera de conjurar la acción de las almas o de los nombres muertos;<br />

y sobre su función semiótica de "calendarios", cf. PIERRE CLASTRES, Chronique des Indiens Gua-<br />

. yaki. Pion, págs. 332-340 (trad. cast., ed. Alta-Fuya, colee. Altâir).<br />

^ Las expresiones precedentes relativas al número están sacadas de Julia Kristeva, aunque ella las<br />

utüice para el análisis de textos literarios en la hipótesis del "significante" Semiotikè, ed. du Seuil,<br />

págs. 294 s. 317 (trad. cast., ed. Fundamentos).<br />

' Cf. SÉRIEUX et CAPGRAS, Les folies raisonnantes. Alean 1909; CLÉRAMBAULT, Oeuvre psychiatrique,<br />

rééd. P.U.F.; pero Capgras cree en una semiótica esencialmente mixta o polimorfa, mientras<br />

que Clérambault extrae abstractamente dos semióticas puras, incluso si reconoce su mezcla de<br />

hecho.— Sobre los orígenes de esta distinción de dos grupos de delirios, se consultará principalmente<br />

a ESQUIROL, Des maladies mentales, 1838 (¿en qué medida la "monomam'a" se puede separar<br />

de la manía?; y KRAEPELIN, Lehrbuch der Psychiatrie (¿hasta qué pimto se puede separar la<br />

"litigancia" de la paranoia?). El problema del segundo grupo de delirios, o delirios pasionales, ha<br />

sido recogido y expuesto históricamente por LACAN, De la psychose paranoïaque, ed. du Seuil, y<br />

por LAOACHE, La jalousie amoureuse, P.U.F.<br />

Cf. Sérieux y Capgras, pág. 340 s. Y Clérambault, pág. 360 s.: los delirantes pasionales pasan desapercibidos,<br />

incluso en el manicomio, porque son tranquilos y astutos, "sufren un delirio bastante<br />

limitado porque saben como los juzgamos"; eso no significa que no sea necesario mantenerlos<br />

encerrados; "a estos enfermos no hay que llevarles la contraria, sino manejarlos, y para<br />

manejarlos sólo hay un medio, emocionarlos".<br />

" Esquirol sugiere que la monomanía es una "enfermedad de la civilización", y sigue una evolución<br />

social: comienza siendo religiosa, pero tiende cada vez más a devenir política, obsesionada por la<br />

policía {Des maladies mentales, t. I. pág. 400). Cf. también las observaciones de EMMANUEL RE­<br />

GÍS, Les régicides dans l'histoire et dans le présent, 1890<br />

'- Deutéronome, I, 12. Dhorme, en La Pléiade, precisa: "Vuestra reivindicación, literalmente vuestro<br />

proceso".<br />

D.H. LAWRENCE, L'Apocalypse, Balland, c. X.<br />

" Cf. DHORME, La religion des Hébreux nomades, Bruxelles. Y MA VANI. Les Hyksos et le monde de<br />

la Bible, Payot. El autor insiste en las relaciones de los hebreos con los habiru, nómadas guerreros,<br />

y con los cananeos, herreros nómadas; lo propio de Moisés no es el principio de organización<br />

numérica, procedente de los nómadas, sino la idea de una convención-proceso, de un contrato-proceso<br />

siempre revocable. Esa idea, precisa Mayani, no procede ni de los agricultores<br />

arraigados, ni de nómadas guerreros, ni siquiera de migrantes, sino de una tribu en marcha que se<br />

piensa en térmmos de destino subjetivo.<br />

Cf. KAFKA, Le Procès (trad. cast.. Alianza Editorial). El pintor Tintorelli elabora la teoría de la<br />

moratoria ilimitada. Pero, aparte de la absolución definitiva, que no existe, TintoreUi distingue la<br />

"absolución aparente" y la "moratoria ilimitada" como dos regímenes jurídicos: el primero es ckcular,<br />

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