Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
60 MIL MESETAS<br />
Si las formas remiten a códigos, a procesos de codificación y de descodtficación<br />
en los paraestratos, las sustancias como materias formadas, remiten a territorialidades,<br />
a movimientos de desterritorialización y reterritoriaüzación en los epistratos.<br />
En realidad, los epistratos son tan inseparables de esos movimientos que<br />
los constituyen como los paraestratos lo son de esos procesos. De la capa central a<br />
la periferia, luego del nuevo centro a la nueva periferia, pasan ondas nómadas o<br />
flujos de desterritorialización que recaen en el antiguo centro y se precipitan hacia<br />
el nuevo Los epistratos están organizados en el sentido de una desterritorialización<br />
cada vez mayor. Las partículas fi'sicas, las sustancias químicas atraviesan, en<br />
su estrato y a través de los estratos, umbrales de desterritorialización que corresponden<br />
a estados intermediarios más o menos estables, a valencias, a existencias<br />
más o menos transitorias, a incorporaciones a tal o tal cuerpo, a densidades de entomo,<br />
a relaciones más o menos localizables. No sólo las partículas fi'sicas se caracterizan<br />
por velocidades de desterritorialización —tachyons, agujeros-partículas,<br />
los quarks de Joyce, para recordar la idea fundamental de "caldo"— sino que incluso<br />
una sustancia química, como el azufre o el carbono, etc., tiene estados más o<br />
menos desterritorializados. En su propio estrato, un organismo está tanto más<br />
desterritorializado cuanto que impHca medios interiores que aseguran su autonomía<br />
y lo ponen en un conjunto de relaciones aleatorias con el exterior. En este<br />
sentido, los grados de desarroUo sólo pueden entenderse relativamente, y en función<br />
de velocidades, de relaciones y de tasas diferenciales. La desterritorialización<br />
debe ser considerada como una fuerza perfectamente positiva, que posee sus grados<br />
y sus umbrales (epistratos), y que siempre es relativa, que tieneun reverso,<br />
que tiene ima complementaridad en la reterritoriaüzación. Un organismo desterritorializado<br />
respecto al exterior se reterritoriaUza necesariamente en sus medios interiores.<br />
Tal ñragmento supuestamente de embrión se desterritoriaüza al cambiar<br />
de umbral o de gradiente, pero recibe una nueva afectación del nuevo entorno.<br />
Los movimientos locales son realmente alteraciones. Por ejemplo las migraciones<br />
celulares, los estiramientos, las invaginaciones, los plegamientos. Pues todo viaje<br />
es intensivo, y se hace en umbrales de intensidad en los que evoluciona, o bien<br />
franquea. Se viaja por intensidad, y los desplazamientos, las figuras en el espacio,<br />
dependen de umbrales intensivos de desterritorialización nómada, así pues, de relaciones<br />
diferenciales, que fijan al mismo tiempo las reterritorializaciones sedentarias<br />
y complementarias. Cada estrato procede del siguiente modo: capta en sus<br />
pinzas un máximo de intensidades, de partículas intensivas, en las que despUega<br />
sus formas y sus sustancias, y constituye gradientes, umbrales de resonancia determinados<br />
(en un estrato, la desterritorialización siempre está determinada con relación<br />
a la reterritoriaüzación complementaria)<br />
Mientras se comparaban formas preestablecidas y grados predeterminados, no<br />
sólo se estaba condenado a limitarse a la simple constatación de su irreductibihdad,<br />
sino que no se disponía de ningún medio para juzgar la posible comunicación<br />
entre los dos factores. Pero resulta que las formas dependen de los códigos en los<br />
paraestratos, y están inmersas en procesos de descodificación o de deriva; y los<br />
grados están afectados por movimientos de desterritorialización y de reterritoriaüzación<br />
intensivos. Códigos y territoriaüdades, descodificaciones y desterritorializa-<br />
LA GEOLOGÍA DE LA MORAL (¿POR QUIÉN SE TOMA LA TIERRA?) 61<br />
clones, no se corresponden término a término: al contrario, un código puede ser<br />
de desterritorialización, y una reterritoriaüzación puede ser de descodificación.<br />
Entre un código y una territoriaüdad hay grandes márgenes. Pero no por eUo los<br />
dos factores dejan de tener el mismo "sujeto" en un estrato: son poblaciones que<br />
se desterritorializan y se reterritorializan, pero también se codifican y descodifican.<br />
Y estos factores comunican, se entrelazan en los medios.<br />
Por un lado, las modificaciones de código tienen claramente una causa aleatoria<br />
en el medio de exterioridad, y son sus efectos sobre los medios interiores, su<br />
compatibiüdad con eUos, los que deciden sobre su capacidad de poblarse. Las desterritoriaüzaciones<br />
y reterritorializaciones no determinan las modificaciones, pero<br />
determinan estrechamente la selección. Por otro lado, toda modificación tiene su<br />
medio asociado que a su vez va a provocar tal desterritorialización con relación al<br />
medio de exterioridad, tal reterritoriaüzación en medios interiores o intermediarios.<br />
En un medio asociado, las percepciones y las acciones, incluso al nivel molecular,<br />
crean o producen signos territoriales (índices). Con mayor motivo, un<br />
mundo animal está constituido, jalonado por tales signos, que lo dividen en zonas<br />
(zona de abrigo, zona de caza, zona neutralizada, etc.), que movilizan órganos especiales,<br />
y que corresponden a fragmentos de código, incluido el margen de descodificación<br />
inherente al código. Incluso la parte de lo adquirido está preservada<br />
por el código, o prescrita por él. Pero los índices o signos territoriales son inseparables<br />
de un doble movimiento. Al estar el medio asociado siempre confrontado a<br />
un medio de exterioridad en el que el animal se aventura, se arriesga necesariamente,<br />
debe preservarse una línea de fuga que permita al animal regresar a su medio<br />
asociado cuando aparece el peügro (por ejemplo la línea de fuga del toro en la<br />
arena, gracias a la cual puede Uegar al terreno elegido por él) Una segunda<br />
línea de fuga aparece después cuando el medio asociado se encuentra trastocado<br />
por las acciones del exterior y el animal debe abandonarlo para aüarse con nuevas<br />
porciones de exterioridad, apoyándose ahora en sus medios interiores como frágiles<br />
muletas. Con el desecamiento del mar, el Pez primitivo abandona su medio<br />
asociado para explorar la tierra, se ve forzado a "transportarse a sí mismo", y ya<br />
no cuenta con más aguas que las que Ueva en el interior de sus membranas amióticas<br />
para la protección del embrión. De todas maneras, más que el ataque, lo propio<br />
del animal es la huida, pero sus fugas son a la vez conquistas, creaciones. Las<br />
territoriaüdades están, pues, atravesadas de parte a parte por líneas de fuga que<br />
hablan de la presencia en eUas de movimientos de desterritorialización y reterritoriaüzación.<br />
En cierto sentido, son secundarias. Sin esos movimientos que las precipitan,<br />
nada serían. En resumen, en el Ecumeno o la unidad de composición de un<br />
estrato, los epistratos y los paraestratos no cesan de moverse, de circular, de desplazarse,<br />
de cambiar, unos transportados por Uneas de fuga y movimientos de desterritorialización,<br />
otros por procesos de descodificación o de deriva, comunicando<br />
unos y otros en el entrecruzamiento de los medios. Los estratos no cesan de estar<br />
sacudidos por fenómenos de fractura o de ruptura, bien al nivel de los sustratos<br />
que proporcionan los materiales, bien al nivel de los "caldos" que contiene cada<br />
uno de los estratos (un caldo prebiótico, un caldo prequímico...), bien al nivel de<br />
los epistratos que se acumulan, bien al nivel de los paraestratos que se apoyan: