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Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión

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478 MIL MESETAS<br />

" JEAN ROBERT aisla esta noción de "inversión de los signos y de los mensajes": "En una primera<br />

fase, las informaciones circulan principalmente de la periferia hacia el centro, pero, a partir de un<br />

cierto punto crítico, la ciudad emite hacia el mundo rural mensajes cada vez más imperativos" y<br />

deviene exportadora (Décoloniser l'espace).<br />

Sobre las ciudades chinas y su subordinación al principio imperial, cf. BAIJ^ZS, La bureaucratia<br />

celeste, Gallimard. Y BRAUDEL, Civilisation materialle et capitalisme, pág. 403, (trad, cast., ed.<br />

Labor): "En la India, como en China, las estructuras sociales rechazan de antemano la ciudad,<br />

ofreciéndole, diríamos, un material de mala calidad, refractario. (...). Pues la sociedad está atrapada,<br />

lo que se dice atrapada, en una especie de sistema irreductible, de cristalización previa."<br />

En todos estos sentidos, FRANÇOIS CHATELET pone en entredicho la noción clásica de Estado-ciudad,<br />

y duda de que la ciudad ateniense pueda ser asimilada a cualquier tipo de Estado ("La<br />

Grèce classique, la Raison, l'Etat", en En marge, l'Occident et ses autres, Aubier). Problemas<br />

análogos se plantearían en el caso del Islam, y también en el de Italia, Alemania y Flandes a partir<br />

del siglo XI: en ellos el poder político no implica la forma-Estado. Por ejemplo, la comunidad<br />

de las ciudades hanseáticas, sin funcionarios, sin ejército, e incluso sin personalidad jurídica. La<br />

ciudad siempre forma parte de una red de ciudades, ahora bien, "la red de ciudades" no coincide<br />

con "el mosaico de Estados": sobre todos estos puntos, cf. los análisis de FRANÇOIS FOURQUET y<br />

LioN MURARO, Généalogie des équipements collectifs, 10-18, págs. 79-106.<br />

" LÉVI-STRAUSS, Anthropologie structurale. Pion, págs. 167-168 (trad, cast., ed. Eudeba).<br />

Sobre un ejemplo preciso, Louis Berthe analiza la necesidad de una "tercera-aldea", que impide<br />

que el circuito orientado se cierre: "Aínes et cadets, l'alhance et la hiérarchie chez les Baduj",<br />

págs. 214-215.<br />

" BRAUDEL, Civilisation matérielle et capitalisme, págs. 391-400 (sobre las relaciones ciudad-Estado<br />

en Occidente). Y, como señala Braudel, una de las razones de la victoria de los Estados sobre<br />

las ciudades a partir del siglo XV fue que sólo el Estado tiene la facultad de apropiarse plenamente<br />

de la máquina de guerra: por reclutamiento territorial de los hombres, inversión material,<br />

industriaUzación de la guerra (en las manufacturas de armas, más que en las fábricas de alfileres,<br />

es donde aparece la producción en serie y la división mecánica). Las ciudades comerciantes, por<br />

el contrario, tienen necesidad de guerras rápidas, recurren a mercenarios, y sólo pueden encastrar<br />

la máquina de guerra.<br />

-° Es un tema desarrollado a menudo por SAMIR AMIN: "Puesto que la teoría de las relaciones entre<br />

formaciones sociales diferentes no puede ser economicista, las relaciones internacionales, que se<br />

sitúan precisamente en ese marco, no pueden dar lugar a una teoría económica" (Le développement<br />

inégal, ed. de Minuit, págs. 124 sig.) (trad, cast., ed. Fontanella).<br />

et. JACQUES LACARRIÈRE, Les hommes ivres de Dieu, Fayard (trad, cast., ed. Agora).<br />

-- SAMIR AMIN analiza esta especificidad de las "formaciones periféricas" del Tercer Mundo, y distingue<br />

dos tipos principales, oriental y africana, americana: "América Latina, Asia y el Oriente<br />

árabe, el Africa negra no han sido transformadas de la misma manera, puesto que no han sido integrados<br />

en la misma etapa del desarrollo capitalista al centro, y por lo tanto no han desempeñado<br />

las mismas funciones en ese desarrollo" (Le développement inégal, págs. 257 y sigs.;'y L'accumulation<br />

à l'échelle mondiale, ed. Anthropos, págs. 373-376 (trad, cast., ed. Siglo XXI). No<br />

obstante, veremos cómo el centro y la periferia están obligados, en ciertas condiciones, a intercambiar<br />

sus características.<br />

GAÉTAN PIROU, Economie libérale et économie dirigée, ed. Sedes, t. L pág. 117: "La productividad<br />

del obrero marginal no sólo determina el salario de ese obrero marginal, sino el de todos los<br />

demás, de la misma manera que, cuando se trata de mercancías, la utilidad del último cubo de<br />

agua o del último saco de trigo regulaba el valor, no sólo de ese cubo o de ese saco, sino de todos<br />

los demás cubos o sacos". (El marginalismo pretende cuantificar el agenciamiento, cuando en<br />

reaUdad todo tipo de factores cualitativos influyen en la evaluación del "último").<br />

Sobre la importancia de una teoría de la evaluación y del tanteo en el marginalismo, cf. la exposición<br />

crítica de FRANDIN, Les fondements logiques de la théorie néoclassique de l'échange. Maspero.<br />

Para los marxistas, ïambién existe un tanteo, pero que no puede basarse en la cantidad de<br />

trabajo socialmente necesario; Engels habla de ello, precisamente a propósito de las sociedades<br />

precapitalistas. Invoca "un proceso de aproximación en zig-zag, numerosos tanteos en la oscuridad"<br />

que se regulan más o menos sobre "la necesidad que cada uno tiene de esforzarse" (uno se<br />

preguntará si este último miembro de la firase no reconstituye una suerte de criterio marginalista).<br />

Cf. ENGELS, prefacio al Capital, libro III, ed. Sociales, págs. 32-34 (trad, cast., ed. F.C.E.).<br />

APARATO DE CAPTURA<br />

RICARDO, Principes de l'économie et de l'impôt, Flammarion, cap. II (trad, cast., ed. Aguilar). Y<br />

el anáüsis de MARX de las dos formas de "renta diferencial". Capital, ÜI, 6" sección.<br />

Naturalmente, la tierra menos fecunda es también, teóricamente, la más reciente o la última de<br />

una serie (lo que permite decir a muchos comentaristas que Ricardo, en su teoría de la renta, se<br />

ha adelantado al marginaUsmo). Pero esa ni siquiera es una regla, y Marx muestra que es posible<br />

un "movimiento creciente", tanto como un' "movimiento decreciente", y que un mejor terreno<br />

"puede situarse en el último rango" (cf. Pléiade, II, págs. 1318-1326).<br />

Ricardo, pág.- 64: "Si el aire, el agua, la elasticidad del vapor y la presión de la atmósfera pudiera tener<br />

cualidades variables y limitadas; si uno pudiera, además, apropiárselas, todos esos agentes proporcionarían<br />

una renta, que se desarrollaría a medida que se utiüzasen sus diferentes cualidades".<br />

Las dos formas de renta diferencial están basadas en la comparación. Pero Marx defiende la existencia<br />

de otra forma, desconocida por los teóricos (Ricardo), y que los prácticos conocen bien,<br />

dice: es la renta absoluta, basada en el carácter especial de la propiedad de la tierra en tanto que<br />

monopolio. En efecto, la tierra no es una mercancía como las otras, porque no es reproducible al<br />

nivel de un conjunto determinable. Existe, pues, monopoüo, lo que quiere decir "precio de monopoho"<br />

(el precio de monopoUo, y la renta eventual correspondiente, son cuestiones completamente<br />

distintas). En el caso más simple, la renta diferencial y la renta absoluta se distinguen de la<br />

forma siguiente: el precio del producto se calcula según el peor terreno, el contratista del mejor<br />

terreno tendría un sobrebeneficio si éste no se transformara en renta diferencial del propietario;<br />

pero, por otro lado, la plus-vah'a agrícola es proporcionalmente más grande que la plus-valía mdustrial<br />

(?), el contratista agrícola en general tendría un sobrebeneficio si éste no se transformara<br />

en renta absoluta del propietario. La renta es, pues, un elemento necesario para la igualación o<br />

distribución del beneficio: sea igualación de la tasa de beneficio agrícola (renta diferencial), sea<br />

igualación de esa tasa con la del beneficio industrial (renta absoluta). Algunos economistas marxistas<br />

han propuesto un esquema completamente distmto de la renta absoluta, pero que conserva,<br />

la distinción necesaria de Marx.<br />

BERNARD SCHMFFT (Monnaie, salaires et profit, ed. Castella, págs. 289-290) distìngue dos formas<br />

de captura o de "captación", que por otra parte corresponden a dos figuras principales de la<br />

caza, la espera y la persecución. La renta sería una captura residual o de espera, porque depende<br />

de fuerzas exteriores y actúa por transferencia; el beneficio, una captura de persecución o de<br />

conquista, porque deriva de una acción específica, y requiere una fuerza que le es propia o una<br />

"creación". No obstante, sólo es verdad en relación a la renta diferencial; como lo señalaba<br />

Marx, la renta absoluta representa el aspecto "creador" de la propiedad de la tierra (Pléiade II,<br />

pág. 1366).<br />

•'° EDUARD WILL (Korinthiaka, ed. De Boccard, págs. 470 sig.) analiza un caso tardío, pero ejemplar,<br />

el de la reforma del tirano Cypselos en Corinto: a) una parte de las tierras de la aristocracia<br />

de linaje son confiscadas, y distribuidas a los campesinos pobres; b) pero, al mismo tiempo, se<br />

constituye una reserva metálica, por captura sobre los proscritos; c) este mismo dinero es distribuido<br />

entre los pobres, pero para que lo entreguen como indemnización a los antiguos propietarios;<br />

d) éstos entonces pagaron el impuesto en dinero, para asegurar una ckculación o rotación<br />

de la mondea, y una equivalencia con los bienes y servicios. Se encuentran ya figuras análogas directamente<br />

inscritas en los imperios arcaicos, independientemente de los problemas de la propiedad<br />

privada. Por ejemplo, se distribuyen tierras a los funcionarios en tanto que tales, que las explotan<br />

o las arriendan. Pero, si el funcionario recibe de ese modo una renta en trabajo y en<br />

naturaleza, debe pagar al emperador un impuesto exigible en dinero. De ahí la necesidad de<br />

"bancos" que, en condiciones complejas, aseguren la equivalencia, la conversión, la circulación<br />

bienes-moneda a través de toda la economía: cf. GUILLAUME CARDASCIA, "Armée et fiscalité la<br />

Babylonie achéménide", en Armées et fiscalité dans le monde antique, C.N.R.S., 1977.<br />

Autores como WILL, O GABRIEL ARDANT, han mostrado que la función comercial no explicaba el<br />

origen de la moneda, unido a las ideas de "retribución", "pago", "importación". Y lo prueban especiahnente<br />

gracias al mundo griego y occidental; pero, incluso en los imperios de oriente, el<br />

monopolio de un comercio monetarizado creemos que supone el impuesto monetario. Cf.<br />

EDOUARD WILL, "Réflexions et hipothèses sur les origines du monnayage". Revue numismatique<br />

1955; GABRIEL ARDANT, Histoire financière de l'antiquité à nos jours, Gallimard (págs. 28 sig.:<br />

"los medios que dieron nacimiento al impuesto dieron igualmente nacimiento a la moneda").<br />

^- Sobre este aspecto del impuesto indirecto, cf. A. EMMANUEL, L'échange inégal, Maspero, págs.<br />

55-56, 246 sig. (trad, cast., ed. Siglo XXI), (en relación al comercio exterior). En lo que con-<br />

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