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Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión

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462 MIL MESETAS<br />

el control y la dirección de una unidad superior. Y hay sujeción cuando la unidad<br />

superior constituye al hombre como un sujeto que remite a un objeto que ha devenido<br />

exterior, tanto si ese objeto es un animal, una herramienta o incluso una máquina:<br />

en ese caso el hombre ya no es una componente de la máquina, smo<br />

obrero, usuario..., está sujeto ala máquina, y ya no esclavizado porla máquina. Lo<br />

que no quiere dech que el segundo réghnen sea más humano. Pero el primer régimen<br />

parece remith ftmdamentalmente a la formación imperial arcaica: en él los<br />

hombres no son sujetos, smo piezas de una máquina que sobrecodifica el conjunto<br />

(es lo que se ha Uamado "esclavitud generahzada", por oposición a la esclavitud<br />

privada de la antigüedad, o a la servidumbre feudal). Creemos que Lewis Mumford<br />

tiene razón cuando designa los imperios arcaicos bajo el nombre de megamáquinas,<br />

precisando que, tampoco en este caso, se trata de una metáfora: "Si, más o<br />

menos de acuerdo con la defiiüción clásica de Reuleaux, se puede considerar una<br />

máquina como la combinación de elementos sóhdos cada uno de los cuales tiene<br />

su función especializada y que funciona bajo control humano para transmith un<br />

movimiento y ejecutar un trabajo, en ese caso, la máquina humana sería realmente<br />

una verdadera máquina" Por supuesto, el Estado moderno y el capitalismo<br />

promueven el triunfo de las máquinas, y especialmente de las máquinas<br />

motrices (nüentras que el Estado arcaico sólo tenía a lo sumo máqumas shnples);<br />

pero en ese caso se habla de máquinas técnicas, extrínsecamente definibles. Ahora<br />

bien, no se está esclavizado por la máquina técnica, se está sujeto a eUa. En ese<br />

sentido, dhíase que con el desarroUo tecnológico el Estado moderno ha sustituido<br />

la esclavitud maquínica por una sujeción social cada vez más fuerte. La esclavitud<br />

de la antigüedad y la servidumbre feudal ya eran métodos de sujeción. En cuanto<br />

al trabajador "hbre" o puro del capitalismo, Ueva la sujeción a su expresión más<br />

radical, puesto que los procesos de sujeción ya ni siquiera entran en conjunciones<br />

parciales que mterrumpirían su curso. En efecto, el capital actúa como pimto de<br />

subjetivación que constituye todos los hombres en sujetos, pero unos, los "capitafistas",<br />

son como los sujetos de enunciación que forman la subjetividad privada<br />

del caphal, mientras que los otros, los "proletarios", son los sujetos de enunciado,<br />

sujetos a las máquinas técnicas en las que se efectúa el capital constante. Así pues,<br />

el régimen del salariado podrá Uevar la sujeción de los hombres a un punto maudito,<br />

y manifestar una crueldad particular, pero no por eUo dejará de tener razón<br />

cuando lanza su grito humanista: no, el hombre no es un máquma, nosotros no lo<br />

tratamos como ima máqiüna, nosotros no confundimos ciertamente el capital variable<br />

y el capital constante...<br />

Pero si el capitafismo aparece como una empresa mundial de subjetivación es<br />

porque constituye una axiomática de los flujos descodificados. Pues bien, la sujeción<br />

social, como correlato de la subjetivación, aparece mucho más en los modelos<br />

de reahzación de la axiomática que en la propia axiomática. En el marco del<br />

Estado-nación, o de las subjetividades nacionales, es donde se manifiestan los<br />

procesos de subjetivación y las sujeciones correspondientes. En cuanto a la propia<br />

axiomática, de la que los estados son modelos de reahzación, restaura o reinventa,<br />

bajo nuevas formas devenidas técnicas, todo un sistema de esclavitud maquínica.<br />

No se trata en modo alguno de un retomo a la máquina imperial, puesto que<br />

APARATO DE CAPTURA<br />

ahora estamos en la inmanencia de una axiomática, y no bajo la transcendencia de<br />

una Unidad formal. Estamos ante la reinvención de una máquina en la que los<br />

hombres son las partes constituyentes, en lugar de ser los obreros y los usuarios<br />

sujetos a eUa. Si las máqumas motrices han constituido la segunda edad de la<br />

máquma técnica, las máqumas de la cibernética y de la informática forman una<br />

tercera edad que recompone un régimen de esclavitud generalizada: "sistemas<br />

hombres-máqumas", reversibles y recurrentes, sustituyen a las antiguas relaciones<br />

de sujeción no reversibles y no recurrentes entre los dos elementos; la relación del<br />

hombre y de la máquina se hace en términos de mutua comunicación interna, y ya<br />

no de uso o de acción En la composición orgáiüca del capital, el capital variable<br />

defme un régimen de sujeción del trabajador (plusvah'a humana) que tiene<br />

como marco principal la empresa o la fábrica; pero, cuando el capital constante<br />

crece proporcionalmente cada vez más, en la automatización, aparece una nueva<br />

esclavitud, al mismo tiempo que el réghnen de trabajo cambia, que la plusvafia deviene<br />

maquínica y que el marco se extiende a toda la sociedad. También se podría<br />

dech que un poco de subjetivación nos alejaba de la esclavitud máquinica, pero<br />

que mucha nos conduce de nuevo a ella. Recientemente se ha subrayado hasta<br />

qué punto el ejercicio moderno del poder no se reducía a la altemativa clásica<br />

"represión o ideología", sino que imphcaba procesos de normalización, de modulación,<br />

de modelización, de información, que se basan en el lenguaje, la percepción,<br />

el deseo, el movimiento, etc., y que pasan por microagenciamientos. Este<br />

conjunto impfica a la vez sujeción y esclavitud, Uevadas a los extremos como dos<br />

partes simultáneas que no cesan de reforzarse y alimentarse la una de la otra. Por<br />

ejemplo: se está sujeto a la televisión en tanto que se la utiliza y consume, en esa<br />

situación tan particular de un sujeto de enunciado que se toma más o menos por<br />

sujeto de enunciación ("ustedes, queridos telespectadores, que hacen la televisión...");<br />

la máquina técnica es el medio entre dos sujetos. Pero se está esclavizado<br />

por la televisión como máquina humana en la medida en que los telespectadores<br />

son, ya no consumidores o usuarios, ni siquiera sujetos capaces de "fabricarla",<br />

sino piezas componentes intrínsecas, "entradas" y "saüdas",/eed-£iflcA:o recurrencias,<br />

que pertenecen a la máquma y ya no a la manera de produchla o de utüizarla.<br />

En la esclavitud maquínica sólo hay transformaciones o intercambios de<br />

informaciones, de los que unos son mecánicos y otros humanos Y por supuesto,<br />

no hay que reservar la sujeción para el aspecto nacional, mientras que la<br />

esclavitud sería mtemacional o mundial. Pues la informática también es la propiedad<br />

de los Estados que se erigen como sistemas hombres-máqumas. Pero precisamente<br />

en la medida en que los dos aspectos, el de la axiomática y el de los modelos<br />

de realización, no cesan de pasar el uno al otro, de comunicar. Ahora bien, la<br />

sujeción social rivaliza con el modelo de reahzación de la misma manera que la esclavitud<br />

maquínica se extiende a la axiomática efectuada en el modelo. Nosotros<br />

tenemos el privüegio de padecer, a través de las mismas cosas y de los mismos<br />

acontecimientos, las dos operaciones a la vez. Sujeción y esclavitud, más que dos<br />

estadios, forman dos polos coexistentes.<br />

Ahora podemos volver a las diversas formas de Estado desde el punto de vista<br />

de una historia universal. Nosotros distmguimos tres grandes formas: 1) Estados<br />

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