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Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión

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444 MIL MESETAS<br />

sólo existe un único mercado mimdial centrado, el capitalismo, en el que participan<br />

incluso los llamados países socialistas. La organización mundial deja, pues, de<br />

pasar "entre" formas heterogéneas, puesto que asegura la isomorfía de las formaciones.<br />

Pero sería totahnente equivocado confundh el isomorfismo con una fiomogeneidad.<br />

Por un lado, la isomorfía deja subsisth o incluso suscita una gran heterogeneidad<br />

entre los Estados (los Estados democráticos, totahtarios, y con<br />

mayor motivo los Estados "sociahstas", no son fachadas). Por otro lado, la axiomática<br />

capitahsta internacional sólo garantiza efectivamente la isomorfía de las diversas<br />

formaciones ahí donde el mercado interior se desarroUa y se ampha, es dech,<br />

"en el centro". Pero soporta, es más, exige una cierta polimorfía periférica, en<br />

la medida en que no está saturada, en la medida en que rechaza activamente sus<br />

propios límites: de ahí que existan formaciones sociales heteromorfas, en la periferia,<br />

que ciertamente no constituyen supervivencias o formas transicionales, puesto<br />

que reahzan una producción capitalista ultramoderna (petróleo, minas, plantaciones,<br />

bienes de equipo, siderurgia, química...) pero que no por eUo son menos precapitahstas,<br />

o extracaphahstas, en razón de otros aspectos de su producción y de<br />

la madecuación forzosa de su mercado interior al mercado mundial --. Cuando deviene<br />

axiomática caphaüsta, la organización internacional continúa hnphcando la<br />

heterogeneidad de las formaciones sociales, suscha y organiza su "tercer mundo".<br />

No sólo hay coexistencia extema de las formaciones, también hay coexistencia<br />

intrínseca de los procesos maquínicos. Pues cada proceso puede funcionar también<br />

bajo otra "potencia" que la suya propia, puede ser continuado por una potencia<br />

que corresponde a otro proceso. El Estado como aparato de captura tiene<br />

una potencia de apropiación; ahora bien esa potencia no sólo consiste en que captura<br />

todo lo que puede, todo lo que es posible, en una materia definida como filum.<br />

El aparato de captura se apropia igualmente de la máquina de guèrra, de los<br />

instmmentos de polarización, de los mecanismos de anticipación-conjuración. Lo<br />

que inversamente quiere dech que los mecanismos de anticipación-conjuración<br />

tienen una gran potencia de transferencia: no sólo se ejercen en las sociedades primitivas,<br />

smo que pasan a las ciudades que conjuran la forma-Estado, a los Estados<br />

que conjuran el capitahsmo, al propio capitahsmo en tanto que conjura o rechaza<br />

sus propios límites. Y tampoco se contentan con pasar bajo otras potencias, sino<br />

que vuelven a formar núcleos de resistencia y de contagio, como ya hemos visto<br />

para los fenómenos de "banda", que tienen sus ciudades, su intemacionahsmo,<br />

etc. De igual modo, las máquinas de guerra tienen una potencia de matamorfosis,<br />

gracias a la cual, evidentemente, son capturadas por los Estados, pero gracias a la<br />

cual también resisten a esta captura y renacen bajo otras formas, con otros "objetos"<br />

que la guerra (¿la revolución?). Cada potencia es una fuerza de desterritoriafización<br />

que compite con las otras y contra las otras (mcluso las sociedades primitivas<br />

tienen sus vectores de desterritoriahzación). Cada proceso puede pasar bajo<br />

otras potencias, pero también subordinar otros procesos a su propia potencia.<br />

Proposición XII: Captura<br />

¿Se puede concebh un "mtercambio" entre gmpos primitivos diferentes, independientemente<br />

de cualquier referencia a nociones como las de reservas, trabajo y<br />

APARATO DE CAPTURA 445<br />

mercancía? Parece que un marginafismo modificado nos permite establecer una<br />

hipótesis. Pues el interés del marginahsmo no proviene de su teoría económica,<br />

extremadamente débü, smo de una potencia lógica que convierte a Jevons, por<br />

ejemplo, en una especie de Lewis CarroU de la economía. Supongamos dos gmpos<br />

abstractos, uno de los cuales (A) da cereales y recibe hachas, y el otro (B), lo contrario.<br />

¿En qué se basa la evaluación colectiva de los objetos? Se basa en la Idea<br />

de los últhnos objetos recibidos, o más bien receptibles, en ambos casos, respectivamente.<br />

Por "último" o "marginal" no hay que entender el más reciente, ni el último,<br />

smo más bien el penúltimo, es dech, el tilthno antes de que el hitercambio<br />

aparente pierda todo mterés para los intercambistas, o les obUgue a modificar su<br />

agenciamiento respectivo, a entrar en otro agenciamiento. En efecto, se puede<br />

concebh que el gmpo recolector-plantador A, que recibe las hachas, tenga una<br />

"idea" sobre el número de hachas que le obhgaría a cambiar de agenciamiento;<br />

y que el gmpo fabricante B tenga una idea sobre la cantidad de cereales que le<br />

obhgaría a cambiar de agenciamiento. En ese caso, se dhá que la relación cereales-<br />

hachas está determinada por la última masa de cereales (para el gmpo B) que<br />

corresponde a la últhna hacha (para el gmpo A). El último, como objeto de evaluación<br />

colectiva, va a determinar el valor de toda la serie. Señala exactamente el<br />

pimto en el que el agenciamiento debe reproduchse, recomenzar un nuevo ejercicio<br />

o un nuevo ciclo, instalarse en otro territorio, y más aUá del cual el agenciamiento<br />

no podría contmuar tal cual. Es, pues, claramente un penúlthno, puesto<br />

que está antes del últkno. El último es cuando el agenciamiento debe cambiar de<br />

naturaleza: B debería plantar los cereales sobrantes, A debería precipitar el ritmo<br />

de sus propias plantaciones y mantenerse en la misma tierra.<br />

En ese caso, podemos plantear una diferencia conceptual entre el "fimhe" y el<br />

"umbral": el límite designa el penúltimo, que señala un nuevo comienzo necesario,<br />

y el umbral designa el último, que señala un cambio inevitable. Toda empresa<br />

imphca a nivel económico una evaluación del límite más aUá del cual la empresa<br />

deberá modificar su estructura. El marginafismo pretende mostrar la frecuencia de<br />

este mecanismo del penúltimo: no sólo los últimos objetos intercambiables, smo el<br />

últüno objeto producible, o bien el últhno productor, el productor límite o marginal,<br />

antes de que el agenciamiento cambie Es una economía de la vida cotidiana.<br />

Así, ¿a qué Uama el alcohóhco un último vaso! El alcohóhco tiene una evaluación<br />

subjetiva de lo que puede soportar. Y lo que puede soportar es<br />

precisamente el límite en función del cual, según él, podrá recomenzar (teniendo<br />

en cuenta un descanso, una pausa...). Pero, más aUá de ese límite, todavía existe<br />

un umbral que le hará cambiar de agenciamiento: bien por la naturaleza de las bebidas,<br />

bien por las horas y los lugares en los que habituahnente bebe; bien, lo que<br />

es peor, entraría en un agenciamiento suicida, o bien en un agenciamiento médico,<br />

hospitalario, etc. Poco importa que el alcohóhco se eqmvoque, o que utUice de<br />

una manera muy ambigua el tema "voy a parar", el tema del último. Lo fundamental<br />

es que existe un criterio marginal y una evaluación marginaUsta espontáneos<br />

que regulan el valor de toda la serie de "vasos". Y lo mismo se dhá de tener<br />

la última palabra, en el agenciamiento-escena conyugal. Cada uno de los cónyuges<br />

evalúa desde el principio el volumen o la densidad de la últhna palabra que le da-

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