Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión

Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión

patriciolepe.files.wordpress.com
from patriciolepe.files.wordpress.com More from this publisher
15.05.2013 Views

408 MIL MESETAS maremos agenciamiento a todo conjunto de singularidades y de rasgos extraídos del flujo —seleccionados, organizados, estratificados— a fin de converger (consistencia) artificialmente y naturalmente: un agenciamiento, en ese sentido, es una verdadera invención. Los agenciamientos pueden agruparse en conjuntos muy ampfios que constituyen "culturas", o incluso "edades"; pero no por ello dejan de diferenciar el filum o el flujo, dividiéndolo en otros tantos filums diversos, de tal orden, a tal nivel, y de introducir las discontinuidades selectivas en la continuidad ideal de la materia-movimiento. Los agenciamientos fragmentan.el///«m en familias diferenciadas distintas y, a la vez, el filum maquínico los atraviesa a todos, abandona uno para continuar en otro, o hace que coexistan. Tal singularidad oculta en los márgenes del filum, por ejemplo la química del carbono, va a ser sacada a la superficie por tal agenciamiento que la selecciona, la organiza, la inventa, y gracias al cual todo o parte del filum pasa, en tal lugar en tal.momento. En cualquier caso, habrá que distinguir muchas fincas diferentes: unas, filogenéticas, pasan a larga distancia por agenciamientos de edades y culturas diversas (¿de la cerbatana al cañón? ¿del molmo de rezos budista a la héfice? ¿de la marmita al motor?); otras, ontogenéticas, son internas a un agenciamiento, y unen sus diversos elementos, o bien hacen pasar un elemento, a menudo con algún tiempo de retraso, a otro agenciamiento de diferente naturaleza, pero de la misma cultura o de la misma edad (por ejemplo, la herradura se propaga a los agenciamientos agrícolas). Así pues, hay que tener en cuenta la acción selectiva de los agenciamientos sobre el filum y la reacción evolutiva del filum, en tanto que hilo subterráneo que pasa de un agenciamiento a otro, o sale de un agenciamiento, lo arrastra y lo abre. ¿Impulso vital? Leroy-Gourhan ha llevado lo más lejos posible un vitafismo tecnológico que modela la evolución técnica sobre la evolución biológica en general: una Tendencia universal, cargada de todas las singularidades y rasgos de expresión, atraviesa medios internos y técnicas, que la refractan o la diferencian, según las singularidades y rasgos retenidos, seleccionados, reunidos, que se han hecho converger, mventados por cada uno^"*. Existe un filum maquínico en variación que crea los agenciamientos técnicos, mientras que los agenciamientos inventan los filum variables. Una famiha tecnológica cambia mucho, según que se la trace en un filum o que se la inscriba en los agenciamientos; pero los dos son inseparables. Así pues, ¿cómo defínk esa materia-movimiento, esa materia-energía, esa materia-flujo, esa materia en variación, que entra en los agenciamientos, y que sale de ellos? Es una materia desestratificada, desterritoriahzada. Nos parece que Husserl ha hecho que el pensamiento dé un paso decisivo al descubrir una región de esencias materiales y difusas, es decir, vagabundas, anexactas y sin embargo rigurosas, distmguiéndolas de las esencias fijas, métricas y formales. Hemos visto que esas esencias difusas se distinguen tanto de las cosas formadas como de las esencias formales. Constituyen conjuntos difusos. Liberan una corporeidad (materiaUdad) que no se confunde ni con la esenciaUdad formal mteUgible, ni con la coseidad sensible, formada y percibida. Esta corporeidad tiene dos características: por un lado es inseparable de pasos al límite como cambios de estado, de procesos de deformación o de transformación que operan en un espacio-tiempo a su vez anexacto, que actúan como acontecimientos (ablación, adyunción, proyección...); TRATADO DE NOMADOLOGÍA: LA MÁQUINA DE GUERRA 409 por otro, es mseparable, de cuafidades expresivas o intensivas, susceptibles de más y de menos, producidas como afectos varíables (resistencia, dureza, peso, color...). Así pues, existe un acoplamiento ambulante acontecimientos-afectos que constituye la esencia corporal difusa, y que se distingue del vínculo sedentario "esencia fija-propiedades derívadas de eUa en la cosa", "esencia formal-cosa formada". Y sin duda, Husserl tenía tendencia a convertir la esencia difusa en un especie de intermediario entre la esencia y lo sensible, entre la cosa y el concepto, más o menos como en el esquema kantiano. ¿No es el redondel una esencia difusa o esquemática, intermediaria entre las cosas redondeadas sensibles y la esencia conceptual del círculo? En efecto, el redondel sólo existe como afecto-umbral (ni plano ni picudo) y como proceso-límite (redondear), a través de las cosas sensibles y de los agentes técnicos, rueda de moüno, tomo, raeda, meda de afilar,'casquiUo... Pero sólo es "intermediario" en la medida en que el intermediario es autónomo, él mismo se extiende fundamentalmente entre las cosas y entre los pensamientos, para instaurar una relación completamente nueva entre los pensamientos y las cosas, una difusa identidad de los dos. Ciertas distinciones propuestas por Simondon pueden ser comparadas con las de Husserl. Pues Simondon demmcia la insuficiencia tecnológica del modelo materia-forma, en tanto que supone una forma fija y ima materia considerada como homogénea. La idea de ley asegura la coherencia de este modelo, puesto que las leyes someten la materia a tal o tal forma, e inversamente realizan en la materia tal propiedad esencial deducida de la forma. Pero Súnondon muestra que el modelo hilomórfico deja fuera muchas cosas, activas y afectivas. Por un lado, a la materia formada o formable, hay que añadir toda una materiafidad energética en movimiento, portadora de singularidades o de haecceidades, que ya son como formas ünpficitas, topológicas más bien que geométricas, y que se combinan con procesos de deformación: por ejemplo, las ondulaciones y torsiones variables de las fibras de madera , sobre las que se ritma la operación de sertar con cuñas. Por otto lado, a las propiedades esenciales que derivan en la materia de la esencia formal, hay que añadfr afectos variables intensivos, que unas veces derivan de la operación, y otras, por el contrario, la hacen posible: por ejemplo, una madera más o menos porosa, más o menos elástica y resistente. De todas formas, se trata de seguir la madera, y de seguir en la madera, conectando operaciones y una materiafidad, en lugar de imponer una forma o una materia: más que a una materiafidad sometida a las leyes, uno se dirige a una materiafidad que posee un nomos. Más que a una forma capaz de imponer propiedades a la materia, uno se dirige a rasgos materiales de expresión que constituyen afectos. Por supuesto, siempre es posible "traducfr" a un modelo lo que escapa a ese modelo: así, se puede relacionar la potencia de variación de la materiafidad con leyes que adaptan una forma fija y una materiaüdad constante. Pero para lograrlo hace falta una distorsión que consiste en sacar las variables de su estado de variación continua, para extraer de ellas puntos fijos y relaciones constantes. Así pues, se cambian las variables, se cambia incluso la naturaleza de las ecuaciones, que dejan de ser inmanentes a la materiamovimiento (inecuaciones, adecuaciones). Lo fundamental no es saber si una traducción de este tipo es concepmaknente legítima, puesto que lo es, sino únicamente

410 MIL MESETAS saber qué intuición se pierde con ella. En resumen, lo que Simondon reprocha al modelo hiiomórfico es que considere la forma y la materia como dos términos defiiüdos cada uno por su lado, como las extremidades de dos semicadenas en las que ya no se ve cómo se conectan, como una simple relación de moldeado bajo la que ya no se puede captar la modulación continua eternamente variable La crítica del esquema hhomórfico se basa en "la existencia, entre forma y materia, de una zona de dhnensión media e intermediaria", energética, molecular, — todo un espacio propio que desphega su materialidad a través de la materia, todo un nombre propio que extiende sus rasgos a través de la forma... Siempre volvemos a esta definición: el filum maquínico es la materiahdad, natural o artificial, y las dos a la vez, la materia en movhniento, en flujo, en variación, en tanto que portadora de smgularidades y de rasgos de expresión. De donde se derivan consecuencias evidentes: esta materia-flujo sólo puede ser seguida. Evidentemente, esa operación que consiste en seguir puede hacerse in situ: un artesano que cepüla sigue la madera, y las fibras de la madera, sin cambiar de sitio. Pero esta manera de seguh sólo es una secuencia particular de un proceso más general. Pues el artesano también está obhgado a seguh de otra manera, es dech, aha buscar la madera ahí donde está, y no cualquier tipo de madera, smo la que tiene las fibras adecuadas. En caso contrario, tiene que hacer que se la traigan: sólo porque el comerciante se encarga de fiacer una parte del trayecto en sentido inverso puede el artesano evitar el tener que hacerlo personahnente. Pero el artesano sólo es completo cuando también es prospector; y la organización que separa al prospector, al comerciante y al artesano, mutua ya al artesano para converthlo en un "trabajador". Se definhá, pues, el artesano como aquel que está obhgado a seguh un flujo de materia, un filum maquínico. Es el itinerante, el ambulante. Seguh el flujo de materia es itmerar, ambular. Es la intuición en acto. Evidentemente, existen itinerancias segundas en las que ya no se prospecta y se sigue un flujo de materia, smo, por ejemplo, un mercado, De todas formas, siempre se sigue un flujo, aunque ese flujo ya no sea el de la materia. Y, sobre todo, existen hinerancias secundarias: en este caso las que derivan de otra "condición", hicluso si derivan de eUa necesariamente. Por ejemplo, un transhumante, ya sea agricultor, ya sea ganadero, cambia de tierra según el empobrecimiento de ésta o según las estaciones; pero sólo secundariamente sigue un flujo de tierra, puesto que sobre todo efectúa una rotación destinada desde el principio a hacerle volver al punto que ha dejado, cuando se haya reconstituido el bosque, reposado la tierra, modificado la estación. El transhumante no sigue un flujo, traza un chcuito, de un flujo sólo sigue lo que entra en el chcuito, mcluso si éste es cada vez más ampho. El transhumante sólo es, pues, itinerante por vía de consecuencia, o sólo deviene hmerante cuando todo su chcuito de tierras o de pastos está agotado, y cuando la rotación es tan ampüa que los flujos escapan al chcuho. Incluso el comerciante es un transhumante, en la medida en que los flujos comerciales están subordinados a la rotación de un punto de partida y de un punto de Uegada (h a buscar-hacer venir, hnportar-exportar, comprar-vender). Cualesquiera que sean las hnphcaciones recíprocas, existen grandes diferencias entre un flujo y un chcuho. El migrante, ya lo hemos visto, todavía es otra cosa. Y el nómada no se de- TRATADO DE NOMADOLOGÍA: LA MÁQUINA DE GUERRA 411 fine en principio como itinerante ni como transhumante, ni como migrante, aunque lo sea por vía de consecuencia. En efecto, la determinación primaria del nómada es que ocupa y domina un espacio fiso: sólo bajo ese aspecto está determmado como nómada (esencia). Sólo será por su cuenta transhumante, e itinerante, en virtud de las exigencias hnpuestas por los espacios hsos. En resumen, cualesquiera que sean las combinaciones de hecho entre nomadismo, itinerancia y transhumancia, el concepto primario no es el mismo en los tres casos (espacio hso, materia-flujo, rotación). Pues bien, sólo a parth del concepto preciso se puede juzgar la combmación, cuándo se produce, la forma bajo la que se produce, el orden en el que se produce. Pero, con lo precedente, nos hemos desviado de la pregunta: ¿por que el filum maquínico, el flujo de materia, sería esenciahnente metáhco o metalúrgico? Una vez más, sólo el concepto preciso puede proporcionar una respuesta, al mostrar que existe una relación especial primaria entre la itinerancia y la metalurgia (desterritoriafización). Sm embargo, los ejemplos que mvocábamos, según Husserl y Shnondon, concerm'an tanto a la madera o a la arciUa como a los metales; es más, ¿no existen flujos de hierba, de agua, de rebaños, que forman otros tantos filums o materias en movimiento? Ahora es más fácü responder a estas preguntas. Sucede como si el metal y la metalurgia impusieran e hicieran consciente algo que tan sólo está oculto o enterrado en las otras materias y operaciones. Pues, además, cada operación se reahza entre dos umbrales, uno de los cuales constituye la materia preparada para la operación, y el otro la forma a encamar (por ejemplo, la arcUla y el molde). Eso es lo que le da al modelo hhomórfico un valor general, puesto que la forma encamada que señala el final de una operación puede servh de materia para una nueva operación, pero en un orden fijo que señala la sucesión de los umbrales. En la metalurgia, por el contrario, las operaciones no cesan de estar a cabaUo de los umbrales, de modo que una materiahdad energética desborda la materia preparada, y ima deformación o transformación cuahtativa desborda la forma Así, el templado se encadena con el forjado más aUá de la adquisición de forma. O bien, cuando hay modelado, el metalúrgico en cierto sentido actúa dentro del molde. O bien el acero fundido y moldeado va a sufrh una serie de descarburaciones sucesivas. Por último, la metalurgia tiene la posibifidad de refundh y de reutilizar una materia a la que da una forma-lingote: la historia del metal es inseparable de esta forma tan particular, que no se confunde ni con unas reservas ni con una mercancía; el valor monetario deriva de eUa. Más generahnente, la idea metalúrgica del "reductor" expresa la doble hberación de una materiahdad con relación a la materia preparada, de una transformación con relación a la forma a encamar. Nunca la materia y la forma han parecido más duras que en la metalurgia; y shi embargo es la forma de un desarrollo continuo que tiende a sustituh la sucesión de las formas, es la materia de una variación contmua que tiende a sustimh la variabüidad de las materias. Si la metalurgia tiene una relación esencial con la música no sólo es en vhtud de los ruidos de la forja, smo de la tendencia que atraviesa las dos artes a poner de manifiesto por encuna de las formas separadas un desarrollo contmuo de la forma, por encuna de las materias variables una variación continua de la materia: un cromatismo amphado arrastra a la vez a la música y a la

410 MIL MESETAS<br />

saber qué intuición se pierde con ella. En resumen, lo que Simondon reprocha al<br />

modelo hiiomórfico es que considere la forma y la materia como dos términos defiiüdos<br />

cada uno por su lado, como las extremidades de dos semicadenas en las<br />

que ya no se ve cómo se conectan, como una simple relación de moldeado bajo la<br />

que ya no se puede captar la modulación continua eternamente variable La crítica<br />

del esquema hhomórfico se basa en "la existencia, entre forma y materia, de<br />

una zona de dhnensión media e intermediaria", energética, molecular, — todo un<br />

espacio propio que desphega su materialidad a través de la materia, todo un nombre<br />

propio que extiende sus rasgos a través de la forma...<br />

Siempre volvemos a esta definición: el filum maquínico es la materiahdad, natural<br />

o artificial, y las dos a la vez, la materia en movhniento, en flujo, en variación,<br />

en tanto que portadora de smgularidades y de rasgos de expresión. De<br />

donde se derivan consecuencias evidentes: esta materia-flujo sólo puede ser seguida.<br />

Evidentemente, esa operación que consiste en seguir puede hacerse in situ:<br />

un artesano que cepüla sigue la madera, y las fibras de la madera, sin cambiar de<br />

sitio. Pero esta manera de seguh sólo es una secuencia particular de un proceso<br />

más general. Pues el artesano también está obhgado a seguh de otra manera, es<br />

dech, aha buscar la madera ahí donde está, y no cualquier tipo de madera, smo<br />

la que tiene las fibras adecuadas. En caso contrario, tiene que hacer que se la traigan:<br />

sólo porque el comerciante se encarga de fiacer una parte del trayecto en sentido<br />

inverso puede el artesano evitar el tener que hacerlo personahnente. Pero el<br />

artesano sólo es completo cuando también es prospector; y la organización que<br />

separa al prospector, al comerciante y al artesano, mutua ya al artesano para converthlo<br />

en un "trabajador". Se definhá, pues, el artesano como aquel que está<br />

obhgado a seguh un flujo de materia, un filum maquínico. Es el itinerante, el ambulante.<br />

Seguh el flujo de materia es itmerar, ambular. Es la intuición en acto.<br />

Evidentemente, existen itinerancias segundas en las que ya no se prospecta y se sigue<br />

un flujo de materia, smo, por ejemplo, un mercado, De todas formas, siempre<br />

se sigue un flujo, aunque ese flujo ya no sea el de la materia. Y, sobre todo, existen<br />

hinerancias secundarias: en este caso las que derivan de otra "condición", hicluso<br />

si derivan de eUa necesariamente. Por ejemplo, un transhumante, ya sea<br />

agricultor, ya sea ganadero, cambia de tierra según el empobrecimiento de ésta o<br />

según las estaciones; pero sólo secundariamente sigue un flujo de tierra, puesto<br />

que sobre todo efectúa una rotación destinada desde el principio a hacerle volver<br />

al punto que ha dejado, cuando se haya reconstituido el bosque, reposado la tierra,<br />

modificado la estación. El transhumante no sigue un flujo, traza un chcuito,<br />

de un flujo sólo sigue lo que entra en el chcuito, mcluso si éste es cada vez más<br />

ampho. El transhumante sólo es, pues, itinerante por vía de consecuencia, o sólo<br />

deviene hmerante cuando todo su chcuito de tierras o de pastos está agotado, y<br />

cuando la rotación es tan ampüa que los flujos escapan al chcuho. Incluso el comerciante<br />

es un transhumante, en la medida en que los flujos comerciales están<br />

subordinados a la rotación de un punto de partida y de un punto de Uegada (h a<br />

buscar-hacer venir, hnportar-exportar, comprar-vender). Cualesquiera que sean<br />

las hnphcaciones recíprocas, existen grandes diferencias entre un flujo y un chcuho.<br />

El migrante, ya lo hemos visto, todavía es otra cosa. Y el nómada no se de-<br />

TRATADO DE NOMADOLOGÍA: LA MÁQUINA DE GUERRA 411<br />

fine en principio como itinerante ni como transhumante, ni como migrante, aunque<br />

lo sea por vía de consecuencia. En efecto, la determinación primaria del<br />

nómada es que ocupa y domina un espacio fiso: sólo bajo ese aspecto está determmado<br />

como nómada (esencia). Sólo será por su cuenta transhumante, e itinerante,<br />

en virtud de las exigencias hnpuestas por los espacios hsos. En resumen,<br />

cualesquiera que sean las combinaciones de hecho entre nomadismo, itinerancia y<br />

transhumancia, el concepto primario no es el mismo en los tres casos (espacio hso,<br />

materia-flujo, rotación). Pues bien, sólo a parth del concepto preciso se puede<br />

juzgar la combmación, cuándo se produce, la forma bajo la que se produce, el orden<br />

en el que se produce.<br />

Pero, con lo precedente, nos hemos desviado de la pregunta: ¿por que el filum<br />

maquínico, el flujo de materia, sería esenciahnente metáhco o metalúrgico? Una<br />

vez más, sólo el concepto preciso puede proporcionar una respuesta, al mostrar<br />

que existe una relación especial primaria entre la itinerancia y la metalurgia (desterritoriafización).<br />

Sm embargo, los ejemplos que mvocábamos, según Husserl y<br />

Shnondon, concerm'an tanto a la madera o a la arciUa como a los metales; es más,<br />

¿no existen flujos de hierba, de agua, de rebaños, que forman otros tantos filums o<br />

materias en movimiento? Ahora es más fácü responder a estas preguntas. Sucede<br />

como si el metal y la metalurgia impusieran e hicieran consciente algo que tan sólo<br />

está oculto o enterrado en las otras materias y operaciones. Pues, además, cada<br />

operación se reahza entre dos umbrales, uno de los cuales constituye la materia<br />

preparada para la operación, y el otro la forma a encamar (por ejemplo, la arcUla<br />

y el molde). Eso es lo que le da al modelo hhomórfico un valor general, puesto<br />

que la forma encamada que señala el final de una operación puede servh de materia<br />

para una nueva operación, pero en un orden fijo que señala la sucesión de los<br />

umbrales. En la metalurgia, por el contrario, las operaciones no cesan de estar a<br />

cabaUo de los umbrales, de modo que una materiahdad energética desborda la<br />

materia preparada, y ima deformación o transformación cuahtativa desborda la<br />

forma Así, el templado se encadena con el forjado más aUá de la adquisición de<br />

forma. O bien, cuando hay modelado, el metalúrgico en cierto sentido actúa dentro<br />

del molde. O bien el acero fundido y moldeado va a sufrh una serie de descarburaciones<br />

sucesivas. Por último, la metalurgia tiene la posibifidad de refundh y<br />

de reutilizar una materia a la que da una forma-lingote: la historia del metal es inseparable<br />

de esta forma tan particular, que no se confunde ni con unas reservas ni<br />

con una mercancía; el valor monetario deriva de eUa. Más generahnente, la idea<br />

metalúrgica del "reductor" expresa la doble hberación de una materiahdad con relación<br />

a la materia preparada, de una transformación con relación a la forma a encamar.<br />

Nunca la materia y la forma han parecido más duras que en la metalurgia;<br />

y shi embargo es la forma de un desarrollo continuo que tiende a sustituh la sucesión<br />

de las formas, es la materia de una variación contmua que tiende a sustimh la<br />

variabüidad de las materias. Si la metalurgia tiene una relación esencial con la música<br />

no sólo es en vhtud de los ruidos de la forja, smo de la tendencia que atraviesa<br />

las dos artes a poner de manifiesto por encuna de las formas separadas un<br />

desarrollo contmuo de la forma, por encuna de las materias variables una variación<br />

continua de la materia: un cromatismo amphado arrastra a la vez a la música y a la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!