Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
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396 MIL MESETAS<br />
correlato la formación de im cuerpo especial distinto, a su vez aritmético, ese<br />
cuerpo especial se puede componer de varias maneras: 1) con un Unaje o una tribu<br />
privilegiados, cuyo predominio adquiere como consecuencia im nuevo sentido (el<br />
caso de Moisés con los Levitas); 2) con representantes de cada linaje que, como<br />
consecuencia, sirven también de rehenes (los primogénitos: este sería más bien el<br />
caso asiático o Gengis); 3) con un elemento completamente diferente exterior a la<br />
sociedad de base, esclavos, extranjeros o de otra reUgión (ese era ya el caso del<br />
régimen sajón, en el que el rey componía su cuerpo especial con esclavos francos;<br />
pero sobre todo es el caso del Islam, hasta el pimto de inspirar una categoría sociológicamente<br />
específica de "esclavitud militar": los mamelucos de Egipto, esclavos<br />
originarios de la estepa o del Caucaso, comprados muy jóvenes por el sultán, o<br />
bien los jenízaros otomanos, procedentes de las comunidades cristianas) ¿No es<br />
ese el origen de im tema importante, "los nómadas raptores de niños"? Vemos perfectamente,<br />
sobre todo en el último caso, cómo el cuerpo especial se constituye<br />
como elemento determinante de poder en la máquina de guerra. Pues la máquina<br />
de guerra y la existencia nómada tienen necesidad de conjurar dos cosas a la vez:<br />
un retomo de la aristocracia de linaje, pero también una formación de funcionarios<br />
imperiales. Pero todo se compüca porque el propio Estado a menudo se ha visto<br />
obligado a utilizar esclavos como altos funcionarios: veremos que no es por las mismas<br />
razones, y que las dos corrientes se han reunido en los ejércitos, pero a partir<br />
de dos fuentes distintas. Pues el poder de los esclavos, de los extranjeros, de los<br />
raptados, en una máquma de guerea de origen nómada, es muy diferente de las<br />
aristocracias de linaje, pero también de los funcionarios y bmrócratas de Estado.<br />
Son "comisarios", emisarios, diplomáticos, espías, estrategas y logistas, a veces herreros.<br />
Su existencia no se explica por "el capricho del sultán". Al contrario, el posible<br />
capricho del jefe de guerta se expHca por la existencia y la necesidad objetivas<br />
de ese cuerpo numérico especial, de esa Cifra que sólo vale gracias a im nomos. Se<br />
produce a la vez una desterritorialización y un devenir específicos de la máquina de<br />
guerra como tal: el cuerpo especial, especiahnente el esclavo-infiel-extranjero, deviene<br />
soldado y creyente, pero continúa estando desterritorializado con relación a<br />
los ünajes y con relación al. Estado. Debe haber nacido infiel para devenir creyente.<br />
Debe haber nacido esclavo para devenir soldado. Se necesitan escuelas o instituciones<br />
especiales: es una invención característica de la máquina de guerra, que los Estados<br />
no cesarán de utilizar, de adaptar a sus fines, hasta el punto de hacerla irreconocible,<br />
o bien de restituirla bajo una forma burocrática de estado mayor, o bajo<br />
una forma tecnocràtica de cuerpos muy especiales, o en los "espíritus de cuerpo"<br />
que sirven al Estado pero también le resisten, o entre los comisarios que sirven al<br />
Estado pero también lo traicionan.<br />
Es cierto que los nómadas no tienen historia, sólo tienen una geografía. Y la<br />
derrota de los nómadas ha sido de tal magnitud, tan completa, que la historia se<br />
identifica con el triimfo de los Estados. A partir de ahí se ha asistido a una crítica<br />
generalizada que negaba a los nómadas cualquier iimovación, tecnológica o metalúrgica,<br />
poh'tica, metafísica. Burgueses o soviéticos (Grousset o Vladimirtsov), los<br />
historiadores consideran a los nómadas como ima pobre gente que no entiende<br />
nada, ni las técnicas ante las que permanecería indiferente, ni la agricultura, ni las<br />
TRATADO DE NOMADOLOGÍA: LA MÁQUINA DE GUERRA 397<br />
ciudades o los Estados que destmye o conquista. Cómo expUcar entonces que los<br />
nómadas hayan triunfado en la guerta si no hubieran tenido una fuerte metalúrgica:<br />
la idea de que el nómada recibe sus armas técnicas, y sus consejos poh'ticos,<br />
de transfugas de un Estado imperial es a pesar de todo inverosímil. Cómo expücar<br />
que los nómadas hayan intentado destruir las ciudades y los Estados, si no es en<br />
nombre de una organización nómada.y de una máquina de guerta que no se definen<br />
por ignorancia, sino por sus características positivas, su espacio específico, su<br />
composición propia que rompía con los linajes y conjuraba la forma-Estado. La<br />
historia no ha cesado de negar a los nómadas. Se ha intentado apficar a la<br />
máquina de guerta una categoría específicamente militar (la de la "democracia<br />
militar"), y al nomadismo una categoría específicamente sedentaria (la de la "feudaüdad").<br />
Pero esas dos hipótesis presuponen un principio territorial: bien porque<br />
un Estado imperial se apropia de la máquina de guerta distribuyendo tierras de<br />
función a guerteros (cleroi y falsos feudos), bien porque la propiedad devenida<br />
privada plantea relaciones de dependencia entre propietarios que constimyen el<br />
ejército (verdaderos feudos y vasallaje) En ambos casos, el número está subordinado<br />
a una organización fiscal "inmobifiaria", tanto para constituir las tierras<br />
otorgables o cedidas como para fijar las rentas adeudadas por los propios beneficiarios.<br />
La organización nómada y la máquina de guerta confirman sin duda estos<br />
problemas, a la vez al nivel de la tierta y de la fiscaüdad, en las que los guerteros<br />
nómadas son, dígase lo que se quiera, grandes irmovadores. Precisamente, inventan<br />
una territoriaUdad y una fiscaüdad "mobüiarias", que ponen de maiüfiesto la<br />
autonomía de un principio numérico: puede haber confusión o combinación entre<br />
los sistemas, pero lo propio del sistema nómada continúa sieiido subordinar la tierra<br />
a los números que se desplazan y se despüegan en eUa, y el impuesto a las relaciones<br />
internas a esos números (por ejemplo, ya en Moisés, el impuesto interviene<br />
en la relación entre los cuerpos numéricos y el cuerpo especial del número). En<br />
resumen, la democracia militar y la feudaüdad, lejos de expücar la composición<br />
numérica nómada, confirman más bien lo que puede quedar de eUa en los regímenes<br />
sedentarios.<br />
Proposición VII: La existencia nómada tiene por "afectos" las armas de una<br />
máquina de guerra. •<br />
Las armas y las hertamientas siempre se pueden distinguir según su uso (destruir<br />
hombres o producir bienes). Y si bien esta distinción extrínseca expüca ciertas<br />
adaptaciones secundarias de un objeto técnico, no impide una convertibUidad<br />
general entre los dos gmpos, hasta el extremo de que parece muydifícü proponer<br />
una diferencia intrínseca entre armas y hertamientas. Los tipos de percusión, tal<br />
como Leroi-Gourhan los ha definido, aparecen en los dos lados. "Es probable<br />
que, durante varías edades consecutivas, las armas de guerta y los instramentos<br />
agrícolas hayan permanecido idénticos" Se ha podido hablar de un "ecosistema",<br />
que no sólo se sitúa en el origen, y en el que las henamientas de trabajo y<br />
las armas de guerta fiiteircambian sus determinaciones: parece que el mismo filum<br />
maquínico atraviesa a unas y a otras. Y sin embargo, nosotros tenemos la impre-