Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
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MIL MESETAS<br />
los ünajes, y el número, un medio de inscripción: los linajes escriben sobre la tierra<br />
y con el número, constituyendo una especie de "geodesia". En las sociedades con<br />
Estado las cosas son completamente diferentes: generalmente se dice que el principio<br />
territorial deviene dominante. También se podría hiablar de desterritorialización,<br />
puesto que la tierra deviene objeto, en lugar de ser el elemento material activo<br />
que se combina con el linaje. La propiedad es precisamente la relación<br />
desterritorializada del hombre con la tierra: ya sea porque la propiedad constituye<br />
el bien del Estado que se superpone a la posesión subsistente de una comunidad<br />
de linaje, ya sea porque deviene el bien de hombres privados que constituyen la<br />
nueva comunidad. En los dos casos (y según los dos polos del Estado), existe<br />
como una sobrecodificación de la tierra que sustituye a la geodesia. Por supuesto,<br />
los linajes siguen teniendo una gran importancia, y los números desartoUan la<br />
suya. Pero ahora pasa a primer plano una organización "territorial", en el sentido<br />
de que todos los segmentos, de linaje, de tierta y de número, están incluidos en un<br />
espacio astronómico o en un extensión geométrica que los sobrecodifica. Esto no<br />
se produce de la misma manera en el Estado imperial arcaico y en los Estados<br />
modernos. El Estado arcaico engloba tm spatium pkamidal, espacio diferenciado,<br />
en profundidad y con niveles, mientras que los Estados modernos (a partir de la<br />
ciudad griega) desartollan una extensio homogénea, con centro inmanente, con<br />
partes divisibles homologas, con relaciones simétricas y reversibles. Y no sólo los<br />
dos modelos, astronómico y geométrico, se combinan íntimamente, sino que incluso<br />
cuando son supuestamente puros, cada uno de ellos impUca una subordinación<br />
de los Unajes y de los números a esta potencia métrica, tal como aparece, bien<br />
en el spatium imperial, bien en la extensio política La aritmética, el número,<br />
han tenido siempre im papel decisivo en el aparato de Estado: ya era así en la burocracia<br />
imperial, con las tres operaciones conjugadas del empadronamiento, del<br />
censo y de la elección. Con mayor motivo, las formas modernas del Estado no se<br />
han desartollado sin utüizar todos los cálculos que surgían en la frontera entre la<br />
ciencia matemática y la técnica social (todo un cálculo social como fundamento de<br />
la economía pohtica, de la demografía, de la organización del trabajo, etc.). Este<br />
elemento aritmético de Estado ha encontrado su poder específico en el tratamiento<br />
de cualquier tipo de materias: materias primas, materias secimdarias de los<br />
objetos elaborados, o la última materia constituida por la población humana. El<br />
número siempre ha servido así para dominar la materia, para controlar sus variaciones<br />
y sus movimientos, es decir, para someterlos al marco espacio-temporal del<br />
Estado, —bien spatium imperial, bien extensio moderna—^". El Estado tiene im<br />
principio territorial o de desterritorialización, que relaciona el número con magnitudes<br />
métricas (teifiendo en cuenta métricas cada vez más complejas que efectúan<br />
la sobrecodificación). Nosotros no pensamos que el Número haya podido encontrar<br />
ahí las condiciones de ima independencia o de una autonomía, aunque sí haya<br />
encontrado todos los factores de su desartollo.<br />
El Número numerante, es decir, la organización aritmética autónoma, no ünpUca<br />
ni un grado de abstracción superior ni cantidades muy grandes. Tan sólo remite<br />
a condiciones de posibiüdad que constituyen el nomadismo, y a condiciones<br />
de efectuación que constituyen la máquina de guerta. En los ejércitos de Estado<br />
TRATADO DE NOMADOLOGÍA: LA MÁQUINA DE GUERRA 393<br />
se planteará el problema de un tratamiento de las grandes cantidades, en relación<br />
con otras materias, pero la máquina de guerta actúa con pequeñas cantidades que<br />
trata mediante números numerantes. En efecto, esos números aparecen desde el<br />
momento en que se distribuye algo en el espacio, en lugar de repartfi el espacio o<br />
de distribuirlo. El número deviene sujeto. La independencia del número con relación<br />
al espacio no procede de la abstracción, sino de lamaturaleza concreta del espacio<br />
Uso, que es ocupado sin ser contado. El número ya no es un medio para<br />
contar ni medir, sino para desplazar; es lo que se desplaza en el espacio Uso. Sin<br />
duda, el espacio Uso tiene su geometría; pero es, ya lo hemos visto, una geometría<br />
menor, operatoria, del trazo. Precisamente el número es tanto más independiente<br />
del espacio cuanto que éste es independiente de una métrica. La geometría como<br />
ciencia real tiene poca importancia en la máquina de guerta (sólo la tiene en los<br />
ejércitos de Estado, para las fortificaciones sedentarias, pero Ueva a los generales a<br />
severas dertotas) El número deviene principio cada vez que ocupa un espacio<br />
Uso, y se despUega en él como sujeto, en lugar de medir un espacio estriado. El<br />
número es el ocupante móvü, el mueble en el espacio Uso, por oposición a la geometría<br />
de lo inmueble en espacio estriado. La unidad numérica nómada es el<br />
fuego ambulante, no la tienda, todavía demasiado irmiobüiaria: "El fuego triunfa<br />
sobre la yurta". El número numerante ya no está subordinado a determinaciones<br />
métricas o a dimensiones geométricas, sólo mantiene una relación dinámica con<br />
direcciones geográficas: és un número direccional, y no dimensional o métrico. La<br />
organización nómada es indisolublemente aritmética y direccional; siempre cantidad,<br />
decenas, centenas; siempre dirección, derecha, izquierda: el jefe numérico es<br />
también un jefe de la derecha o de la izquierda El número numerante es rítmico,<br />
no armónico, no es de cadencia o de medida: sólo se camina cadenciosamente<br />
en los ejércitos de Estado, y para la disciplina y el desfile; pero la organización<br />
numérica autónoma encuentra su sentido en otra parte, cada vez que hay que<br />
establecer un orden de desplazamiento en estepa, en desierto, —aUí donde los linajes<br />
forestales y las figuras de Estado pierden su pertinencia—. "Progresaba según<br />
el ritmo quebrado que imitaba los ecos naturales del desierto, engañando al que<br />
estaba al acecho de los ruidos regulares de lo humano. Como todos los fremen,<br />
había sido educado en el arte de esa marcha. Había sido condicionado hasta tal<br />
punto que ya no tenía necesidad de pensar en eUo, y sus pies parecían moverse<br />
por sí solos según ritmos no mesurables" Con la máquina de guerta y en la<br />
existencia nómada, el número deja de ser numerado para devenir Cifra, y como<br />
tal constituye el "espíritu de cuerpo", e inventa el secreto, y las consecuencias del<br />
secreto (estrategia, espionaje, astucia, emboscada, diplomacia, etc.).<br />
Número numerante, mueble, autónomo, direccional, rítmico, cifrado: la<br />
máquina de guerta es como la consecuencia necesaria de la organización nómada<br />
(Moisés la experimentará con todas sus consecuencias). En la actuaüdad se ha criticado<br />
demasiado rápido esta organización numérica denunciando en eUa una sociedad<br />
miUtar o incluso concentracionaria, en la que los hombres ya sólo son "números"<br />
desterritorializados. Pero eso es falso. Si comparamos los hortores, la<br />
organización nurnérica de los hombres no es verdaderamente más cruel que la de<br />
los linajes o la de los Estados. Tratar a los hombres como números no es forzosa-