Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
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376 MIL MESETAS<br />
zarlo según el modelo del campo de gravedad. Incluso la química sólo deviene una<br />
ciencia real gracias a toda una elaboración teórica de la noción de peso. El espacio<br />
euclidiano depende del célebre postulado de las paralelas, pero éstas son en primer<br />
lugar gravíficas, y corresponden a las fuerzas que la gravedad ejerce sobre todos<br />
los elementos de un cuerpo que supuestamente ocupa ese espacio. El punto<br />
de aplicación de la resultante de todas estas fuerzas paralelas permanece invariante<br />
cuando se cambia su dirección común o se hace gkar el cuerpo (centro de<br />
gravedad). En resumen, parece que la fuerza gravífica es la base de un espacio laminar,<br />
estriado, homogéneo y centrado; condiciona precisamente las multipücidades<br />
llamadas métricas, arborescentes, cuyas magnitudes son independientes de las<br />
situaciones y se expresan con la ayuda de unidades o de pimtos (movimientos de<br />
un punto a otro). No es por una preocupación metafísica, sino por una preocupación<br />
reaknente cientíñca, por lo que los científicos, en el siglo XIX, se preguntan a<br />
menudo si todas las fuerzas no se reducen a la de la gravedad, o más bien a la<br />
forma de atracción que le proporciona un valor universal (una relación constante<br />
para todas las variables), un alcance biuiuvoco (siempre dos cuerpos y no más...).<br />
Es la forma de interioridad de toda ciencia.<br />
El nomos o el dispars es algo muy distinto. No es que las demás fuerzas desmientan<br />
la gravedad o contradigan la atracción. Pero, si bien es verdad que no son<br />
contrarias, no por eUo derivan, dependen de ella, sino que son la confirmación de<br />
acontencimientos siempre suplementarios o de "afectos variables". Siempre que<br />
un campo se ha abierto a la ciencia, en las condiciones que lo convierten en una<br />
noción mucho más importante que la de forma u objeto, ese campo se afirmaba<br />
en principio como irteductible al de la atracción y al modelo de las fuerzas gravíficas,<br />
aimque no las contradice. Afirmaba "algo más" o un suplemento, y él mismo<br />
se instalaba en ese suplemento, en esa desviación. La química sólo hace un progreso<br />
decisivo cuando añade a la fuerza del peso relaciones de otro tipo, por ejemplo<br />
eléctricas, que transforman el carácter de las ecuaciones químicas Pero se<br />
constatará que las más simples consideraciones de velocidad hacen intervenir ya la<br />
diferencia entre la caída vertical y el movimiento curvilíneo, o, más generalmente,<br />
entre la recta y la curva, bajo las formas diferenciales del cUnamen o de la más pequeña<br />
desviación, el mínimo aumento. El espacio Uso es precisamente el de la más<br />
pequeña desviación: sólo tiene homogeneidad entre puntos infinitamente próximos,<br />
y la conexión de los entornos se produce independientemente de una determinada<br />
vía. Es im espacio de contacto, de pequeñas acciones de contacto, táctil o<br />
manual, más bien que visual como en el caso del espacio estriado de EucHdes. El<br />
espacio Uso es un campo sm conductos ni canales. Un campo, un espacio Uso heterogéneo,<br />
va unido a im tipo muy particular de multipUcidades: las multipUcidades<br />
no métricas, acentradas, rizomáticas, que ocupan el espacio sin "medirlo", y<br />
que sólo se pueden "explorar caminando sobre eUas". No responden a la condición<br />
visual de poder ser observadas desde un punto del espacio exterior a eUas:<br />
por ejemplo, el sistema de los sonidos, o kicluso el de los colores, por oposición al<br />
espacio eucUdiano.<br />
Cuando se oponen la velocidad y la lentitud, lo rápido y lo grave Celeritas y<br />
Gravitas, no hay que ver en eUo una oposición cuantitativa, ni tampoco una es-<br />
TRATADO DE NOMADOLOGlA: LA MÁQUINA DE GUERRA<br />
tructura mitológica (aunque Dumézil haya mostrado la importancia mitológica de<br />
esta oposición, en función precisamente del aparato de Estado, en función de la<br />
"gravedad" natural del aparato de Estado). La oposición es a la vez cualitativa y<br />
científica, en la medida en que la velocidad no sólo es el carácter abstracto de un<br />
movimiento en general, sino que se encarna en un móvü que se separa, por poco<br />
que sea, de su Unea de caída o de gravedad. Lento y rápido no son grados cuantitativos<br />
del movimiento, sino dos tipos de movimiento cualificados, cualquiera que sea la<br />
velocidad del primero, y el retraso del segundo. De un cuerpo que se lanza y cae,<br />
por muy rápida que sea esta caída, no se dirá, en sentido estricto, que tiene una velocidad,<br />
sino más bien una lentitud infinitamente decreciente según la ley de los<br />
graves. Grave sen'a el movimiento laminar que estría el espacio, y que va de un<br />
punto a otro; pero rapidez, celeridad, se dirian únicamente del movimiento que se<br />
separa lo mínimo, y adquiere como consecuencia un aspecto turbulento al ocupar<br />
un espacio Uso, al trazar ese mismo espacio. En ese espacio, la materia-flujo ya no<br />
se puede dividir en franjas paralelas, y el movimiento ya no se deja encerrar en relaciones<br />
biunívocas entre puntos. En ese sentido, la oposición cualitativa gravedadceleridad,<br />
pesado-Ugero, lento-rápido, no juega el papel de una determinación científica<br />
cuantificable, sino el de una condición coextensiva a la ciencia, y que regula a<br />
la vez la separación y la combinación de los dos modelos, su eventual penetración,<br />
la dominación de uno o de otro, su aUernativa. Y precisamente en términos de alternativa,<br />
cualquiera que sean las combinaciones y las composiciones, Michel Serres<br />
propone la mejor fórmula: "La fi'sica se reduce a dos ciencias, una teon'a general de<br />
las vías y caminos, una teoría global del flujo"<br />
Habn'a que oponer dos tipos de ciencias, o de actitudes científicas: una que<br />
consiste en "reproducir", otra que consiste en "seguir". Una sería de reproducción,<br />
de iteración y reiteración; otra sert'a de itineración, el conjunto de las ciencias<br />
itmerantes, ambulantes. La itineración se reduce con demasiada facilidad a<br />
una condición de la técnica, o de la apUcación y de la verificación de la ciencia.<br />
Pero no es así: seguir no es lo mismo que reproducir, nunca se sigue para reproducir.<br />
El ideal de reproducción, deducción o mducción forma parte de la ciencia<br />
real, en todas las épocas, en todos los lugares, y trata las diferencias de tiempo y<br />
de lugar como otras tantas variables de las que la ley extrae precisamente la forma<br />
constante: basta con un espacio gravífico y estriado para que se produzcan los<br />
mismos fenómenos, si se dan las mismas condiciones, o si se establece la misma<br />
relación constante entre las condiciones diversas y los fenómenos variables. Reproducir<br />
impUca la permanencia de un punto de vista fijo, exterior a lo reproducido:<br />
ver circular estando en la orUla. Pero seguir es algo totaknente distinto que<br />
el ideal de reproducción. No mejor, sino otra cosa. Uno está obUgado a seguir<br />
cuando está a la búsqueda de las "singularidades" de una materia, o más bien de<br />
un material, y no tratando de descubrir una forma; cuando escapa a la fuerza gravífica<br />
para entrar en un campo de celeridad; cuando deja de contemplar la circulación<br />
de un flujo laminar con una dirección determinada, y es artastrado por un<br />
flujo turbulento; cuando se aventura en la variación conthiua de las variables, en<br />
lugar de extraer de eüas constantes, etc. Y el sentido de la tierra no es el mismo:<br />
según el modelo legal, uno no cesa de reterritoriaUzarse en un punto de vista, en<br />
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