Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
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370 MIL MESETAS<br />
de eliminar de él todas las nociones dinámicas y nómadas como las de devenir, heterogeneidad,<br />
infínitesiiñal, paso al hmite, variación continua, etc., e imponerle reglas<br />
civiles, estáticas y ordinales (Camot mantiene una posición ambigua a este<br />
respecto). Por último, es váüdo para el modelo hidráuhco: pues, evidentemente, el<br />
propio Estado necesita una ciencia hidráuHca (no hace falta volver sobre las tesis<br />
de Wittfogel relativas a la importancia de las grandes obras hidráulicas en un imperio).<br />
Pero lo es de una forma muy diferente, puesto que el Estado tiene necesidad<br />
de subordinar la fuerza hidíáuUca a conductos, canales, diques que impiden la<br />
turbulencia, que obMgan al movimiento a ir de un punto a otro, al espacio a ser estriado<br />
y medido, al fluido a depender del sóüdo, y al flujo a proceder por series laminares<br />
paralelas. En cambio, el modelo hidráuHco de la ciencia nómada y de la<br />
máquina de guerra consiste en expandirse por turbulencia en un espacio liso, en<br />
producir un movimiento que ocupa el espacio y afecta simultáneamente a todos<br />
los puntos, en lugar de estar ocupado por él como en el movimiento local que va<br />
de tal punto a tal otro^^. Democrito, Menecmo, Arquímedes, Vauban, Desargues,<br />
BernouUi, Monge, Camot, Poncelet, Perronet, etc.: para cada uno de estos casos<br />
hace falta una monografía que explique la situación especial de estos cientfficos<br />
que la ciencia de Estado no utiliza sm limitarlos, disciplinarlos, reprimir sus concepciones<br />
sociales o poHticas.<br />
El mar como espacio Uso es un problema específico de la máquma de guerra.<br />
En el mar, como muestra Virüio, se plantea el problema del fleet in being, es deck,<br />
la tarea de ocupar un espacio abierto, con un movimiento turbulento cuyo efecto<br />
puede surgir en cualquier punto. A este respecto, los recientes estudios sobre el<br />
ritmo, sobre el origen de esta noción, no nos parecen completamente convincentes.<br />
Pues se nos dice que el ritmo no tiene nada que ver con el movimiento de los<br />
flujos, sino que designa la "forma" en general, y más especialmente la forma de un<br />
movimiento "mesurado, cadencioso"^". Sin embargo, ritmo y medida no se confunden<br />
jamás. Y si el atomista Democrito es precisamente uno de los autores que<br />
emplean ritmo en el sentido de forma, no hay que olvidar que es en condiciones<br />
muy precisas de fluctuación, y que las formas de átomos constituyen en primer lugar<br />
grandes conjuntos no métricos, espacios Usos tales como el ake, el mar o incluso<br />
la tierta (magnae res). Hay un ritmo mesurado, cadencioso, que remite a la<br />
chrculación del río entre sus márgenes o a la forma de un espacio estríado; pero<br />
también hay un ritmo sin medida, que remite a la fluxión de un flujo, es decir, a la<br />
forma en la que un fluido ocupa im espacio Uso.<br />
Esta oposición o más bien esta tensión-límite entre dos ciencias, ciencia<br />
nómada de máquina de guerra y ciencia real de Estado, aparece en diferentes momentos,<br />
a diferentes niveles. Los trabajos de Anne Querrien permiten localizar<br />
dos de esos momentos, uno con la constmcción de las catedrales góticas en el siglo<br />
Xn, otro con la constracción de los puentes en los siglos XVIII y XIX En<br />
efecto, el gótico es inseparable de una voluntad de construir iglesias más alargadas<br />
y más altas que las románicas. Siempre más lejos, siempre más alto... Pero esta diferencia<br />
no es simplemente cuantitativa, indica un cambio cuaütativo: la relación<br />
estática forma-materia tiende a desaparecer en beneficio de una relación dinámica<br />
material-fuerzas. La taUa convertirá la piedra en un material capaz de captar y<br />
TRATADO DE NOMADOLOGÍA: LA MÁQUINA DE GUERRA 371<br />
componer las fuerzas de carga, y de constrair bóvedas cada vez más altas y más<br />
alargadas. La bóveda ya no es una forma, smo un Unea de variación continua de<br />
las piedras. Es como si el gótico conquistase un espacio Uso, mientras que el románico<br />
seguía perteneciendo parcialmente a un espacio estriado (en el que la bóveda<br />
dependía de la juxtaposición de püares paralelos). Pues bien, el taUado de las piedras<br />
es inseparable por un lado de un plano de proyección sobre el suelo, que funciona<br />
como límite plano, y por otro de una serie de aproximaciones sucesivas<br />
(cortes a escuadra) o de variaciones de las piedras voluminosas. Por supuesto,<br />
para fundar la empresa se pensó en la ciencia teoremática de EucUdes: las cifras y<br />
las ecuaciones serían la forma inteügible capaz de organizar superficies y volúmenes.<br />
Pero, según la leyenda, Bernard de Clairvaux renuncia rápidamente a eUo,<br />
por ser demasiado "difícü", e invoca la especificidad de una geometría operatoria<br />
arquimediana, proyectiva y descripitiva, definida como ciencia menor, mategrafía<br />
más que matelogía. Su compagnon, el monje-albañü Garin de Troyes, invoca una<br />
lógica operatoria del movimiento que permite al "iniciado" trazar, luego cortar los<br />
volúmenes en profundidad en el espacio, y hacer que "el trazo produzca la cifra"^^.<br />
No se representa, se engendra y se recorte. Esta ciencia no se caracteriza<br />
tanto por la ausencia de ecuaciones como por el papel muy diferente que éstas adquieren<br />
eventualmente: en lugar de ser buenas formas absolutamente que organizan<br />
la materia, son "generadas", como "producidas" por el material, en im cálculo<br />
cuaUtativo de óptimo. Toda esta geometría arquimediana tendrá su más alta expresión,<br />
pero también encontrará su frenazo provisional, con el asombroso matemático<br />
Desargues, en el siglo XVII. Como la mayoría de sus semejantes, Desargues<br />
escribe poco; sin embargo, tiene una gran mfluencia real, y deja bosquejos,<br />
bortadores, proyectos siempre centrados en problemas-resiUtados: "lección de las<br />
tinieblas", "bortador proyecto del corte de las piedras", "bortador proyecto para<br />
Uegar a los resultados de las conjunciones de un cono con un plano"... Pues bien,<br />
Desargues es condenado por el parlamento de París, combatido por el secretario<br />
del rey; sus prácticas de perspectiva son prohibidas^^. La ciencia real o de Estado<br />
sólo soporta y hace suya la taUa de las piedras por paneles (lo contrario del corte a<br />
escuadra), en condiciones que restablecen la primacía del modelo fijo de la forma,<br />
de la cifra y de la medida. La ciencia real sólo soporta y hace suya la perspectiva<br />
estática, sometida a im agujero negro central que le niega toda capacidad euristica<br />
y deambulatoria. La aventura o la experiencia de Desargues es la misma que ya se<br />
había producido colectivamente en el caso de los "compagnons " góúcos. Pues no<br />
sólo la Iglesia, bajo su forma imperial, había sentido la necesidad de controlar severamente<br />
el movimiento de esta ciencia nómada: confiaba a los Templarios el cuidado<br />
de fijar los lugares y los objetos, de dirigir las obras, de disciplinar la construcción;<br />
también el Estado laico, bajo su forma real, se vuelve contra los propios Templarios,<br />
condena los compagnonnages, por todo tipo de motivos, uno de los cuales por lo<br />
menos concieme a la prohibición de esta geometría operatoria o menor.<br />
¿Tiene razón Anne Querrien cuando cree encontrar aún un eco de la misma<br />
historia al nivel de los puentes, en el siglo XVIII? Siu duda las condiciones son<br />
muy diferentes, puesto que la división del trabajo se logra entonces según las normas<br />
de Estado. No obstante, en el conjunto de las actividades de Puentes y Carni-