Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
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346 MIL MESETAS<br />
limitarse a una simple oposición Wagner-Verdi, habría que mostrar cómo la orquestación<br />
de Berlioz ha sabido geniaknente pasar, o incluso dudar, de un polo a<br />
otro. Naturaleza o Pueblo sonoros. Cómo una música como la de Moussorgski ha<br />
sabido hacer muchedumbre (a pesar de lo que diga Debussy). Cómo una música<br />
como la del Bartok ha podido apoyarse en melodías populares o de población,<br />
para crear poblaciones sonoras, instrumentales y orquestales que imponen una<br />
nueva gama de lo Dividual, un nuevo cromatismo prodigioso El conjunto de<br />
las vías no wagneríanas...<br />
I (tiOSi hay una edad moderna, esa es sin duda la de lo cósmico. Paul Klee se declara<br />
antifaustiano, "yo no amo los animales y a todas las demás criaturas con una<br />
cordiahdad terrestre, las cosas terrestres me interesan menos que las cosas cósmicas".<br />
El agenciamiento ya no se enfrenta a las fuerzas del caos, ya no se hunde en<br />
las fuerzas de la tierra o en las fuerzas del pueblo, siiío que se abre a las fuerzas del<br />
Cosmos. Todo esto parece de una extrema generaHdad, y, como hegeliano, hablaría<br />
de un Espíritu absoluto. Sin embargo, es, debería ser técnica, sólo técnica. La<br />
relación esencial ya no es materias-formas (o sustancias-atributos); ni tampoco es<br />
desarrollo continuo de la forma y variación continua de la materia. La relación se<br />
presenta aquí como una relación directa material-fuerzas. El material es una materia<br />
molecularizada, y que como tal debe "captar" fuerzas, que sólo pueden ser<br />
las fuerzas del Cosmos. Ya no hay una materia que encontraría en la forma su<br />
principio de intehgibiUdad correspondiente. Ahora se trata de elaborar im materíal<br />
encargado de captar fuerzas de otro orden: el material visual debe captar fuerzas<br />
no visibles. Hacer visible, decía Klee, y no hacer o reproducir lo visible. En<br />
esta perspectiva, la filosofía sigue el mismo movüniento que las demás actividades;<br />
mientras que la filosofía romántica todavía invocaba una identidad sintética formal<br />
que aseguraba una inteUgibüidad continua de la materia (síntesis a priori), la<br />
filosofí'a moderna tiende a elaborar un material de pensamiento para capturar<br />
fuerzas no pensables en sí mismas. Es la filosofía-Cosmos, a la manera de Nietzsche.<br />
El material molecular está incluso tan desterritorializado que ya no se puede<br />
hablar de materias de expresión, como en la territorialidad romántica. Las materias<br />
de expresión son sustituidas por un material de captura. Como consecuencia,<br />
las fuerzas a capturar ya no son las de la tierra, que todavía constituyen una gran<br />
Forma expresiva, ahora son las de un Cosmos energético, informal e mmaterial.<br />
El pintor <strong>Mil</strong>let llega a decir que, en pintura, lo fundamental no es lo que transporta<br />
un campesino, por ejemplo, un objeto sagrado o un saco de patatas, sino el<br />
peso exacto de lo que transporta. Es el giro posromántico: lo esencial ya no está<br />
en las formas y las materias, ni en los temas, sino en las fuerzas, las densidades, las<br />
mtensidades. La tierra bascula, y tiende a valer como el puro material de una<br />
fuerza gravífica o de gravedad. Quizá habrá que esperar a Cezanne para que las<br />
rocas ya sólo existan por las fuerzas de plegamiento que captan, los paisajes por<br />
fuerzas magnéticas y térmicas, las manzanas por fuerzas de germinación: fuerzas<br />
no visuales y que, sin embargo, se las ha hecho visibles. Al mismo tiempo que las<br />
fuerzas devienen necesariamente cósmicas, el material deviene molecular; una<br />
fuerza inmensa achia en un espacio infinitesimal. El problema ya no es el de un<br />
comienzo, ni tampoco el de una fundación-fundamento. Ha devenido un pro-<br />
DEL RITORNELO<br />
blema de consistencia o de consoüdación: ¿cómo consohdar el material, hacerlo<br />
consistente, para que pueda captar esas fuerzas no sonoras, no visibles, no pensables?<br />
Incluso el ritornelo deviene a la vez molecular y cósmico, Debussy... la<br />
música moleculariza la materia sonora, pero de esa forma deviene capaz de captar<br />
fuerzas no sonoras como la Duración, la Intensidad Hacer la Duración sonora.<br />
Recordemos la idea de Nietzsche: el eterno retomo como cantinela, como ritornelo,<br />
pero que captura las fuerzas mudas e impensables del Cosmos. Se sale, pues,<br />
de los agenciamientos para entrar en la edad de la Máquina, inmensa mecanosfera,<br />
plan de cosmización de las fuerzas a captar. En los comienzos de esta edad,<br />
la actitud de Varese sería ejemplar: una máquina musical de consistencia, una máquina<br />
de sonidos (no de reproducirlos), que moleculariza y atomiza, ioniza la materia<br />
sonora, y capta una energía cósmica Si esa máquma debe tener un agenciamiento,<br />
ese será el sintetizador. Uniendo los módulos, los elementos orígmales<br />
y de tratamiento, los osciladores, generadores y transformadores, distribuyendo<br />
los microintervalos, hace audible el propio proceso sonoro, la producción de ese<br />
proceso, y nos pone en relación todavía con otros elementos que rebasan la materia<br />
sonora Une los heterócUtos en el material, y transpone los parámetros de<br />
una fórmula a otra. El smtetizador, con su operación de consistencia, ha sustituido<br />
al fundamento en el juicio sintético a priori: en él la síntesis es de lo molecular y<br />
de lo cósmico, del material y de la fuerza, ya no de la forma y de la materia, del<br />
Ground Y del territorio. La filosofía, no como juicio smtético, sino como smtetizador<br />
de pensamientosrpara hacer viajar el pensamiento, hacerlo móvil, convertirlo<br />
en una fuerza del Cosmos (de igual modo se hace viajar el sonido...).<br />
(([.HtEsta síntesis de los heterócUtos no deja de ser ambigua. La misma ambigüedad<br />
quizás que encontramos en la valorización modema de los dibujos kifantües, de<br />
los textos locos, de los conciertos de ruidos. A veces se hace demasiado, se exagera,<br />
se opera con un batiburriUo de hneas o de sonidos; en ese caso, en lugar de<br />
producir ima máquina cósmica, capaz de "hacer sonoro", se cae en una máquina<br />
de reproducción, y que acaba por reproducir únicamente un garabateo que borta<br />
todas las líneas, una mterferencia que borta todos los sonidos. Se pretende abrir la<br />
música a todos los acontecknientos, a todas las imipciones, pero lo que fínahnente<br />
se reproduce es la mterferencia que impide cualquier acontecimiento. Lo único<br />
que se consigue es una caja de resonancia que hace agujero negro. Un material<br />
demasiado rico es un material que aún está demasiado "territoriaUzado", en las<br />
fuentes de mido, en la natiiraleza de los objetos... (incluso el piano preparado de<br />
Cage). En lugar de definir el conjunto difuso por las operaciones de consistencia o<br />
de consoüdación que se basan en él, se hace difuso un conjunto. Pues eso es lo<br />
esencial: un conjunto difuso, una síntesis de heterócUtos sólo se define por un grado<br />
de consistencia que hace precisamente posible la distinción de los elementos heterócUtos<br />
que lo constituyen (discernibilidad) ''^ Es necesario que el material esté suficientemente<br />
desterritoriaUzado para estar molecularizado y abrirse a lo cósmico,<br />
en lugar de recaer en una masa estadística. Pues bien, esa condición sólo se cumple<br />
por una cierta sünpücidad en el material no uniforme: máximo de sobriedad<br />
calculada con relación a los heterócUtos o a los parámetros. La sobriedad de los<br />
agenciamientos hace posible la riqueza de los efectos de la Máquma. Con firecuen-<br />
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