Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
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342 MIL MESETAS<br />
territoriales a los inter-agenciamientos, a las aberturas de agenciamiento según<br />
líneas de desterritorialización; y, al mismo tiempo, de las fuerzas reagrupadas de<br />
la tierra a las fuerzas de un Cosmos desterritorializado, o más bien desterritorializante.<br />
¿Cómo presenta Paul Klee ese último movimiento, que ya no es un "andar"<br />
terrestre, sino una "fuga" cósmica? ¿Por qué una palabra tan desmesurada.<br />
Cosmos, para hablar de una operación que debe ser precisa? Klee dice que "para<br />
despegar de la tierra hay que realizar un esfuerzo gradual", que uno "se eleva por<br />
encuna de ella bajo la acción de fuerzas centrífugas que triunfan sobre la gravedad".<br />
Y añade que el artista comienza mirando en tomo suyo, en todos los medios,<br />
pero para captar la huella de la creación en lo creado, la naturaleza naturaüzante<br />
en la naturaleza naturalizada; y luego, instalándose "en los límites de la<br />
tierra", se interesa por el microscopio, por los cristales, por las moléculas, por los<br />
átomos y partículas, y no por la coherencia científica, sino por el movimiento,<br />
nada más que por el movimiento inmanente; el artista se dice a sí mismo que este<br />
mundo ha tenido aspectos diferentes, y que aún tendrá otros, que ya tiene otros<br />
en otros planetas; por último, se abre al Cosmos para captar sus fuerzas en una<br />
"obra" (sin eso la abertura al Cosmos tan sólo sena ima fantasía incapaz de ampUar<br />
los límites de la tierra), y para realizar esa obra se necesitan medios muy simples,<br />
muy puros, casi infantiles, pero también se necesitan las fuerzas de un pueblo,<br />
y eso es lo que aún falta, "nos falta esa última fuerza, buscamos ese apoyo<br />
popular, hemos comenzado en la Bauhaus, no podemos hacer más..."^^<br />
( ^1"- Cuando se habla de clasicismo se está hablando de una relación forma-materia,<br />
o más bien forma-sustancia, siendo precisamente la sustancia una materia informada.<br />
Una sucesión de formas compartimentadas, centralizadas, jerarquizadas<br />
las unas con relación a las otras, organizarán la materia, encargándose cada una de<br />
una parte más o menos importante. Cada forma es como el código de un medio, y<br />
el paso de una forma a otra es una verdadera transcodificación, hicluso las estaciones<br />
son medios. Se produce ahí dos operaciones coexistentes, una por la que la<br />
forma se diferencia según distinciones binarias, otra por la que las partes sustanciales<br />
informadas, los medios o estaciones, entran en un orden de sucesión que<br />
puede ser el mismo en los dos sentidos. Pero, bajo esas operaciones, el artista clásico<br />
corre el riesgo de una aventura extrema, peHgrosa. Distribuye los medios, los<br />
separa, los armoniza, regula sus mezclas, pasa de uno a otro. Afronta así el caos,<br />
las fuerzas del caos, las fuerzas de una materia bmta indómita, a las que las formas<br />
deben imponerse para crear sustancias, los Códigos, para crear medios. Prodigiosa<br />
agifidad. En ese sentido, nunca se ha podido trazar una frontera muy clara entre<br />
lo bartoco y lo clásico En el fondo de lo clásico retumba todo el barroco; la tarea<br />
del artista clásico es la del propio Dios, organizar el caos, y su único grito es<br />
¡Creación! ¡la Creación! ¡el Árbol de la Creación! Una flauta de madera milenaria<br />
organiza el caos, pero el caos está aUí como la Reina de la noche. El artista clásico<br />
actúa con lo Uno-Dos; lo uno-dos de la diferenciación de la forma en la medida<br />
en que ésta se divide (hombre-mujer, ritmos masculinos y femeninos, las voces, las<br />
famUias de mstramentos, todas las binaridades del Ars Nova); lo uno-dos de la diferenciación<br />
de las partes en la medida en que éstas se responden (la flauta mágica<br />
y la campanilla mágica). La melodía, el ritomelo de pájaro, es la unidad binaria de<br />
DEL RITORNELO 343<br />
creación, la unidad diferenciante del comienzo puro: "Primero el piano sohtario<br />
se lamentaba, como un pájaro abandonado por su compañera; el violin lo escuchó,<br />
le respondió como desde un árbol vecino. Era como al comienzo del mundo,<br />
como si sólo existiesen ellos dos sobre la tierta, o más bien en ese mundo certado<br />
a todo lo demás, construido por la lógica de un creador y en el que nunca estarían<br />
más que ellos dos: esa sonata"<br />
. Si tratamos de definir también de forma general el romanticismo vemos que<br />
todo cambia. Una nuevo grito resuena: ¡la Tierra, el territorio y la Tierta! Con el<br />
romanticismo el artista abandona su ambición de una universaüdad de derecho, y<br />
su estatuto de creador: se territorializa, entra en un agenciamiento territorial. Las<br />
estaciones están ahora territorializadas. Por supuesto, la tierra no es lo mismo que<br />
el territorio. La tierta es ese punto intenso en lo más profundo del territorio, o<br />
bien proyectado fuera de él como punto focal, y en el que todas las fuerzas se reúnen<br />
en un cuerpo a cuerpo. La tierra ya no es una fuerza entre otras, ni una sustancia<br />
informada o un medio codificado, que tendn'a su momento y su parte. La<br />
tierra ha devenido ese cuerpo a cuerpo de todas las fuerzas, tanto las de la tierra<br />
como las de las otras sustancias. De manera que el artista ya no'se enfrenta al<br />
caos, sino al infiemo y al subterráneo, al abismo. Ya no corte el riesgo de disiparse<br />
en los medios, sino de hundirse profundamente en la Tierta, Empédocles. Ya no<br />
se identifica con la creación, sino con el fundamento o la fundación, la fundación<br />
ha devenido creadora. Ya no es Dios, sino Héroe que lanza a Dios su desafi'o:<br />
Fundemos, fundemos, dejemos ya de crear. Fausto, especiaknente el segundo<br />
Fausto, es artastrado por esa tendencia. El dogmatismo, el catolicismo de los medios<br />
(código), ha sido sustituido por el criticismo, el protestantismo de la tierra. Y,<br />
por supuesto, la Tierta como punto intenso en profundidad o en proyección,<br />
como ratio essendi, siempre está desfasada con relación al territorio; y el territorio,<br />
como condición de "conocimiento", ratio cognoscendi, siempre está desfasado<br />
con relación a la tierra. El territorio es alemán, la tierra es griega. Y, precisamente,<br />
es ese desfase el que crea el estatuto del artista romántico, en la medida en que ya<br />
no afronta la apertura del caos, sino la atracción del Fondo. La melodía, el ritornelo<br />
de pájaro ha cambiado: ya no es el comienzo de un mundo, traza en la tierra<br />
el agenciamiento territorial. Como consecuencia, ya no está compuesto de dos<br />
partes consonantes que se buscan y se responden, se dirige a un canto más profundo<br />
que lo funda, pero también choca con él, lo arrastra y lo hace disonar. El ritomelo<br />
está indisolublemente constituido por la canción territorial y el canto de la<br />
tierta que se eleva para dominarla. Así, al final del Canto de la Tierra, coexisten<br />
dos motivos, uno melódico que evoca los agenciamientos del pájaro, otro rítmico,<br />
profunda respiración de la tierra, etemamente. Mahler dice que el canto de los pájaros,<br />
el color de las flores, el olor de los bosques no bastan para crear la Naturaleza,<br />
hace falta el dios Dionisos o el gran Pan. Un Ur-rítomelo de la tierra capta<br />
todos los rítomelcs territoriales u otros, y todos los de los medios. En Wozzeck, el<br />
ritomelo nana, el ritomelo mihtar, el ritomelo báquico, el ritomelo de caza, el ritomelo<br />
infantil del final son otros tantos agenciamientos admirables artastrados<br />
por la potente máquina de la tierta, por los máximos de esa máquina: la voz de<br />
Wozzeck gracias a la cual la tierra deviene sonora, el grito de muerte de María